Blog Ekev [cabecera]

Parashá Ekev – Las Bendiciones Materiales de la Obediencia – Deuteronomio 7:12 – 11:25

En muchos otros blogs en el pasado, he resaltado el significado espiritual de muchas de las enseñanzas y mandamientos contenidos en la Torá. Yeshúa reveló muchos misterios espirituales, y las bendiciones reales son espirituales.

Pero al mismo tiempo vivimos en el mundo material. Adam fue creado con una naturaleza física y le fue comandado interactuar con ese mundo material. Y las bendiciones espirituales tienen una contraparte material.

Tal como Abraham fue bendecido en gran manera con bienes materiales, este sección de la Torá detalla bendiciones materiales concretas, asociadas con la obediencia a los mandamientos. 

Conclusión:

Esta porción de la Torá nos recuerda que la obediencia a los mandamientos de Dios trae tanto bendiciones espirituales como materiales.

A lo largo de esta Parashá, se describe cómo la fidelidad a las leyes divinas pueden transformarse en abundancia y prosperidad en nuestras vidas.

La descripción de la riqueza de la tierra a través de las siete especies ofrece una imagen de las recompensas tangibles que esperan a aquellos que llevan una vida fiel. Al reflexionar sobre este pasaje, se nos anima a apreciar y valorar la conexión profunda y significativa entre nuestras acciones diarias, y las bendiciones que recibimos consecuencia.

Esta interrelación nos proporciona una comprensión más completa de la importancia de vivir de acuerdo con los principios divinos, reconociendo que nuestras decisiones y comportamientos tienen un impacto directo en las bendiciones que experimentamos en nuestra existencia.

Reflexión y Preguntas de Estudio:

Mientras exploramos estas bendiciones, es importante reflexionar sobre el papel de la obediencia y la fe en nuestra propia vida.

¿Cómo podemos aplicar los principios de la parashá Eikev en nuestra vida cotidiana?

¿De qué manera estamos reconociendo y agradeciendo las bendiciones materiales y espirituales que recibimos?

¿Qué acciones concretas podemos tomar para vivir una vida más en sintonía con los mandamientos divinos, asegurando así la abundancia y prosperidad prometidas?

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¿Cuánto Duró el Ministerio de Yeshúa? El debate entre 3.5 Años y 70 Semanas


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Blog Matot-Masei [cabecera]

Parashá Matot-Masei – La tribulación beneficiosa
Numbers 30:2–36:13

Las Parashot Matot y Masei, se leen juntas esta semana, y abarcan de Números 30:2-36:13. Habiendo llegado el pueblo de Israel a los valles de Moab, al otro lado del Jordán, Moisés recapitula las “jornadas”, o viajes (masei) durante los 40 años que los israelitas pasaron en el desierto.  

Esta experiencia nos ofrece una visión profunda de los retos y las lecciones espirituales que enfrentaron. Pero lo más importante, y esto es algo que no se destaca frecuentemente, es que este período de transición desde la esclavitud en Egipto hasta la entrada en la Tierra Prometida no solo es una narración histórica, sino también una analogía poderosa de nuestra propia travesía espiritual y las tribulaciones que podemos encontrar en nuestro camino hacia la redención.

A continuación, veremos algunos paralelos entre la historia bíblica y su relación con nuestro propio caminar y desarrollo espiritual:

Es muy común “cuestionar” al Creador cuando suceden cosas en nuestra vida, que juzgamos como “negativas” o como obstáculos, pero si tomamos en cuenta el patrón establecido en las Escrituras, no sólo con los viajes de los hijos de Israel por el desierto, sino también con Avraham, Yeshúa, etc., podremos apreciar que esas dificultades no fueron decretadas sobre nosotros para destruirnos, sino para fortalecernos.

De la misma manera que un estudiante debe someterse a difíciles evaluaciones para estimar si ha aprendido el contenido y está listo para pasar al siguiente nivel, nosotros también necesitamos pasar por pruebas, tal como lo hicieron los israelitas en el desierto, para comprobar si realmente tenemos esa fe verdadera en nuestro corazón.

Preguntas para estudio y reflexión:

1. ¿Cómo podemos aplicar las lecciones de obediencia y fe en nuestra vida diaria?

2. ¿Qué similitudes encuentras entre las tribulaciones del pueblo de Israel en el desierto y los desafíos que enfrentamos hoy en día como creyentes?

3. ¿De qué manera la perseverancia de Josué y Caleb puede inspirarnos en tiempos de incertidumbre?

4. ¿Qué pruebas actuales puedes ver como oportunidades para el refinamiento espiritual y el fortalecimiento de tu fe?

Blog Jukat [cabecera]

Parashá Jukat – La Serpiente, ¿una figura mesiánica?
Números 19:1–22:1

A pesar de que la serpiente ha tenido mala reputación dentro de los círculos de creyentes, dada la historia del Jardín del Edén, podemos apreciar en las Escrituras que la serpiente no siempre es utilizada en una connotación negativa.

Yeshúa hizo referencia a su astucia para exhortar a sus seguidores a imitarla. También recordó el evento en tiempos de Moisés, y se comparó a sí mismo con la serpiente cuando fue levantada y utilizada como símbolo de sanación. Hasta tiempos modernos, este símbolo de la serpiente elevada sobre el bastón es utilizada en el ámbito de la salud y la medicina moderna en todo el mundo.

Este evento, sucedió originalmente hace alrededor de 3400 años, y está registrado en esta sección de las Escrituras hebreas.

Esta parashá narra eventos que suceden al término de los 40 años que Israel estuvo en el desierto. A medida que se acercan a la recompensa de la Tierra Prometida, surgen nuevos desafíos que pondrán a todo el pueblo a cuestionar su fe en las promesas del Todopoderoso.

El papel de la fe cumple un rol importantísimo a lo largo de todas las Escrituras. Tal como la fe que le fue considerada a Abraham por justicia, pasando por la fe necesaria en las promesas del Creador en el desierto por 40 años, y la fe que Yeshúa exhortó a sus discípulos a tener en él y en Aquel que lo envió.

Idolatrización de la Serpiente en los Días de Ezequías

El rey Ezequías, en su esfuerzo por purificar la adoración en Israel y eliminar la idolatría, destruyó la serpiente de bronce que Moisés había hecho. Aunque originalmente la serpiente había sido un medio de sanación y un símbolo de fe en Dios, con el tiempo los israelitas comenzaron a adorarla en lugar de a Dios mismo, quemándole incienso y rindiéndole culto como a un ídolo.

“Él quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés; porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán.”
2 Reyes 18:4

Preguntas de Reflexión

1. ¿Qué lecciones de fe y obediencia podemos aprender del evento de la serpiente de bronce?

2. ¿Cómo podemos aplicar la enseñanza de mirar hacia Dios en tiempos de crisis en nuestra vida diaria?

3. ¿De qué manera la simbología mesiánica de la serpiente de bronce puede profundizar nuestra comprensión de la redención a través de Yeshúa?

4. ¿Cómo podemos evitar idolatrar los símbolos y figuras religiosas y, en su lugar, centrar nuestra devoción en el Todopoderoso, tal como enseñó Yeshúa?

Blog BeHaalotja [cabecera]

Parashá BeHa’alotjá – La Conexión Divina
Números 8:1–12:16

Un evento muy relevante es relatado en esta porción de la Torá; en el año segundo, en el mes segundo, partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí (Num 10:11). El mes anterior (el primer mes del año siguiente al Éxodo), el Tabernáculo había sido erigido (evento registrado originalmente en Éxodo 40 pero recordado nuevamente en esta parashá, en Números 9:15).

El pueblo de Israel, habiendo sido liberado de la esclavitud en Egipto, tuvo un encuentro sobrenatural con el Todopoderoso en el Monte Sinaí. Allí permanecieron por casi un año, incluso varios meses después de haber recibido la Torá por medio de Moisés. La razón principal por la que permanecieron allí fue materializar el mandamiento de construir el Tabernáculo.

El Tabernáculo se convertiría en la experiencia portátil del Monte Sinaí para los hijos de Israel para generaciones futuras. El Arca de la Alianza, llamada también del testimonio, llevaría consigo esa nube que todo el pueblo presenció en el Sinaí. La misma nube que guió a los israelitas en el desierto durante cuarenta años.

La conexión entre la nube, el Arca del Pacto, y las experiencias en el Monte Sinaí y el Jardín del Edén nos muestra la continuidad de la guía y protección divinas a lo largo de la historia bíblica. Según comentaristas rabínicos como Rashi, la nube no solo proveía una guía física, sino que también era un símbolo de la Presencia Divina constante y protectora (Rashi sobre Números 9:15). Esta narrativa nos invita a reflexionar sobre la importancia de confiar en la guía divina en nuestro propio viaje espiritual.

Preguntas para reflexionar

1. Confianza en la Guía Divina: ¿En qué áreas de tu vida puedes aprender a confiar más en la guía divina, al igual que los israelitas confiaron en la nube y el Arca?

2. Presencia Continua de Dios: ¿Cómo experimentas la presencia de Dios en tu vida diaria? ¿Qué prácticas te ayudan a sentir esa presencia de manera más tangible?

3. Simbolismo de los Querubines: ¿Qué significado tiene para ti la imagen de los querubines sobre el Arca del Pacto en relación con la protección divina?

4. Lecciones del Sinaí: ¿Qué lecciones puedes aplicar de la experiencia de Moisés en el Monte Sinaí cuando subió a la nube para recibir la Ley?

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¿Dónde se encuentra el Jardín del Edén?

¿Dónde se encontraba el Jardín del Edén, el paraíso terrenal descrito en las Escrituras? El Edén ha sido un lugar de misterio y maravilla que ha capturado la imaginación de la humanidad a lo largo de los siglos. Hoy, nos embarcaremos en un viaje para explorar las teorías más intrigantes sobre la ubicación de este paraíso perdido.

Contexto Bíblico

El libro de Génesis nos describe el Edén como un lugar en donde el hombre interactuaba con la divinidad, donde fluían ríos y crecían árboles con frutos para la vida eterna.

Génesis 2 nos lo describe así:

Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre de uno era Pishón; que rodea la tierra de Javilá, donde hay oro; El nombre del segundo río es Gijón; este es el que rodea la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Jidekel; este es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Prat.

Todas estas son pistas geográficas que nos orientan en la búsqueda de este lugar sagrado. 

De acuerdoal historiador Flavio Josefo, el Pishón era el Río Ganges, que está a gran distancia de Mesopotamia; otros académicos lo asocian con el Río Indus, que muchos asocian con la cuna de la civilización, mientras que los samaritanos lo asocian con el río Nilo.

Al Gijón, el segundo río, no hay que confundirlo con el Guijón que aparece en el libro de los Reyes, que es otro nombre para el río Shilóaj, que era una fuente, con arroyos, cerca de la Jerusaén antigua.

El Génesis afirma que este río rodeaba la tierra de Cush. Históricamente la tierra de Cush se refiere a la parte sur del río Nilo, hoy entre Egipto y Sudán. Si se refiere a esta tierra de Cush entonces es probable la teoría de varios eruditos bíblicos que lo asocian con el río Nilo.

El tercer río, que es el Jidekel nos lleva a otra área geográfica que es Asiria. La LXX traduce este río como el Tigris, que se va a relacionar con el cuarto río, el Prat, cuya caracterización y fonología perduró en el hebreo y nuestras lenguas latinas, que es el Éufrates.

Además, nuestras traducciones en español, a través del latín y el griego, tienen al Tigris como el río citado por Daniel 10:4, que en hebreo, es nuevamente el Jidekel. La única otra instancia en donde el nombre de este río aparece en las Escrituras. Daniel también lo llama “el río Grande”.

Por último, el río Prat, o el Éufrates, aparece 19 veces en las Escrituras hebreas, y naciendo en las montañas armenias, desemboca en el Golfo Pérsico.

En Genesis 15 es citado por el Creador cuando realiza el pacto con Abram, otorgándole a sus descendientes la tierra desde el “río de Egipto hasta el Éufrates”.

A pesar de que uno se lo imagina mucho más lejos, hay solo unos 400 km o menosentre el norte de la actual Israel y el río Eufrates, ya que se puede llegar yendo hacia el este, pero también hacia el norte. De hecho, durante el reinado de Salomón los límites llegaban hasta allí.


Principales Teorías

Teoría Mesopotámica

Según algunos eruditos, el Edén se encontraba en Mesopotamia, donde los ríos Tigris y Éufrates se encuentran. Juan Calvino, reformador de la Iglesia, también reflexionó sobre la ubicación del Jardín del Edén. Calvino cita a Moisés, mencionando que un río regaba el jardín y luego se dividía en cuatro. “Todos concuerdan en que el Éufrates y el Tigris son dos de esos ríos” -escribe- “pero hay controversia sobre los otros dos”.

Menciona también que algunos creen que son el Ganges y el Nilo, pero argumenta que esto es improbable debido a la distancia geográfica. Calvino sugiere que la geografía pudo haber cambiado después del Gran Diluvio, complicando la localización exacta del Edén. La falta de evidencia arqueológica contundente hacen difícil determinar la ubicación exacta del Edén, que sigue siendo un enigma.

Teoría Rabínica

En la literatura rabínica, similarmente encontramos distintas opiniones acerca de la geografía, pero se introduce también la idea del Jardín del Edén como un lugar espiritual, muchas veces en oposición al “Gehenom” (gehena), o el infierno.

La naturaleza espiritual del Edén tiene sentido cuando lo conectamos con el hecho de que en este lugar, Adán y Eva estaban en comunión con el Creador. La expulsión del Edén es similarmente asociada con una “caída”, haciendo alusión a un nivel superior y uno inferior.

Otros elementos, como la colocación de querubines en la entrada del Edén indican que la humanidad no tiene un acceso directo a este lugar en la dimensión física.

Mas tarde en la historia bíblica, nos encontramos nuevamente con estos querubines siendo construidos sobre la cubierta del Arca de la Alianza. A través de complejos rituales realizados por el Sumo Sacerdote, este proceso le permitía a él y a todo Israel a través de su mediación, comulgar nuevamente con el Creador, o en otras palabras, encontrar el camino de regreso a aquel paraíso perdido desde tiempos inmemoriales, el Edén.

¿Cuál es tu opinión? ¿Dónde crees que estaba ubicado el Jardín del Edén? Compártenos tus pensamientos y teorías abajo en comentarios.

Dónde se encontraba el Jardín del Eden?

¿Dónde se encontraba el Jardín del Edén, el paraíso terrenal descrito en las Escrituras? Un lugar de misterio y maravilla que ha capturado la imaginación de la humanidad a lo largo de los siglos. Hoy, nos embarcaremos en un viaje para explorar las teorías más intrigantes sobre la ubicación de este paraíso perdido.

Blog BeHar [cabecera]

Parashá BeHar – El Año Shmitá
Levítico 25:1-26:2

La parashá BeHar, que se encuentra en el libro de Levítico, significa “en la montaña”.

Todas estas instrucciones que comenzaron cuando Moisés subió al Monte Sinaí después de que el Creador declarara los Diez Mandamientos en Éxodo 20, continúan a través de todo el libro de Levítico, ya que los israelitas estuvieron más de un año acampando en la base del Monte Sinaí.

En esta porción se presenta uno de los conceptos más revolucionarios y espirituales de la Biblia: el Año Sabático o Shmitá, y el Año del Jubileo, o Yovel. Este mandato, Shmitá, que ordena dejar descansar la tierra cada siete años, no solo tiene implicaciones ecológicas, sino que también tiene profundas implicaciones en lo que respecta a la fe, la justicia social y la relación del ser humano con el Creador y Su creación.

El año de Jubileo anunciaba también el retorno de todos los habitantes a su tierra ancestral. Es decir, incluso si las tierras eran vendidas y acumuladas por ciertas personas o familias, al cabo de este período se efectuaba un “gran reinicio” o “reset”, en el cual todo era restaurado y un nuevo comienzo tomaba lugar. A través de estas acciones y observancias, los pobladores de la tierra debían reconocer Quien era el Verdadero Propietario de toda la tierra. 

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Parashá Ajarei Mot – Los dos machos cabríos – Levítico 16:1-18:30

En Levítico, capítulo 16, se nos presenta el ritual de sacrificios que será llevado a cabo cada Yom Kipur. Este día es el único en el año en que el sacerdote ingresaba al Lugar más Santo.

En este ritual comunitario,  Aarón debía poner sus dos manos sobre la cabeza de un macho cabrío vivo, y confesar  todas las iniquidades de los hijos de Israel “para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel”.

Este era un día extremadamente solemne, y en esta parashá tenemos la oportunidad de ver cómo fue originalmente concebido en las instrucciones del Creador a Israel. Veamos que podemos aprender de esto: