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Parashá BeHa’alotjá – La Conexión Divina
Números 8:1–12:16

Un evento muy relevante es relatado en esta porción de la Torá; en el año segundo, en el mes segundo, partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí (Num 10:11). El mes anterior (el primer mes del año siguiente al Éxodo), el Tabernáculo había sido erigido (evento registrado originalmente en Éxodo 40 pero recordado nuevamente en esta parashá, en Números 9:15).

El pueblo de Israel, habiendo sido liberado de la esclavitud en Egipto, tuvo un encuentro sobrenatural con el Todopoderoso en el Monte Sinaí. Allí permanecieron por casi un año, incluso varios meses después de haber recibido la Torá por medio de Moisés. La razón principal por la que permanecieron allí fue materializar el mandamiento de construir el Tabernáculo.

El Tabernáculo se convertiría en la experiencia portátil del Monte Sinaí para los hijos de Israel para generaciones futuras. El Arca de la Alianza, llamada también del testimonio, llevaría consigo esa nube que todo el pueblo presenció en el Sinaí. La misma nube que guió a los israelitas en el desierto durante cuarenta años.

La conexión entre la nube, el Arca del Pacto, y las experiencias en el Monte Sinaí y el Jardín del Edén nos muestra la continuidad de la guía y protección divinas a lo largo de la historia bíblica. Según comentaristas rabínicos como Rashi, la nube no solo proveía una guía física, sino que también era un símbolo de la Presencia Divina constante y protectora (Rashi sobre Números 9:15). Esta narrativa nos invita a reflexionar sobre la importancia de confiar en la guía divina en nuestro propio viaje espiritual.

Preguntas para reflexionar

1. Confianza en la Guía Divina: ¿En qué áreas de tu vida puedes aprender a confiar más en la guía divina, al igual que los israelitas confiaron en la nube y el Arca?

2. Presencia Continua de Dios: ¿Cómo experimentas la presencia de Dios en tu vida diaria? ¿Qué prácticas te ayudan a sentir esa presencia de manera más tangible?

3. Simbolismo de los Querubines: ¿Qué significado tiene para ti la imagen de los querubines sobre el Arca del Pacto en relación con la protección divina?

4. Lecciones del Sinaí: ¿Qué lecciones puedes aplicar de la experiencia de Moisés en el Monte Sinaí cuando subió a la nube para recibir la Ley?

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¿Dónde se encuentra el Jardín del Edén?

¿Dónde se encontraba el Jardín del Edén, el paraíso terrenal descrito en las Escrituras? El Edén ha sido un lugar de misterio y maravilla que ha capturado la imaginación de la humanidad a lo largo de los siglos. Hoy, nos embarcaremos en un viaje para explorar las teorías más intrigantes sobre la ubicación de este paraíso perdido.

Contexto Bíblico

El libro de Génesis nos describe el Edén como un lugar en donde el hombre interactuaba con la divinidad, donde fluían ríos y crecían árboles con frutos para la vida eterna.

Génesis 2 nos lo describe así:

Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre de uno era Pishón; que rodea la tierra de Javilá, donde hay oro; El nombre del segundo río es Gijón; este es el que rodea la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Jidekel; este es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Prat.

Todas estas son pistas geográficas que nos orientan en la búsqueda de este lugar sagrado. 

De acuerdoal historiador Flavio Josefo, el Pishón era el Río Ganges, que está a gran distancia de Mesopotamia; otros académicos lo asocian con el Río Indus, que muchos asocian con la cuna de la civilización, mientras que los samaritanos lo asocian con el río Nilo.

Al Gijón, el segundo río, no hay que confundirlo con el Guijón que aparece en el libro de los Reyes, que es otro nombre para el río Shilóaj, que era una fuente, con arroyos, cerca de la Jerusaén antigua.

El Génesis afirma que este río rodeaba la tierra de Cush. Históricamente la tierra de Cush se refiere a la parte sur del río Nilo, hoy entre Egipto y Sudán. Si se refiere a esta tierra de Cush entonces es probable la teoría de varios eruditos bíblicos que lo asocian con el río Nilo.

El tercer río, que es el Jidekel nos lleva a otra área geográfica que es Asiria. La LXX traduce este río como el Tigris, que se va a relacionar con el cuarto río, el Prat, cuya caracterización y fonología perduró en el hebreo y nuestras lenguas latinas, que es el Éufrates.

Además, nuestras traducciones en español, a través del latín y el griego, tienen al Tigris como el río citado por Daniel 10:4, que en hebreo, es nuevamente el Jidekel. La única otra instancia en donde el nombre de este río aparece en las Escrituras. Daniel también lo llama “el río Grande”.

Por último, el río Prat, o el Éufrates, aparece 19 veces en las Escrituras hebreas, y naciendo en las montañas armenias, desemboca en el Golfo Pérsico.

En Genesis 15 es citado por el Creador cuando realiza el pacto con Abram, otorgándole a sus descendientes la tierra desde el “río de Egipto hasta el Éufrates”.

A pesar de que uno se lo imagina mucho más lejos, hay solo unos 400 km o menosentre el norte de la actual Israel y el río Eufrates, ya que se puede llegar yendo hacia el este, pero también hacia el norte. De hecho, durante el reinado de Salomón los límites llegaban hasta allí.


Principales Teorías

Teoría Mesopotámica

Según algunos eruditos, el Edén se encontraba en Mesopotamia, donde los ríos Tigris y Éufrates se encuentran. Juan Calvino, reformador de la Iglesia, también reflexionó sobre la ubicación del Jardín del Edén. Calvino cita a Moisés, mencionando que un río regaba el jardín y luego se dividía en cuatro. “Todos concuerdan en que el Éufrates y el Tigris son dos de esos ríos” -escribe- “pero hay controversia sobre los otros dos”.

Menciona también que algunos creen que son el Ganges y el Nilo, pero argumenta que esto es improbable debido a la distancia geográfica. Calvino sugiere que la geografía pudo haber cambiado después del Gran Diluvio, complicando la localización exacta del Edén. La falta de evidencia arqueológica contundente hacen difícil determinar la ubicación exacta del Edén, que sigue siendo un enigma.

Teoría Rabínica

En la literatura rabínica, similarmente encontramos distintas opiniones acerca de la geografía, pero se introduce también la idea del Jardín del Edén como un lugar espiritual, muchas veces en oposición al “Gehenom” (gehena), o el infierno.

La naturaleza espiritual del Edén tiene sentido cuando lo conectamos con el hecho de que en este lugar, Adán y Eva estaban en comunión con el Creador. La expulsión del Edén es similarmente asociada con una “caída”, haciendo alusión a un nivel superior y uno inferior.

Otros elementos, como la colocación de querubines en la entrada del Edén indican que la humanidad no tiene un acceso directo a este lugar en la dimensión física.

Mas tarde en la historia bíblica, nos encontramos nuevamente con estos querubines siendo construidos sobre la cubierta del Arca de la Alianza. A través de complejos rituales realizados por el Sumo Sacerdote, este proceso le permitía a él y a todo Israel a través de su mediación, comulgar nuevamente con el Creador, o en otras palabras, encontrar el camino de regreso a aquel paraíso perdido desde tiempos inmemoriales, el Edén.

¿Cuál es tu opinión? ¿Dónde crees que estaba ubicado el Jardín del Edén? Compártenos tus pensamientos y teorías abajo en comentarios.

Dónde se encontraba el Jardín del Eden?

¿Dónde se encontraba el Jardín del Edén, el paraíso terrenal descrito en las Escrituras? Un lugar de misterio y maravilla que ha capturado la imaginación de la humanidad a lo largo de los siglos. Hoy, nos embarcaremos en un viaje para explorar las teorías más intrigantes sobre la ubicación de este paraíso perdido.

Blog BeHar [cabecera]

Parashá BeHar – El Año Shmitá
Levítico 25:1-26:2

La parashá BeHar, que se encuentra en el libro de Levítico, significa “en la montaña”.

Todas estas instrucciones que comenzaron cuando Moisés subió al Monte Sinaí después de que el Creador declarara los Diez Mandamientos en Éxodo 20, continúan a través de todo el libro de Levítico, ya que los israelitas estuvieron más de un año acampando en la base del Monte Sinaí.

En esta porción se presenta uno de los conceptos más revolucionarios y espirituales de la Biblia: el Año Sabático o Shmitá, y el Año del Jubileo, o Yovel. Este mandato, Shmitá, que ordena dejar descansar la tierra cada siete años, no solo tiene implicaciones ecológicas, sino que también tiene profundas implicaciones en lo que respecta a la fe, la justicia social y la relación del ser humano con el Creador y Su creación.

El año de Jubileo anunciaba también el retorno de todos los habitantes a su tierra ancestral. Es decir, incluso si las tierras eran vendidas y acumuladas por ciertas personas o familias, al cabo de este período se efectuaba un “gran reinicio” o “reset”, en el cual todo era restaurado y un nuevo comienzo tomaba lugar. A través de estas acciones y observancias, los pobladores de la tierra debían reconocer Quien era el Verdadero Propietario de toda la tierra. 

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El Ciclo de Lectura de la Torá


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Blog Ajarei Mot [cabecera]

Parashá Ajarei Mot – Los dos machos cabríos – Levítico 16:1-18:30

En Levítico, capítulo 16, se nos presenta el ritual de sacrificios que será llevado a cabo cada Yom Kipur. Este día es el único en el año en que el sacerdote ingresaba al Lugar más Santo.

En este ritual comunitario,  Aarón debía poner sus dos manos sobre la cabeza de un macho cabrío vivo, y confesar  todas las iniquidades de los hijos de Israel “para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel”.

Este era un día extremadamente solemne, y en esta parashá tenemos la oportunidad de ver cómo fue originalmente concebido en las instrucciones del Creador a Israel. Veamos que podemos aprender de esto:

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¡Date prisa y sal de tu propio Egipto!

La celebración de Pésaj es en un sentido la celebración más importante de todas, ya que ninguna otra de las celebraciones, puede concebirse sin primero ‘salir de Egipto’.

Año tras año celebramos rituales que fueron instituidos hace milenios. Año tras año repetimos un ciclo de tradiciones que despiertan partes de nuestra psiquis y reviven nuestro espíritu. El calendario del Creador se encuentra en sintonía con la naturaleza, la cual es Su creación, tal como lo somos nosotros. Al retornar una y otra vez Sus caminos, aquella senda antigua, estamos retornando a aquella parte profunda dentro de nuestro ser, en donde el Espíritu del Dios Viviente se manifiesta.

La celebración de Pésaj es en un sentido la celebración más importante de todas, ya que ninguna otra de las celebraciones, puede concebirse sin primero ‘salir de Egipto’. Incluso el Shabat no podría haber sido entregado al pueblo de Israel sin primero haber salido de Egipto (ellos recibieron ese mandamiento en relación al día en que no caería maná). La salida de Egipto marca el primer mes del calendario (Éxodo 12:2) y marca el comienzo de la relación de Yehováh con el pueblo como un grupo, en lugar de hacerlo de manera individual tal como lo fue con los patriarcas hasta ese momento.

Hay un versículo interesante en la narrativa del Éxodo, que aparece al mismo tiempo que los hijos de Israel están saliendo de Egipto:

Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida.

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A pesar de que los hijos de Israel conocían la idea de que había un Éxodo planeado, luego de cientos de años de esclavitud y siendo testigos de las caprichosas y rotundas negativas del Faraón, incluso después de las más severas plagas, ellos no necesariamente podían creer que la salida y liberación de esa esclavitud fuera posible.

En un instante el Faraón ordenó su expulsión (o les permitió la salida, dependiendo de cómo decidamos verlo) de los hijos de Israel y al siguiente instante, ellos salieron libres al desierto.

El simbolismo para hoy

Egipto fue el lugar en que los hijos de Israel sufrieron un período de esclavitud; pero metafóricamente hablando, puede simbolizar aquello que nos mantiene esclavos a nosotros. Pesaj no es sólo el momento en que conmemoramos la salida histórica del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, sino que es también la celebración de nuestra propia liberación de aquello que nos esclaviza.

No es por nada que los rabinos judíos exhortan al pueblo a que “cada persona se vea a sí misma como si hubiera salido de Egipto”. La celebración de la fiesta debe ser a nivel nacional, pero también a nivel personal.

Puede que seamos libres hoy en un sentido físico, pero es de la naturaleza humana, volver a caer en ciclos que esclavizan nuestra conciencia y empañan nuestra libertad de elección. Existe la necesidad imperativa de continuar en el camino de la libertad; y ensayarlo año tras año nos da la oportunidad de salir de aquellas trabas personales.

¡Date prisa!

El punto referido en el versículo de arriba, que dice que la masa no había leudado cuando los Israelitas salieron de Egipto, y que no habían tenido tiempo ni para prepararse comida, es muy importante. El tema de la matzá es un tema central de esta fiesta (la Fiesta de Matzot), y la matzá indica el elemento del “apuro” con el que salieron de Egipto.

Transponiéndolo al simbolismo que podemos aplicar en un nivel personal, ¿qué significa salir aprisa de Egipto?

Si dijimos que Egipto representa aquello que nos esclaviza, y el Éxodo tiene que ver justamente con “dejar” atrás esa esclavitud, “salir aprisa” tiene que ver con no pensarlo demasiado. Permíteme ampliar un poco; cuando meditamos en dejar algo, tal como un mal hábito, del cual nos sentimos esclavos, generalmente pensamos mucho sobre eso; tenemos dudas y planeamos escenarios en nuestra mente acerca de cómo sería la vida sin esto o aquello a lo que estamos apegamos… pero la salida de Egipto sucedió de prisa. Es decir, no hubo mucho tiempo para planear el menú, ni cuántos días de viaje serían, etc.

De la misma manera debe ser nuestra“salida de Egipto”: Dejando atrás todo lo que nos mantiene esclavos; debe suceder sin dudas ni cuestionamientos internos, estando preparados para emprender ese viaje hacia el desierto desconocido, sabiendo que el Todopoderoso nos estará guiando de día y de noche, para traernos al lugar que Él nos prometió.

¡Feliz Pésaj para todos!

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Eclipses en el Espejo del Cielo

“la caída” o “el oscurecimiento de un cuerpo celeste”, que se deriva del verbo ἐκλείπω (ekleípō) que significa ” abandonar”, “oscurecer” o “dejar de existir”, una combinación del prefijo ἐκ- (ek-), de la preposición ἐκ (ek), “fuera”, y del verbo λείπω (leípō), “estar ausente”.

Blog Shmini [cabecera]

El Octavo Día – Parashá Shminí
Levitico 9:1–11:47 

El nombre de esta parashá significa “octavo”, y se refiere al ‘día después’ de que Aarón y sus hijos completaron el proceso de inauguración de su sacerdocio por siete días… Interesante que se mencione este día ocho, ¿no? Siempre asociamos el ciclo de siete días con la cosmovisión bíblica, pero el ocho también tiene un papel especial. 

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¿Cuál es el propósito de la Torá?

El propósito original de la Toráh es el de crear un marco de interacción entre las personas basado en un criterio universal de justicia.

Cuando analizamos la estructura de la sociedad en que vivimos, hay un elemento en particular que sobresale en lo que respecta a la organización y respeto mutuo de los individuos; las leyes.

Se puede aseverar que una sociedad que carece de leyes es caótica. Si no tenemos derechos como individuos entonces todo está permitido. Esta es una receta para el desastre. En nuestras naciones modernas, en las que los gobiernos están plagados de corrupción y el sistema judicial funciona más por conexiones y sobornos que por la defensa de la ley, podemos confirmar que las consecuencias sociales y económicas son calamitosas.

Criminales de ‘guante o cuello blanco’ caminan libres sin repercusiones, mientras que personas que violan inadvertidamente leyes inconstitucionales pagan desmesuradamente.

¿Cuál es el propósito de la Torá?

El objetivo principal de la Torá es el de establecer una estructura social basada en la justicia. A diferencia de muchas prédicas ultra-espiritualizantes de teólogos modernos y antiguos, el propósito de la Torá es el de crear un marco de interacción entre las personas basado en un criterio universal de justicia.

Tanto los Diez Mandamientos, como el resto de los 613 mandamientos que son detallados en las Escrituras, tienen como intención guiarnos en una vida de justicia y equidad. Muchos de ellos tienen que ver con las relaciones interpersonales, es decir, cómo yo me relaciono con mi prójimo, mientras otros tienen que ver con la relación entre el individuo y el Creador.

Lo interesante es que incluso aquellos mandamientos que expresan la manera de conectarnos y relacionarnos con nuestro Creador, están conectados también con la justicia social y la manera de relacionarnos con nuestro prójimo.

No puede haber Justicia en una sociedad sin Dios

Los primeros cuatro de los Diez Mandamientos no dicen nada acerca de la manera de relacionarnos con el prójimo, sino que se enfocan en nuestra relación con el Creador. Y aquí está el secreto de la Justicia. Es Justicia porque es ordenada por el Creador. Es decir, para determinar qué es justicia y qué no lo es, debemos poder establecer un concepto universal de la misma. De lo contrario, ¿qué constituye los parámetros subjetivos de una persona o grupo de personas como superiores a lo que un grupo diferente considera como justicia?

Es por esta razón que antes de lidiar con conceptos relacionados a la justicia entre individuos debemos establecer Quién es el Creador y qué lugar ocupa en nuestra vida. Debemos establecer que no podemos tener a otros Elohim (poderosos) frente a Él (primer mandamiento) y debemos otorgarle el respeto que Él se merece como el Creador del Universo y de todo lo que existe. Una vez establecido este principio, ahora sí, podemos continuar profundizando en qué es lo que Él requiere de nosotros en lo que respecta a nuestras interacciones como individuos.

El Rol de la Justicia en el Israel Antiguo

La justicia, solo la justicia seguirás

Deuteronomio 16:20

Esta exhortación para los hijos de Israel viene acompañada de mandamientos para instituir cortes judiciales enteras, junto con ejemplos y estatutos acerca de cómo administrar la justicia y advertencias acerca de no ceder a los sobornos o intereses personales y subjetivos, sino que debían observar un nivel de absoluta imparcialidad.

Un libro entero en el Tanaj está dedicado a los jueces, que lideraron Israel por varias generaciones antes de la institución de la monarquía. E incluso luego de la unción de los reyes, tenemos testimonios acerca de la ejecución de juicios justos del rey Salomón, quien por su parte consideró a la justicia mayor que los sacrificios:

Hacer justicia y juicio es a Yehováh Más agradable que sacrificio.

Proverbios 21:3