Cuando una persona comienza a profundizar en el estudio de la Biblia y deja atrás los condicionamientos religiosos, se da cuenta de que hay muchísimos mandamientos contenidos en las páginas de la Torá. No por casualidad, la palabra Torá es traducida como ley, a pesar de que la traducción más adecuada sería instrucción.
Estas instrucciones no fueron creadas por el Todopoderoso para abrumarnos ni condicionar nuestra existencia a un confinamiento religioso, sino para aprender a manejarnos en este mundo y poder guiar a nuestras familias y comunidades.
De acuerdo a una cuenta rabínica, existen 613 mandamientos contenidos en los primeros 5 libros de la Biblia. Debemos tener en cuenta que no todos aplican a todas las personas. Muchos de esos mandamientos están exclusivamente relacionados con el servicio del Templo y el sacerdocio, otros son sólo para los jueces, o sólo para las mujeres, u hombres, etc.
La mayoría de la gente conoce los Diez Mandamientos, que representan las declaraciones que el Creador mismo pronunció desde el monte Sinaí y le dictó a Moisés:
Y Yehováh dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.
Y él estuvo allí con Yehováh cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, Los Diez Mandamientos. Éxodo 34:27-28
Dentro de estos Diez Mandamientos, que hasta la mayoría de los Cristianos se jactan de observar, tenemos el Shabat, el cuarto mandamiento:
Acuérdate del día de Shabat (reposo) para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Yehováh tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yehováh bendijo el día de reposo y lo santificó. Éxodo. 20:8-11
A pesar de que en este versículo nos habla de “acordarse” del día de Shabbat, en el recuento de los mandamientos en Deuteronomio 5 nos habla de “guardarlo“.
¿Porqué es el Shabbat el primer mandamiento?
Cuando el mandamiento de Shabbat fue primeramente, ‘declarado’ por el Creador en Éxodo 20, aparece en el cuarto lugar. Entonces ¿Porqué digo que el Shabbat es el primer mandamiento?
Simple, cuando seguimos la cronología de la salida de los Hijos de Israel de Egipto, en camino al Monte Sinaí, en el segundo mes, es cuando se quejaron y recibieron maná del cielo. A los pocos días de haber comenzado a caer el maná Moisés les dijo:
Esto es lo que ha dicho Yehováh: Mañana es el santo día de reposo (Shabbat), el reposo consagrado a Yehováh; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. (Ex. 16:23)
Así es como podemos ver que el Shabbat fue introducido semanas antes de haber llegado los hijos de Israel al Monte Sinaí, y tuvo implicaciones en lo relacionado a la recolección y preparación de comida.
¿De dónde viene el Shabbat?
El Shabbat es definido en la semana de la creación, al comienzo del libro de Génesis. Miles de años antes de que la Torá fuese entregada e incluso Abraham fuese escogido, el Creador fijó este modelo y patrón de siete días. Cuando estudiamos distintos elementos de la Creación nos damos cuenta de que el número 7 es extremadamente relevante y no puede ser alterado, ya sea en las 7 notas musicales (do re mi fa sol la si), los 7 colores del arco iris o los 7 días de la semana. A lo largo de la narrativa Bíblica nos encontramos con este número una y otra vez.
Conclusión
Siendo el primer mandamiento que aparece luego de haber salido los hijos de Israel de la esclavitud, vemos que tiene una importancia especial. No es casualidad que la mayoría de los creyentes que se interesan en las raíces hebreas del Cristianismo comiencen con este mismo mandamiento.
En estos tiempos erráticos en los que vivimos, en donde empleamos la mayoría de nuestro tiempo en trabajar para conseguir bienes materiales, separar el día de Shabbat del resto de los días es una verdadera señal (Ex. 31:17) que nos recuerda a Quién servimos en verdad.
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