Jesus-habla

Los sanos no tienen necesidad de médico

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¿Te sientes extraviado? ¿Sientes que no eres digno de acercarte a Dios por su condición de pecador?

Semana 23: 20 al 26 de Julio,

Mateo 9:9-14; Marcos 2:14-22; Lucas 5:27-39

Tan solo unas semanas atrás, Yeshúa y sus discípulos habían visitado Sicar una ciudad de Samaria que quedaba cerca de la parcela de tierra que Ya’akov le había entregado a su hijo Yosef (Jn 4:5). Es interesante que en aquel episodio de la vida de Yeshúa, se nos cuenta que él permaneció con los Samaritanos por un período de dos días (Jn 4:43).

Los Samaritanos, a pesar de no ser descendientes directos de Israel, representan proféticamente a las ovejas perdidas de la Casa de Israel, que fueron tomadas en cautiverio por el imperio Asirio.

Yosef, el hijo amado de Ya’akov, tuvo dos hijos, Efrayin y Manasheh, de los cuales el menor (Efrayin) recibió la promesa por parte de Ya’akov (Gen 48:19),  que sería una multitud de naciones (goyim). La descendencia de Efrayin se ubicó al norte del territorio de la tierra de Israel, siendo Samaria su capital y terminó siendo esparcida por todas las naciones, mezclándose con los gentiles, dándole la espalda al Dios de sus padres, Yehováh.

En esta ocasión, los evangelios nos relatan que Yeshúa se sentó a la mesa a comer con lo que era considerado la escoria del pueblo: publicanos y pecadores. De inmediato es criticado por los líderes judíos de las sectas religiosas los cuales murmuran contra él cuestionando al Mesías de por qué comía con esa “clase de gente”. Yeshúa teniendo muy claro su propósito, les respondió citando al profeta Oseas quien dijo “misericordia quiero, y no sacrificio” (Os 6:6).

Lo más interesante de todo esto es que el mensaje del profeta Oseas iba dirigido especialmente a las ovejas perdidas de la casa de Israel, a la descendencia de Efrayin la cual se había extraviado, y se les había dicho en aquel entonces que se “les daría vida después de dos días” (Os 6:2).

¿Te sientes extraviado? ¿Sientes que no eres digno de acercarte a Dios por su condición de pecador? Te tengo buenas noticias: Yehováh tiene un plan de redención a través de Yeshúa el cual dijo “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”. Él no vino a llamar a justos, sino que vino a llamarte a ti y a mí, a pecadores, para que nos arrepintamos y nos volvamos a Él, ¡aún estamos a tiempo!

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El Reino de los Cielos – Maljut haShamaim

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El término el Reino de los Cielos es famoso en el Cristianismo dado que es utilizado por Yeshúa a lo largo de su ministerio. Ya sea exhortando a la gente a convertirse “en niños” para poder entrar en él (Mat 18:3), comparándolo con un tesoro escondido en un campo (Mat 13:44) o un grano de mostaza (Mat 13:31), e incluso hablando de como serían las reglas halájicas dentro del Reino (Mat 22:29).

Lo que muchos no saben, es que este término, Maljut haShamaim (el reino de los cielos), y el término sinónimo Maljut Elohim (el reino de Dios; a veces maljut Shadai), eran términos ampliamente utilizados en el contexto temporal judío en que Yeshúa vivió.

El Imperio Romano tenía completa soberanía sobre la tierra de Israel y oprimía al pueblo económicamente a través de tributos (impuestos) al emperador. Aquellos judíos disidentes que decidían rehusarse o incluso cuestionar aquellas normativas autoritarias imperialistas eran aplastados por el brazo militar romano, y sus cuerpos eran exhibidos sobre crucifijos como ejemplo para los demás, para que todos piensen dos veces antes de rebelarse o cuestionar la autoridad. Los zelotes eran un grupo disidente, mencionado en el Nuevo Testamento, que luchaba contra las autoridades romanas, con la esperanza de recobrar una autonomía judía, tal como los Macabeos lucharon contra los griegos un par de siglos antes.

Un pensamiento, arraigado en doctrina bíblica, se popularizó durante ese tiempo; tal como hay reinos e imperios en este mundo, que nacen, se expanden, y últimamente, pasan, hay también, en contraste, un reino que es eterno: el reino de Dios.

Una imagen muy clara de esto aparece en la interpretación del sueño del rey Nabudodonosor dada por Daniel en el segundo capítulo de su libro:

En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.

Ya en el libro de Éxodo Moisés exclama, después de que el Eterno partió el Mar y salvó al pueblo de Israel de los egipcios: ¡Yehová reinará eternamente y para siempre! (Ex. 15:18).

En el cuarto capítulo de Mateo se nos cuenta cómo Yeshúa viajaba por toda Galilea proclamando las buenas nuevas del reino.

Otra terminología popular en el judaísmo del tiempo de Yeshúa era la de ponerse bajo el yugo del reino de Dios o de los cielos. Este concepto podría ser comparado al de conversión (t’shuváh en hebreo). Una persona que se ponía bajo ese yugo, en contraste a los yugos de este mundo, era considerada una persona justa, un tzadik. A través de estos hombres (y mujeres) justos, el Reino de Dios era manifestado en la tierra. La meta ideal última de la creación, sería la de un reino al final de los días en donde todas las personas tendrían esa conciencia y el mal se extinguiría. Yeshúa, como un embajador del Reino, les explicó a los fariseos que no debían buscar en los cielos lo que se encontraba “entre ellos”:

Preguntado por los fariseos cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: “Helo aquí”, o “Helo allí”, porque el reino de Dios está entre vosotros.

Lucas 17:20-21

Yeshúa nos enseña acerca de una realidad espiritual, cuando todos están pensando en la realidad física, una realidad eterna, cuando todos se enfocan en lo temporal.

Cוando esperamos un reino que existe solamente en el futuro, no estamos hablando de un reino eterno. El concepto de eternidad implica la omnipresencia en el pasado, presente y futuro. ¿Recuerda el significado del nombre יהוה? Es justamente ese mismo.

En conclusión, existía en el judaísmo del primer siglo un fuerte contraste entre los reinos del mundo y el reino de Dios. El Reino de Dios era para muchos una promesa y esperanza en el futuro. Cuando Yeshúa vino, enseñando ampliamente sobre este reino que la gente tanto añoraba, mostró el camino y la manera de vivir en ese reino en el tiempo presente, ya que ese reino, siendo eterno, existe en este mismo momento. La manera de traerlo a este mundo es honrando a nuestro Creador y poniéndonos bajo su yugo. Así, nos convertiremos en personas justas y expandiremos Su reino en toda la tierra.

Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mat 6:33

 

Healthy lifestyle concept with diet and fitness

¡Dejemos atrás el pan inmundo!

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“…los hijos de Israel comerán su pan inmundo entre las naciones a donde Yo los disperse.
Ezeq 4:13

En estos tiempos, necesitamos asumir mayor responsabilidad por nuestra propia salud. El cuerpo humano diseñado por Yehováh, fue equipado para que constantemente se renovara y reparara a sí mismo; si tan solo siguiéramos las instrucciones provistas por Él como creador y diseñador, superaríamos muchos inconvenientes de salud.

Por su parte, la humanidad ha desarrollado, a lo largo de los años, tanto medicamentos como procedimientos para ayudar a la gente a enfrentar múltiples enfermedades; y curiosamente aun quienes hemos tenido un encuentro con Yeshúa, tendemos a poner toda nuestra confianza en tales cosas desconociendo las instrucciones provistas por el Creador y fortaleciendo la dependencia de los sistemas de salud.

Nuestro cuerpo, alma y espíritu, se ven afectados cuando consumimos cosas diferentes a aquellas que las Escrituras definen claramente como alimento. Somos lo que comemos y si nos mantenemos consumiendo comidas procesadas industrialmente, supuestamente mejoradas con colorantes, saborizantes, preservantes y quién sabe que más, estaremos proveyendo a nuestros cuerpos productos que no puede procesar, carentes de nutrientes naturales, que nos debilitarán en lugar de fortalecernos.

Mas si proveemos a nuestro organismo con la ‘comida original’ es decir las cosas que produce la tierra directamente, y tenemos en cuenta las instrucciones respecto a los animales que son comestibles, entonces estaremos en armonía con la Creación de Yehováh y veremos el fruto de ello, teniendo una salud radiante, como fue el caso del profeta Daniel, quien “decidió en su corazón no contaminarse con la comida del rey ni con el vino que bebía, por lo que pidió al príncipe de los eunucos que lo dispensara de esa contaminación.” Daniel 1:8

¿Cuál fue el resultado de esa decisión?

Al final de los diez días, sus semblantes tenían mejor parecer y estaban más saludables que todos los jóvenes que comían de los delicados manjares del rey.” Daniel 1:15

La decisión es de cada uno de nosotros. No es del médico, ni del dietista. Si proveemos al cuerpo lo que necesita, le estaremos ayudando a realizar su trabajo; de otra manera se lo estaremos dificultando y finalmente nos pasará la cuenta, padeciendo quebrantos, y convirtiéndonos en dependientes de medicinas, rebajando la calidad de vida y terminando como una carga para la familia.

No pospongamos esta importante decisión: Hoy es el día de iniciar un nuevo camino volviéndonos a los alimentos creados por Yehováh; esforcémonos por consumir verduras, frutas, tubérculos, y plantas diversas que nacen de la tierra; evitemos los alimentos procesados; bebamos agua pura; rebajemos o eliminemos el consumo de harinas refinadas y de azúcar; si consumimos carne, que sea solo de animales limpios conforme a las instrucciones de Levítico 11, para mantener nuestro ser en óptimas condiciones.

Cuando nuestros ancestros se olvidaron de Yehováh y su Pacto, Él los dispersó entre las naciones y advirtió:

“…los hijos de Israel comerán su pan inmundo entre las naciones a donde Yo los disperse.
Ezekiel 4:13

Tristemente, esto se ha cumplido; en nuestra ignorancia hemos estado consumiendo pan inmundo; es decir, comida que no proviene de la tierra y que lejos de proveernos la nutrición valiosa que requieren nuestros cuerpos, nos está matando lentamente.

Sí. Este es un llamado a volvernos a la Creación para consumir solamente las cosas que brotan de la tierra y que provienen de los animales declarados limpios por Yehováh, es la alternativa que tenemos para hacer frente a la contaminación presente que nos abruma por todas partes y que busca nuestra destrucción . Es tiempo de fortalecernos y disfrutar de una salud como la planeó Yehováh para sus hijos.

Tomemos conciencia de que somos un pueblo apartado, un pueblo especial que muestre aún por su salud radiante, que vivimos de acuerdo a las Instrucciones o Toráh de Yehováh.

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Porque para esto he sido enviado…

Mateo 4:23-35, Marcos 1:35-39 & Lucas 4:42-44

Nos encontramos entre la semana 18 y la semana 21 de la Cronología de los Evangelios. Yeshúa sale de Kfar-Nahum hacia un lugar apartado para orar. Shimón y los que estaban con él fueron a buscarlo, y cuando lo encontraron le dijeron “todos te buscan”, pero Yeshúa les respondió “Vengan, vamos a otras aldeas para que yo pueda predicar ahí también, porque para esto he venido.

El Evangelio de Lucas es aún más específico, y nos detalla la razón por la cual Yeshúa había venido: para anunciar el Evangelio del Reino de Dios. Marcos también nos relata que justo después de que Yeshúa estuvo por 40 días en el desierto,  él vino a Galilea predicando “el Evangelio del Reino”. Pero, ¿qué es el Evangelio del Reino de Dios?

El tema es bastante amplio, pero al menos analicemos uno de los aspectos más relevantes acerca de este Evangelio del Reino. Echemos un vistazo al mensaje que tanto Yeshúa como Yojanán Ben Zejariáh (Juan el Bautista) predicaban a su audiencia:

“En aquellos días vino Yojanán el inmersor predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 3:1-2

“Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados”. Marcos 1:4

“Desde entonces comenzó Yeshúa a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17

Es muy interesante que no era un mensaje nuevo el que ellos estaban predicando, ya que los profetas desde tiempos antiguos, llamaban al pueblo a hacer lo mismo: a arrepentirse y a volverse de sus malos caminos…

Así dijo Yehováh: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”. Jr 6:16

¡Que esto nos ayude a identificar el verdadero Evangelio del Reino! ¡Shalom!