AoC3

יֹום הַכִּפֻּרִים – Yom haKipurim 

Por: Tzvi ben Daniel

Probablemente haya notado en el título que se menciona Yom haKipurim, en plural, en lugar de  la manera más utilizada Yom Kipur, en singular. Esto es porque en Levítico 23:27, cuando dice que “el día de expiación”, en hebreo está en plural, y por eso sería mejor traducido como expiaciones, ya que había más de un pecado y más de un pecador entre los hijos de Israel (y entre nosotros hoy en día).
Pero lo más interesante es el significado de la palabra kipur en el hebreo. Si trazamos la raíz hasta la primera vez que esta palabra aparece, es en Genesis 6:14, donde Yehováh instruye a Noé acerca de cómo construir el arca:

Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás (kafar) con brea (kofer) por dentro y por fuera.

כָּפַר

El verbo kafar, de donde proviene la palabra kipur, es traducido como calafatear, que significa literalmente cubrir. Preste atención como el material con el que se realiza esta cobertura (brea en español) está también relacionado con la misma raíz.

Así es, Yom haKipurim (o Yom Kipur) sería mejor traducido como el “día de las coberturas”. ¿Y Qué es lo que se está cubriendo? Nuestros pecados. Nuestras transgresiones. ¿Cómo son cubiertas? De la única manera que fue provista en la Torá: con sangre. Ya que la vida está en la sangre y vida es lo que estamos perdiendo cuando pecamos, ya que el pecado trae muerte.

Y para compartirles la perfección de la lengua hebrea y del plan celestial… ¿Cuál era el lugar en donde se vertía la sangre del cabrito sacrificado en Yom Kipur? En el kodesh kodashim, el ‘santo de los santos’, o el lugar santísimo según Reina. El lugar donde el cohén gadol (sumo sacerdote) ingresaba sólo una vez al año. El lugar en donde se encontraba el Arca de la Alianza. Esta Arca tenía lo que se llama el propiciatorio. Sobre este se vertía la sangre del sacrificio (Levítico 16:14). Y la palabra hebrea para propiciatorio es:  kaporet.

כָּפֹּרֶת

Esta palabra está también relacionada con kipur y el concepto de cubrir. Este kaporet cubría el arca del pacto, y también era un instrumento por medio del cual el Todopoderoso cubría nuestras transgresiones en el día más santo del calendario hebreo.

1-yom-kipur

Día de Expiación – Yom Kippur

Semana 33

Mateo 17:1-9; Marcos 9:2-10

Por: Harold Calvo -

Yom Kipur, o el día de expiación, es el día más solemne del año.  Lo encontramos en las Escrituras hebreas en el capítulo 23 de Levítico, versículos 27-32. En esta porción de la palabra, nos vemos varios detalles que el Altísimo ordenó que su pueblo hiciera durante este  día:

  • Es un día de asamblea: los hermanos de la fe se reúnen para conmemorarlo;

“A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación…

  • Es un día de aflicción de nuestra alma: ayuno;

 “…y afligiréis vuestras almas…”

  • Se presentaba una ofrenda encendida (sacrificio), lo cual era llevado a cabo por el Sumo Sacerdote;

“…y ofreceréis ofrenda encendida a Yehováh…”

  • Es un Shabat (día de descanso);

 “Ningún trabajo haréis en este día…; porque es día de expiación”,

  • Es un mandamiento eterno.

“…estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que habitéis”.

Mateo, Marcos y Lucas nos cuentan que en una oportunidad, Yeshúa se llevó aparte a Shimón Kefa (Pedro), a Yaakov y a Yojanán a un monte alto. Ahí, se transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se tornaron blancos como la nieve, como los vestidos del Sumo Sacerdote. Moshé y Eliyahu aparecieron ahí. Todo esto ocurrió en un día de Yom Kipur.

Yeshúa nos estaba mostrando una sombra de lo mismo que ocurrirá cuando las naciones sean juzgadas el día del Juicio del Gran Trono Blanco. Yeshúa, nuestro Sumo Sacerdote estará ahí, al igual que el testimonio de la Tora (Moshé) y el testimonio de los profetas (Eliyahu).

Hermanos, que este sea un tiempo de arrepentimiento y que podamos volvernos a nuestro Padre que es grande y misericordioso… Que podamos expresar lo que dijo el profeta Oseas: “Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios” Oseas 14:2.

yom kippur

Nillah: Cerrando la puerta en Yom Kippur

Por: Miguel Forero -

Nos hallamos dentro los diez días previos a Yom Kippur, conocidos dentro del judaísmo como los “días de temor reverente” – Yamin Nora’im en hebreo, que comenzaron con Yom Teruáh y terminarán la noche que cierra Yom Kippur.

El nombre más común para este período de diez días, es Aseret Yemei Teshuváh ó Diez Días de Arrepentimiento. La tradición judía considera que Yom Teruáh es un día de juicio cuando Dios abre Su libro, examina nuestras obras, y decide quién vivirá, quién morirá, quién tendrá una buena vida, y quién la tendrá llena de problemas. Si bien el judaísmo considera que Dios hace tal decreto sobre la vida de cada quién ese primer día del Séptimo mes, tal decreto no está sellado o confirmado en el Libro de la Vida hasta Yom Kippur.

El día de Yom Kippur, el servicio de cierre se llama Nillah, que significa el cierre de una puerta.

La tradición judía sostiene que hasta este último momento, es posible arrepentirse y orar por la misericordia de Yehováh. De hecho, se dice que el acceso a través de esta puerta nunca es más fácil que en las horas previas a Yom Kippur. Este es un tiempo cuando los cielos están abiertos de par en par. Pero al llegar el crepúsculo y finalizar el ayuno de Yom Kippur, la puerta se cierra y el juicio se sella.

En el Brit Jadasháh (Nuevo Testamento), Yeshua declaró que Él es la puerta de entrada de Sus ovejas. Esa Puerta está abierta durante todo el año para aquellos que quieren entrar a través de él.

“Yo soy la puerta; todo el que entra por mí, será salvo” (Juan 10: 9)

Para entender lo que Yeshúa quiso decir con esto, examinemos el propósito de una puerta. Una puerta nos da acceso a un lugar; para llegar al otro lado, cruzamos por la puerta. Así mismo, a través de Yeshúa, por fe, ganamos acceso a la eternidad:

Yeshúa le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, de ningún modo morirá eternamente. Juan 11.25-26

Una puerta también proporciona un camino a través de una barrera. Nuestros pecados nos separan de Dios, pero a través de Yeshua, tanto los judíos como los gentiles tienen acceso al Padre Celestial (Abba b’Shamayim).Yeshúa dijo:

‘Yo soy el camino, la verdad y la Vida; nadie puede venir al Padre, sino por mí. Juan 14:6

Continuará…

003

Las Fiestas de Yehováh

Fuimos creados para interactuar con la Creación en todos sus niveles. El mandato original fue: “llenad la tierra y gobernadla”. En vez de eso, nos hemos agrupado a vivir en ciudades pavimentadas, llenas de rascacielos, altamente contaminadas y hemos perdido de vista “el Jardín” en que originalmente fuimos colocados.

El estilo de vida moderno, no ha desconectado de la naturaleza – la Creación de Yehováh- y nos ha “conectado” a una vida artificial que nos impide comprender la manera en que Dios actúa.

En esta condición no conocemos ni entendemos las Fiestas que nos fueron entregadas, ya que estas se hallan ligadas a la naturaleza y a los ciclos de cultivo de los alimentos.

No solo hemos perdido la oportunidad de reconocer la mano de nuestro Padre en la naturaleza sino que también ignoramos significado de los Tiempos Señalados por Él. Yehováh nuestro Padre, determinó múltiples celebraciones a lo largo del año:

Para la estación de la Primavera:

  • La Celebración de Pesaj (Pascua).
  • La Fiesta de Matzot (Panes sin Levadura).
  • La celebración de Bikkurim (Primeros frutos).
  • La Fiesta de Shavuot (Semanas o Pentencostés).

Para la estación del Otoño

  • La celebración de Yom Teruáh (Trompetas).
  • La celebración de Yom Kippurim (Día de las Expiaciones).
  • La Fiesta de Sukkot (Tiendas, Cabañas, o Tabernáculos)

Tenemos entonces Cuatro Celebraciones y Tres Fiestas cada año. Pero también tenemos al inicio de cada mes, la celebración de Yom Kodesh o inicio del mes lunar (ver tema: El Calendario de Yehováh) y en cada semana, tenemos el Shabbat, un regalo de nuestro Padre para que podamos suspender las rutinas que a veces nos agobian, y tomemos un respiro de la mano de  Él. (Ver tema: Shabbath, el Primer Mandamiento)

En general, podemos afirmar que estas Celebraciones y Fiestas tienen varios propósitos:

  • Apartar tiempos para estar con Él conociéndole y agradeciéndole por su provisión permanente.
  • Mantenernos alerta del desarrollo de su perfecto Plan Eterno.
  • Identificarnos como Su pueblo al honrarlo a Él.
  • Recrearnos y alegrarnos de la manera debida y sin excesos perjudiciales.

Cuando practicamos estas Celebraciones y Fiestas, estamos reconociendo que Yehováh es el centro de nuestra existencia, de manera que orbitamos en torno a Él todo el año, y de esa manera damos testimonio de que Él es la Persona más importante de nuestra vida, adicionalmente estas son oportunidades para desarrollar nuestras relaciones interpersonales y tomar tiempos para reposar y disfrutar las cosas que nos provee.

Decídete a participar en las Fiestas de Yehováh, porque obtendrás una comprensión de Su Palabra, que no es posible lograr de otra manera.

Más información en: Fiestas Bíblicas

Las Fiestas de Primavera y las de Otoño

what-does-the-bible-teach-about-the-return-of-jesus-740x444

Pero… del día y de la hora, ¡nadie sabe!


PATROCINADORES EXCLUSIVOS

Para acceder a este contenido, debe ser miembro de Club de Patrocinadores o iniciar sesión.

Shabbat table

Shabat: El Tiempo Señalado de Restauración y Retorno al Creador

Yehováh estableció el Shabat como un patrón a seguir y lo ejemplificó en el séptimo día cuando terminó su obra.

El Shabat es el primero de los tiempos señalados que se menciona en Levítico 23, antes que cualquier otra Fiesta. Su importancia es primordial ya que sucede más que cualquier otro tiempo señalado: una vez cada siete días, más de cincuenta veces al año. Esta regularidad demuestra su papel central en la relación entre Yehováh y su pueblo, recordándonos constantemente la obra de la creación y el pacto eterno con el Creador.

Como sabemos, el Shabat no fue dado en el Monte Sinaí, sino que viene desde la creación misma. Yehováh lo estableció como un patrón a seguir y lo ejemplificó en el séptimo día cuando terminó su obra.

Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

Desde este principio fundamental, el Shabat ha sido un tiempo de reposo, reflexión y restauración. Es un día en el que el hombre cesa de su obra, no solo físicamente, sino también espiritualmente, para conectarse con el Creador y renovar su compromiso con Él.

Conexiones en el hebreo

Las conexiones lingüísticas en el hebreo nos revelan dimensiones más profundas del significado del Shabat:

  1. Shabat (שָׁבַת) está estrechamente relacionada con la palabra “séptimo” (shvi’í, שְׁבִעִי), indicando que su naturaleza está vinculada a la estructura misma del tiempo establecido por Yehováh.
  2. La palabra “reposar” (va’ishbot, וְיִשֹׁׄתַ) es una conjugación de la palabra Shabat, lo que nos indica que su significado central es el cese de la actividad.
  3. La palabra Shabat proviene de la raíz hebrea shav (שָׁב), que significa retornar.

Este último punto es particularmente significativo, ya que nos muestra que el Shabat no es solo un día de descanso, sino un tiempo de retorno a Yehováh. Es un día para desconectarnos de las distracciones del mundo y volver a nuestra fuente, al Diseñador de la vida.

El Shabat y la restauración mesiánica

Con este entendimiento, podemos concluir que el Shabat es una contraparte de los días de la creación. En el proceso creativo, Yehováh se expresa y produce una fuerza activa de expansión, llenando el universo con su obra. En el Shabat, Él pausa y permite que todo retorne a Él, completando el ciclo de la creación con armonía y equilibrio.

Es por eso que el reinado milenial del Mesías es entendido como un tiempo de restauración, un Shabat para el mundo. Un período en el que todo retornará a Yehováh y su orden será plenamente restablecido. Como lo menciona el profeta Isaías:

Y acontecerá que de mes en mes, y de Shabat en Shabat, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dice Yehováh.

El Shabat, entonces, no es sólo un mandamiento para Israel, sino una imagen profética del futuro glorioso del Reino de Yehováh. Guardar el Shabat es ensayar para ese tiempo en el que toda la humanidad descansará en la presencia del Creador y vivirá en completa armonía con Él.


Lamb portraits 046a_2_1 (1)

Las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael

24 de Agosto, Semana 28

Mt 10:1-11:1; Mr 6:7-13; Lc 9:1-6

Por: Harold Calvo - 

En esta ocasión Yeshúa llama a sus doce discípulos, les da autoridad sobre los espíritus inmundos y sobre la enfermedad, y los envía en una misión especial, a una audiencia específica:

Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael. Mateo 10:5-6

Pero ¿quiénes son estas ovejas perdidas de la Casa de Yisrael a las cuales Yeshúa les da una prioridad por encima de “los gentiles y samaritanos”? Para responder a esta pregunta, tenemos que regresar al primer libro de Reyes, capítulo 11.

Y dijo Yehováh a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que Yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 1 Reyes 11:11

A causa del pecado de Salomón, Yehováh dividió el reino de Yisrael en dos: la Casa de Yahudáh y la Casa de Yisrael. La Casa de Yahudáh, a pesar de haber sido llevada al exilio a Babilonia por causa de su pecado, pudo por la gracia del Altísimo regresar a la tierra (de Yisrael) y preservar la Torá de Yehováh hasta el día de hoy. Caso contrario fue lo que le sucedió a la Casa de Yisrael la cual fue tomada en cautiverio por el imperio Asirio y eventualmente fue dispersada por el resto de las naciones.

En algún momento de la historia, las ovejas de la Casa de Yisrael fueron repudiadas y desechadas por Yehováh (Oseas 1:6,9) pero Él mismo prometió que eso no sería para siempre (Oseas 2:19-20,23). Es a través de la obra redentora de Yeshúa el Mesías que las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael pueden regresar de nuevo a la casa de su padre.

¡Regocijémonos, “porque este tu hermano (las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael) era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”!

Disciplina

¿Debo ser amigo? o… Padre de mis hijos

Por: Miguel Angel Forero R. -

Devarim 21:18-21

Hoy los padres evitan disciplinar a sus hijos porque sienten que podrían perder su afecto al contrariarles y prefieren “ser amigos” de ellos. Pero ese no es el mandamiento de nuestro Creador y Señor. Los padres más que amigos, son modelos y representan la autoridad de Yehováh en la vida de los hijos; su responsabilidad es guiarlos, educarlos, amonestarlos, disciplinarlos y equiparlos para enfrentar un mundo cruel, decadente y corrupto, lo cual no se puede lograr simplemente  siendo “amigo” de sus hijos.

La responsabilidad respecto a la formación de los hijos era tal, que si el hijo, luego de haber sido disciplinado y reconvenido varias veces, insistía en mantenerse siendo glotón, borracho y rebelde, debería ser denunciado  por sus propios padres antes las autoridades para que le fuera aplicada ¡la pena capital!  ¡Terrible! Sin embargo, no aparece en la Biblia historia alguna donde esto haya tenido que llevarse a cabo, y si fue así, debió ser una gran prueba de obediencia a Yehováh. Lo cierto es que el riesgo de que eso sucediera, muy seguramente alertaba a los hijos para que respetaran y obedecieran a sus padres, como era lo debido.

Hoy sigue siendo una responsabilidad indelegable, formar a nuestros hijos, lo cual sucede en el hogar. Es una tarea que muchos han delegado a las escuelas u organizaciones culturales o deportivas. Pero el carácter se forma con el ejemplo y con una disciplina firme que solo los padres pueden aplicar.

shutterstock_400537339

זֶרַע – La semilla

Una semilla en suelo fértil y la descendencia de un hombre. Ambas expresiones tienen una raíz común en el hebreo: la palabra zera (זֶרַע).

Zera significa semilla y aparece por primera vez en las escrituras en Genesis 1:11:

Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla (zera); árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 

La semilla es el componente esencial de las plantas para poder reproducirse. Tiene toda la información genética necesaria para poder producir una planta o un árbol, que a su vez, cuando madure y produzca fruto, producirá una planta o árbol exactamente igual a sus antecesores.

Es por eso que, bíblicamente hablando, cada hombre posee zera dentro de sí. Este es el mecanismo por el cual el ser humano, tal como las plantas y los animales, se reproduce.

Es por esto que la descendencia de un hombre es llamada también zera.

Génesis 15:5: (Yehováh) lo llevó fuera (a Abraham), y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu zera (tu descendencia).

Mujer con flujo

Si solamente tocare su manto…

20 de Agosto, Semana 27

Mt :10-23; Mr 5:24-34; Lc 8:42-48

Por: Harold Calvo  -  

En esta semana nos encontramos en la Cronología de los Evangelios con el relato de la mujer enferma de flujo de sangre.  Este evento es muy conocido debido a la fe que esta mujer tuvo, al punto que el mismo Yeshúa le dijo “tu fe te ha sanado” (Mt 9:22). Sin embargo, uno de los aspectos más interesantes acerca de este relato es ¿cómo sabía esta mujer que “si tocare solamente el manto de Yeshúa” ella sería sana? (Mt 9:28).

El profeta Malaquías había exclamado una profecía mesiánica que era conocida por Israel aún en el primer siglo. Echemos un vistazo al contenido de dicha profecía:

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación. Malaquías 4:2b.

El “Sol de justicia” es una referencia al Mesías y sus “alas” o kanaph -en hebreo- una referencia a los tzitziot, los cuales eran unos flecos que los hijos de Israel debían de vestir en sus atuendos de acuerdo al mandamiento dado por Yehováh en Números 15:38:

Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul.

Esto no significa que el tzitzit contenga un poder especial de sanación ni nada por el estilo. Lo que significaba esta profecía era que el Mesías iba a traer sanidad en sus tzitziot y esta mujer con flujo de sangre lo sabía, por lo cual creyó y recibió su sanidad.

La buena noticia es que el poder sanador que el Padre manifestó en los tiempos de Yeshúa, continúa vigente en la actualidad y mi oración es que usted reciba su sanidad ¡hoy mismo!

Shalom!