T’shuvá – Los 40 días de ‘retorno’ al Creador

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T’shuvá (תְשוּבָּה) es la palabra hebrea para “arrepentimiento”. 

Hay un período de 40 días entre el primer día del sexto mes bíblico y el décimo día del séptimo mes. Estos 40 días son llamados los “días de arrepentimiento” en la tradición judía.

El 40, es un número emblemático en las Escrituras:

  • 40 días de lluvia en el diluvio en tiempos de Noé,
  • 40 años en el desierto luego de salir de Egipto,
  • 40 días que Moisés envía a los espías a la Tierra de Canaán,
  • 40 días de arrepentimiento en Nínive, en tiempos de Jonás,
  • 40 días de la tentación de Yeshúa en el desierto, y
  • 40 días de ayuno en los que Moisés estuvo en la cima del Monte Sinaí.

De hecho, Moisés ascendió repetidas veces al Monte Sinaí, dos de ellas por un período de 40 días, sin comida ni bebida. De acuerdo a la tradición (y encaja bastante bien con la secuencia temporal bíblica), la última vez que el ascendió, hubiese sido en los 40 días previos a Yom Kipur, justamente para expiar por el gran pecado de Israel con el becerro de oro.

Estos son los llamados “días de arrepentimiento”. No constituye un mandamiento bíblico, pero tienen sentido. Yom Kipur es un día solemne. El día más santo del año. El único día del año en que el sumo sacerdote ingresaba en el Lugar Santísimo. ¿Cómo crees que era su preparación para ese día? ¿Cómo deberíamos prepararnos nosotros para ese día?

Yeshúa enseñó a orar diciendo “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. En otra ocasión Yeshúa exhortó a la gente a “arreglarse con su hermano, antes de traer la ofrenda”.

Tal vez comiences ahora a entender hacia dónde me dirijo con todo esto. A menudo, 30 minutos antes de Yom Kipur no es el mejor momento para ponerse a pensar en: a quién ofendimos y con quien debemos “saldar cuentas” antes de reunirnos con el Padre. Necesitamos un tiempo de preparación. Es muy importante ser conscientes de que el tiempo se acerca. Esta es la única razón por la cual existe el calendario bíblico. Para ser conscientes del transcurso del tiempo y poder entrar en sincronía con los ciclos del Creador.

Volviendo a la palabra t’shuvá (תְשוּבָה), que dijimos que significa “arrepentimiento”, este no es su único significado. La palabra proviene de la raíz shuv (שוּב), que significa retornar ¡Esto nos ayuda a poner las cosas en perspectiva! ¿Qué significa arrepentirse? ¡Significa “retornar”! De hecho, incluso la palabra utilizada en el Nuevo Testamento para “convertirse” (a “la fe”), el llamado al arrepentimiento de Yojanán (Juan) el bautista, estaba asociado con la palabra t’shuvá.

La imagen del hijo pródigo me viene a la mente… arrepentimiento Y retorno al padre. De la misma manera, podemos utilizar estos días de t’shuvá previos a Yom Kipur, para nosotros también, retornar a nuestro Creador.

Yom T’ruá, el primer día del séptimo mes, es considerado también como el Día del Juicio, y los llamados 10 días temibles hasta Yom Kipur que es el día en que el juicio es ejecutado, o “sellado” para el año por venir. Este es el tiempo en que nuestras acciones son pesadas en la balanza por así decirlo. Un día que marca el final de un ciclo y el comienzo de otro. ¿Qué cosas debemos examinar en nuestra propia vida? ¿Qué cosas están causando que nos alejemos de Dios? ¿Qué cosas podemos cambiar para mejorar aspectos de nuestras vidas? ¿A quién le debemos pedir disculpas? ¿A quién debemos abrir nuestro corazón y perdonar?

Esa es la tarea de cada creyente en estos días, la cual no debe verse como una obligación ni un mandamiento, sino como una oportunidad de mejorarnos y crecer, más cerca de nuestro Creador.

Todos los profetas de Israel exhortaron al pueblo a hacer T’shuvá, a retornar al Creador. El mismo Evangelio del Reino predicado por Yeshúa y sus discípulos se basaba en esta misma premisa, de arrepentirse, de retornar.

 El profeta Ezequiel declaró que nuestro Dios no encuentra satisfacción en la destrucción del malvado. Es Su deseo que cada hijo pródigo se arrepienta de su maldad y retorne a Él. Está escrito:

si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá; no morirá. No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia que hizo vivirá.

Ezequiel 18:21-22

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