El becerro de oro 2

Infidelidad en el Desierto – Parashá Ki Tisa
Éxodo 30:11 – 34:35

Nuestra porción de esta semana inicia con instrucciones respecto al censo de población. Este hecho tiene un significado importante porque nos deja ver la igualdad de todas las almas ante nuestro Creador y Padre: no hay diferencia en cuanto a su condición económica, su abolengo, su educación, su apariencia, su entrenamiento, sus conexiones o experiencia.

Los censos eran realizados para saber el potencial de las naciones para ir a la guerra; y esta ofrenda o impuesto, no era una garantía ni de sus vidas, ni de que tendrían éxito en las batallas. Sea que ganaran o perdieran, Yehováh estableció que Yisrael pagara un rescate por su propias almas durante el censo, mostrando así la seriedad con que Yehováh considera la pérdida de una vida humana.

El pago debía ser anual, y así se practicó hasta el tiempo del exilio a Babilonia bajo Nabucodonosor, cuando fue suspendido. Luego Nehemías lo restableció cuando regresaron del exilio, pero Adriano, el emperador romano lo prohibió en 135 EC. Ahora que Yisrael ha regresado a su tierra, ésta práctica fue restablecida el 23 de Marzo de 1997.

NO SOMOS MEJORES QUE AARON

A pesar de haber hecho una decisión para seguir a Yeshúa, aún conservamos en nuestro interior el impulso de hacer lo que nos parece bien a nuestros propios ojos, cosa que hemos estado acostumbrados a hacer por tantos años, y fácilmente tendemos a rechazar de manera casi natural las directrices que nos provee nuestro Padre Yehováh.

Nos llenamos de razonamientos y actuamos exactamente como lo hizo Eva en el Edén: “vemos las cosas, nos parecen buenas, las hallamos agradables, y procedemos a actuar” sin dar mayor trascendencia a nuestras acciones y mucho menos a sus consecuencias.

Tal fue el caso de Aarón. Afortunadamente él se arrepintió a tiempo y el perdón para él y su familia fue tan completo, que le fue mantenido el nombramiento que había recibido de ser el segundo después de Moshé y más aún fue nombrado Sumo Sacerdote al servicio de Yehováh!  

Cuando hay verdadero arrepentimiento y acciones que así lo demuestran, Yehováh perdona y sigue adelante con Su plan para nosotros.  Esto es gracia maravillosa.

Pero no olvidemos la lección: Se requiere de nosotros un serio compromiso con la obediencia; es lo que nuestro Padre espera. En el proceso de obedecer, siempre habrá multitud de razonamientos como: “Parece que soy el único que está en esto, pues la mayoría de personas hace otra cosa”; o… “me siento raro actuando de esta manera”, etc. Pero Yehováh espera que nuestra voluntad controle tales impulsos y pensamientos y que inteligentemente decidamos seguir sus instrucciones, mandamientos, leyes, decretos, estatutos, testimonios y demás. Al actuar de esta manera, estaremos demostrándole que confiamos en sus palabras, que nos consideramos Su pueblo y sobre todo que en realidad le amamos.

Cifra grandes del exodo

¿Cuántos salieron de Egipto realmente?


PATROCINADORES EXCLUSIVOS

Para acceder a este contenido, debe ser miembro de Club de Patrocinadores o iniciar sesión.

Yeshua en el desierto

Si en verdad eres hijo de Dios…
Ataque a la identidad

La estrategia del oponente no ha cambiado. Como hizo con Yeshúa, hoy tú y yo, seguimos siendo probados respecto a nuestra identidad.

Cuando hablamos de la identidad de una persona, no solo nos referimos a su documento de identificación; hablamos de quién es ella. Asociadas a la identidad se hallan cosas como nuestra cultura, que proviene del país donde crecemos, nuestra herencia familiar, nuestras creencias, las experiencias que hemos vivido y la lengua que hablamos,  entre otras cosas.

Yehováh creó al ser humano con la capacidad de desarrollar la diversidad de culturas que conocemos hoy, y estas permanecerán una vez que el Reino del Mesías sea establecido, pues el libro del profeta Zacarías nos dice:

…sucederá que todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalem, subirán de año en año a postrarse ante el Rey, ante Yehováh Sebaot, y a celebrar la solemnidad de los Tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalem para postrarse ante el Rey Yehováh Sebaot, no vendrá lluvia sobre ellos. Zacarías 14:16-17

El pasaje claramente nos da a entender que las naciones, con todo lo que a ellas las identifica, seguirán existiendo, pues sus rasgos que han desarrollado no riñen con el Reino del Mesías.

Sin embargo, en el presente como nunca antes, la identidad tanto nacional como personal se encuentran siendo cuestionadas, despreciadas, y atacadas en general por los múltiples movimientos que están en desarrollo: diversidad, inclusión, globalismo, agenda climática, etc.

También la familia está bajo ataque como nunca antes; y con estrategias como la eliminación de las diferencias de género, el feminismo, la redefinición de la sexualidad y mucha otras cosas se busca su desintegración. También se quieren eliminar las fronteras de los países, para poder establecer un documento de identidad universal; y ya estamos en camino a unificar la economía y a tener una moneda única. 

De la misma manera hay un gran esfuerzo por agrupar a todas las religiones bajo una sola, con la premisa de que: es más lo que nos une que lo que no separa. Y finalmente, en aras de la salud y la seguridad, se quieren establecer múltiples formas de control de la población, incluyendo la unificación de la dieta, los medios de transporte, las cosas que podríamos adquirir y en general los bienes de consumo, con la disculpa de “proteger el planeta del calentamiento global”!

De manera que mientras Yehováh está despertando un pueblo a su verdadera identidad, el mundo y el sistema están forzándolo a perder tal identidad.

Yehováh ha iniciado lo que pareciera ser la ejecución de la última fase de su plan eterno con miras al establecimiento del Reino del Mesías, el cual no tendrá fin. Pero tal empresa no será fácil y nosotros que hemos sido llamados a formar parte del pueblo de Israel, a pesar de estar en la dispersión y contra toda posibilidad, hemos sido despertados a nuestra verdadera identidad.

Por todas estas amenazas, se requiere de nosotros una toma de conciencia activa para mantenernos alerta y no dejarnos arrebatar lo que hemos recibido: nuestra herencia. 

El ataque frontal del Satán a Yeshúa, tuvo que ver con su identidad: Si eres hijo de Dios… di que estas piedras se conviertan en pan. Ya que eres hijo de Dios, échate abajo! El Satán sabía muy bien que si lograba hacer dudar a Yeshúa de su identidad todo estaba ganado.

Y su estrategia no ha cambiado. Hoy tú y yo, seguimos siendo probados respecto a nuestra identidad. O acaso, cuando llegan las dificultades, no vienen a nuestras cabeza pensamientos como: ¿Será que en realidad he sido aceptado por Dios? ¿Habré perdido mi derecho a estar dentro de la familia de Dios? etc.

Si damos paso a estos pensamientos, estaremos derrumbados. Nuestra seguridad se basa en que entramos en un Pacto con nuestro Padre Yehováh, quien nunca faltará a tal pacto, independiente de nuestros sentimientos o emociones porque Su honor está de por medio. Afirmémonos pues en Sus promesas y cerremos los oídos a tales voces; porque tales amenazas, son precisamente la confirmación de que estamos en lo correcto.

Shalom! 


Despedida de Jacob

Génesis 47:28 – 50:26

Estamos a punto de terminar de leer el libro del Comienzo: Génesis. Hallándose ya en los últimos momentos de su vida, Jacob dio instrucciones claras a sus hijos respecto de su sepultura. Su cuerpo debería ser trasladado a Canaán para ser puesto en la cueva de la Macpela que su abuelo Avraham había adquirido años atrás.

friendship-2112623_1920

¡Elige la vida!

De la misma manera que un buen padre instruye a su hijo o hija en cuanto a la mejor decisión a tomar, nuestro Padre Yehováh nos instruye a elegir la vida.

“…elige la vida, para que vivas…” Deuteronomio, 30:19

En este corto verso, Yehováh nuestro Padre, nos dice que ha puesto delante de nosotros la vida y la muerte. Él pone ante su pueblo dos opciones diametralmente opuestas: la vida y el bien, o la muerte y el mal.

De la misma manera que un buen padre instruye a su hijo o hija en cuanto a la mejor decisión a tomar, nuestro Padre Yehováh nos instruye a elegir la vida.

Hoy mismo llamo por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Yehováh tu Dios, obedeciendo su voz y siéndole fiel. Vs. 19-20

Este versículo provee una increíble visión del propósito de la Toráh.

Yehováh nos dio las Escrituras como guía para que sepamos lo que es bueno y lo que es malo; no obstante, depende de cada uno de nosotros vivir aceptando el bien y rechazando el mal, o vivir de acuerdo con los dictados de nuestro propio corazón y la perspectiva cultural actual o cosmovisión del mundo.

Este es el concepto de libre albedrío que Yehováh ha dado a la humanidad.

La pregunta que el ángel no hace

Un antiguo comentarista de la Biblia judía, Rashi, cita una historia o midrash, en la tradición oral (en el tratado Niddah) sobre el ángel responsable de la concepción que pregunta a Dios si el niño crecerá para ser fuerte o débil, sabio o tonto, rico o pobre.

El ángel, sin embargo, nunca pregunta a Dios si el niño se convertirá en malo o en justo, ya que Dios puede determinar las circunstancias de su vida, pero la decisión de elegir el buen camino o el mal ha sido dejada al libre albedrío del hombre.

Libres para elegir la vida en medio de la adversidad

Aunque no es posible controlar todas las circunstancias que afectan nuestras vidas, podemos determinar cómo reaccionaremos a ellas.

Es más fácil ser feliz, o ser agradable cuando todo va bien; pero no hay garantía de que seremos felices o agradables en los malos tiempos… e incluso en medio de los buenos tiempos.

Del mismo modo, las circunstancias trágicas no tienen que sacudirnos de nuestra base  firme para que perdamos la fe en Yehováh y nos volvamos miserables y amargados. Incluso cuando nos hallemos bajo estrés físico y emocional extremo, podemos elegir nuestro comportamiento: amar y perdonar, o permanecer en odio y amargura.

La mayoría de nosotros nunca tendrá que soportar condiciones tan brutales, pero a cada uno de nosotros nos serán presentadas estas opciones a lo largo de nuestras vidas.

Debemos elegir entre ser o no valientes, entre ser desinteresados y fieles, o inclinarnos hacia el miedo; entre luchar por nuestro propio camino, o perder nuestra dignidad humana, especialmente durante una adversidad grave.

Nuestra moral y ética serán probadas en varias ocasiones a lo largo de nuestras vidas. No podemos alegar, como lo hicieron algunos de los nazis acusados de crímenes de guerra, que se defendieron diciendo: “No tuve elección …. Sólo estaba siguiendo órdenes.”

La verdad es que siempre tendremos la capacidad de caminar de acuerdo con los valores de la Toráh o de andar por ese camino ancho que conduce a la destrucción.

Es un asunto de cada día

No hay tal cosa como una decisión que nosotros hagamos y que permanezca inmutable indefinidamente. Somos seres volubles y nuestras emociones suben y bajan conduciendonos muchas veces a cambiar las decisiones que hemos hecho.

Por eso precisamente, debemos tomar conciencia de que la relación con nuestro padre Eterno es un asunto de día a día; y la decisión de mantenernos en Su Camino, es algo que nos compete hacer o renovar cada vez que abrimos nuestros ojos en la mañana y tomamos conciencia de que se nos ha concedido la oportunidad de seguir en este mundo. 

 

Vayeshev - cabecera

Génesis 37:1 – 40:23

Con la lectura de esta porción, estaremos dando inicio a una de las historias más fascinantes respecto a cómo Yehováh, el Creador de los cielos y de la tierra, tiene absoluto control de todos los detalles de la vida humana;

¡El Segundo Éxodo se acerca!

Cada seguidor de Yeshúa ha sido llamado a salir del sistema del mundo, aunque lamentablemente, para muchos ha sido muy difícil discernir qué es lo de este mundo y qué es lo de Yehováh. 

Quienes hemos optado por seguir el Camino Estrecho de la Toráh,  en cierto sentido nos hallamos en el “desierto de las naciones”, y camino a la Tierra Prometida confiando en que el Mesías muy pronto establecerá Su Reino.

Cada seguidor de Yeshúa ha sido llamado a salir del sistema del mundo, aunque lamentablemente, para muchos ha sido muy difícil discernir qué es lo de este mundo y qué es lo del Reino de nuestro Padre Yehováh. La actual generación de creyentes está llamada específicamente a regresar a la justicia en la Toráh.

Yehováh está encontrándonos y en cierto sentido cortejándonos cara a cara, ofreciéndonos su Pacto de Matrimonio – Su Toráh. Muchos estamos aceptando tal ofrecimiento; hemos respondido a Su llamado y ahora estamos demostrando si en verdad vivimos o no según Sus Instrucciones (Toráh).

Algunos de quienes acepten este llamado, tendrán dificultades con la obediencia, tal como nuestros ancestros hebreos las tuvieron en el desierto aún después de haber entrado en el Pacto. Tengamos presente que si probamos la rebelión, no entraremos en Su Reposo,

…juré en mi ira que no entrarían en mi reposo. Salmo 95:11

porque la rebelión es prueba de falta de amor. Sin embargo, si alegremente vivimos en el Pacto con Él, nos será permitido entrar en Su Reposo!

Al decidir seguir fielmente a Yehováh, podemos llegar a estar en condiciones similares a las que tuvieron nuestros padres en el desierto: sin comida, sin agua, sin brújula, y en la actualidad, sin internet, electricidad, agua potable, celulares, ni redes sociales, cosas cuya ausencia haría que la vida de muchos fuera invivible; pero de eso se trata el desierto de la naciones.

Estamos rodeados por circunstancias que el enemigo ingenia continuamente para sacarnos de la obediencia a la Toráh y arrastrarnos dentro de los valores corruptos de este mundo. Pero de la misma manera que Yehováh gracias a Su Pacto, proveyó alimento, agua, protección y dirección, durante la experiencia en el desierto a nuestros ancestros Israelitas, también proveerá las mismas cosas a través del Ruaj Ha’Kodesh (Espíritu Santo) al Israel restaurado que está disperso en el desierto de las naciones. Conforme mantenemos nuestra mirada en Él y obedecemos Su dirección, entraremos -como lo hicieron Josué y Caleb – en Su Tierra Prometida: Su Reino!

El vínculo del Pacto

Si deseamos ser parte del Reino de Yeshúa, entrar en el pacto no es opcional, pero tampoco implica una atadura o esclavitud. El término: vínculo (hebreo: masoreth), habla de la clase de ligadura para las partes de un convenio, tal como sucede con aquellos que se consagran el uno al otro en matrimonio; es un compromiso mutuo y voluntario, del cual ninguna de las partes espera ser desligada.

Esta experiencia de vivir en el desierto-de-las-naciones, por llevar una vida de acuerdo a la Toráh y en oposición al sistema del mundo, es específicamente para la generación que vive justo antes del regreso del Mesías, y en el presente está siendo experimentada por aquellos que hemos declarado nuestra lealtad a Yeshúa. Somos quienes estamos recibiendo el llamado de Yehováh a salir del sistema del mundo que nos rodea, dejando atrás las tradiciones de hombres enseñadas por el sistema de la religión convencional.

Aquellos que escuchen y acepten el llamado habrán pasado bajo el cayado de Yehováh a Su Reino; estos habrán sido traídos dentro de los vínculos del Pacto! (Ezequiel 20:33-38). Somos la generación que está experimentando la “restauración de todas las cosas” prometida en Mateo 17:11 y anunciada por Pedro en Hechos 3:21-24. Somos la generación que verá regresar a Yeshúa en poder y gloria, y es nuestro deseo estar preparados para entrar en Su Reino, sin mancha ni cosa semejante, para ser la novia que retornará a su condición inicial antes del exilio de las diez tribus que terminaron siendo divorciadas por parte de Yehováh!

Por eso algunos de los sabios tropezarán; para que sean acrisolados, purificados y emblanquecidos hasta el tiempo del fin, porque aún es para el tiempo determinado. Daniel 11:35

Muchos serán limpios y emblanquecidos y purificados, pero los impíos seguirán procediendo impíamente y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. Daniel 12:10