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Tú, también estás haciendo tu Propio Éxodo

El proceso de sacar a Yisrael de Mitsráyim (Egipto), culmina en un momento determinado, y el Mitsráyim material queda atrás; pero sacar a Mitsráyim, de los corazones de los Yisraelitas, será una larga tarea que demandará años. Para Yisrael, la nueva vida estaba llena de desafíos de fe, de pruebas de obediencia, de tests que habrían de sacar la realidad existente dentro de cada uno; de entrenamientos que habrían de fortalecer el carácter y de nuevas oportunidades para poner en práctica lo aprendido.

La historia de Yisrael, es una sombra de la vida de cada persona que decide dejar atrás los estándares del mundo, para seguir las instrucciones de  Yehováh y vivir de acuerdo a Sus Mandamientos. Algo similar sucede con cada uno de nosotros, independiente de la edad en que tomemos tal decisión. Habiendo estado presos del sistema en el que hemos nacido, un día cuando decidimos marchar bajo la autoridad de nuestro Rey Y’shua, somos sacados a la libertad. En ese instante somos trasladados del reino de las tinieblas al reino de la luz donde necesitamos aprender a vivir de acuerdo a una nueva cultura.

Pero traemos tan enraizado el estilo de vida anterior, que a cada rato y a cada momento, éste se manifiesta. Tomará años, si no el resto de la vida, desaprender y erradicar maneras de pensar y de reaccionar, criterios, costumbres, tradiciones, creencias y patrones de conducta que ya no corresponden con el nuevo medio al que hemos sido trasladados.

Pero no estamos solos en este proceso, el cual representa un desafío de resistencia a largo plazo y que relativamente pocos quieren enfrentar. Yehováh ha prometido estar con nosotros como lo estuvo con nuestros padres en el desierto y a pesar de la terquedad de ellos, les proveyó y finalmente los trajo a su destino. Así mismo será con nosotros. Así que ¡ANIMO! no te rindas antes tus falencias. Mira siempre adelante y apóyate cada día en las promesas que nos ha hecho nuestro Padre Fiel.

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El Exodo de Israel y el tuyo

Por: Miha'el  -

Cuando leemos los capítulos 10 al 13 del Exodo, nos encontramos con las obras poderosas que hizo Yehováh para liberar a nuestros padres. Las plagas no sucedieron todas en un par de semanas, sino que hubo un desenvolvimiento de acciones que progresarían hasta llegar al clímax de la libertad de Yisrael.

Las plagas que vinieron sobre Mitsráyim sucedieron en grupos de tres, con el propósito de establecer tres principios eternos:

  • Las tres primeras plagas prueban la existencia de Yehováh:  “En esto conocerás que Yo Soy Yehováh…” (Exodo 7:17)
  • Las tres siguientes prueban que su providencia se extiende a los asuntos terrenales del día a día, y que Él elige no ser inconsciente de las cosas materiales:  “Sin embargo aquél día exceptuaré la tierra de Goshén, en la cual habita mi pueblo…”  (Exodo 8:22)
  • Las tres que continúan, prueban que el poder de YHVH es inigualable:  “Yo enviare  todas mis plagas sobre tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, a fin de que sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra.”  (Exodo 9:14).
  • La décima plaga es la que quiebra al Paroh y trae la redención a Israel.

Toda esta historia desemboca en Pesaj, la cual es establecida por Yehováh para recordatorio.

Ahora bien, acostumbramos celebrar los cumpleaños, porque conmemoran el día de nuestro nacimiento físico. Sin embargo nunca celebramos nuestro “nacimiento” a la nueva vida que hemos obtenido mediante Yeshúa, en parte porque es imposible saber con certeza en qué día o fecha nuestro Padre Yehováh nos otorgó vida espiritual.

Sin embargo, Yehováh nos dio Pesaj (Pascua). Es la Celebración en la cual hacemos memoria de aquél día en que fuimos trasladados de las tinieblas a Su Reino, el Reino de Yehováh, el Reino de la Luz.

Por eso se nos ordena contar la historia de nuestros padres cuando salieron de Mitsráyim (Egipto), para que las generaciones nuevas se conecten con sus raíces y puedan tener así una identidad clara. Pero no debemos quedarnos allí solamente, porque cada uno tenemos una historia de nuestra propia partida de “Egipto”. Es la noche en la que podemos compartir con nuestros allegados, dónde estábamos, de qué éramos esclavos; cómo nos rescató Yehováh y cómo nos sacó a una nueva vida.

Es la oportunidad para celebrar nuestra libertad y para imprimir en las vidas de las nuevas generaciones, nuestros niños o nuestros nietos, que Yehováh es real y que aún es capaz de transformar vidas.

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El Exodo y un mundo que no cambia

Por: Miha’el  –

Siendo seguidores de Yeshúa, hemos entendido que su muerte y resurrección estuvieron alineadas con la celebración de la salida del pueblo de Egipto bajo la dirección de Moshé. ¿Coincidencia? No!

La esfera del mundo, gobernado por ha-satán, abarca todos los sistemas en los cuales nos movemos día tras día: Política, educación, religión, economía, salud, entretenimiento, deportes, etc. Todo se halla permeado por la filosofía griega que estimula la afirmación del ego, la excesiva preocupación por la apariencia, el énfasis en lo temporal y la ausencia de un Único Creador y Juez Supremo. En resumen existe una esfera de tinieblas donde habitan las potestades que gobiernan este mundo quienes son más siniestras y perversas que el Faraón, a quienes les ha sido permitido estar en control, hasta que Yeshúa, el Rey de Gloria, venga a gobernar.

​En la lectura de la Toráh para esta semana, podemos darnos cuenta de que el mundo no cambia.
Paroh es una figura de quienes nos rodean cuando nos decidimos a seguir a Yeshúa andando en la obediencia a sus Mandamientos. Los familiares y amigos, se comportan de forma muy parecida a la de Paroh y sus actitudes y reacciones (en itálicas) hacia los seguidores de Yeshúa son:

  • Al comienzo de rechazo y crítica total: Paroh: “No dejaré que vayan a adorar a su Dios”.  Familia y amigos: ¿En qué andas? ¿Te estás cambiando de religión? Eso no está bien; debes mantenerte dentro de la tradición! Exodo 5.4-5
  • Luego, de tolerancia controlada: Paroh: “Vayan, pero no demasiado lejos” –  Familia y amigos: Bueno, si ya se decidieron a andar en eso, ¿qué le vamos a hacer? pero eso sí, no dejen de practicar lo mismo que nosotros hacemos. Exodo 8.28
  • Remordimiento (no arrepentimiento) y busca de beneficios: Paroh: “He pecado esta vez.  YHVH es el justo y yo y mi pueblo los malvados.” – Familia y amigos:  Ustedes que están tan cerca de Dios, oren por mi.  Denme consejos para resolver mis problemas. Exodo 9.27

Siempre habrá una confrontación entre quienes deseamos agradar a Yehováh y quienes nos rodean. Fue la experiencia de los patriarcas, de Moshé, de los profetas, de Yeshúa, de Shaúl y de muchos otros que han sido fieles. ¿Por qué habría de ser diferente para nosotros?

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Bendice a tus hijos pero… ¡bendícelos de veras!


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Y Tú… ¿Ya fuiste asimilado?

Por Miguel Angel Forero R.  -

¿Conoces el término?  Asimilación, tiene un significado básico de “hacerse igual” a algo ó a alguien.  Por ejemplo, decimos: “Esta música se asimila a aquella” ó “tal persona se comporta de manera similar a…  alguien conocido”.  Ahora bien, de éste término, se desprende: ASIMILACION CULTURAL, con lo cual estamos hablando de adoptar un estilo, una forma de vida; una manera de ser, una prioridad, una cultura, unos valores, etc. incorporándolos a nuestra vida de manera que lleguen a ser parte de uno.  Sucede cuando, al salir de nuestra patria, adoptamos, ya por fuerza, ya por conveniencia, las costumbres y formas de vida del nuevo país.  Afirmamos que si hemos de prosperar en el nuevo lugar, hemos de “integrarnos a la cultura” pues de otra manera siempre seremos vistos y tratados como extranjeros.

YOSEF EN MITSRÁYIM

Yosef no fue el primero en enfrentarse al problema de la asimilación venciéndolo con éxito. Avraham, Yitsjaq y su padre Yisrael, habían sido capaces de mantener su identidad y su lealtad a Yehováh, a pesar de estar rodeados de gente pagana. ¡Ahora Yosef estaba solo! Por supuesto que Yehováh estaba con él; pero no había nadie más de su familia; sin embargo mantuvo sus valores y su confianza en ‘El Elohim de sus padres, lo cual se hace evidente cuando les dice a sus hermanos durante su primer encuentro después de 17 años:

Yo temo a Elohim (Dios) Genesis 42:18

Y que Yosef había influido en sus siervos en cuanto a su fe, se hace evidente, cuando en el segundo viaje, al retornar el dinero, el siervo de Yosef que recibe a sus hermanos, les dice:

Paz a vosotros, no temáis.  Vuestro ‘Elohim, el ‘Elohim de vuestro padre os dio un tesoro escondido en vuestros costales; vuestra plata llegó a mi. Génesis 43:23.

Así a pesar de que Yosef lucía externamente como un egipcio, hablaba la lengua egipcia y tenía un nombre egipcio: Tsafnat Panéaj, nunca dejó de ser Yosef, el hijo de Yaaqov. Pensemos: una vez establecido en Mitsráyim (Egipto), Yosef podría haberse olvidado de su familia y de sus creencias; después de todo, le habían rechazado fríamente vendiéndolo como si no fuera de la familia; sin embargo, mantuvo su identidad.  Esta convicción, es lo que dirige las acciones de Yosef aún respecto de su familia.

Y TU… ¿YA FUISTE ASIMILADO?

No eres del mundo; porque fuiste sacado de Mitsráyim (Egipto) cuando aceptaste someterte al Mesías.  Pero…  si vistes como del mundo, hablas como del mundo, comes lo que el mundo come, tus metas son las que establece el mundo (dinero, buen nombre y poder), si la manera en que haces tus negocios es la misma del mundo que te rodea y además celebras las fiestas del mundo y sus tradiciones entonces, la respuesta es un lamentable SI. ¡HAS SIDO ASIMILADO!

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Hoy estamos amenazados como los Macabeos

Por: Miha’el.  –

Por estos día celebramos Jánuca; la Fiesta principalmente hace memoria de la victoria que Yehováh otorgó a nuestros padres cuando los ejércitos griegos invadieron Judea y quisieron eliminar todo vestigio de la Toráh y de su influencia en el pueblo de Yisrael, profanando el Templo y obligando a la gente a abdicar de su obediencia a la Toráh.

Pero una familia, la de Shimón Macabeo, se levantó y lideró un pequeño ejército que derrotó la enorme máquina militar de los griegos; posteriormente llevaron a cabo la re-dedicación del Templo, para limpiarlo de toda contaminación, y así se estableció que anualmente se hiciera memoria de todos estos hechos en las generaciones por venir.

Yeshúa participó en esta Fiesta de la Dedicación, tal como lo nos relata el Evangelio según Juan. Pero… ¿Estamos en condiciones similares hoy?

Para algunos no es evidente, pero la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a situaciones similares. Ahora bien, antes tales presiones podemos asumir una de tres posiciones:

  1. Abiertamente transgredir la Toráh, con una actitud desafiante, alegando que tales Instrucciones no me conciernen.
  2. Ignorar la Toráh y sus exigencias, pensando en que quizás ya no es relevante para hoy y resulta muy fanático obedecerla.
  3. Tomar partido por la obediencia que corresponde a un hijo de Yehováh, actuando como lo hicieron los Macabeos.

Estos son tiempos que ponen a prueba nuestras convicciones; la presión irá en aumento y nos veremos obligados a asumir una de las tres posiciones mencionadas. Tú… ¿Qué harás?

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Desarrollando ¡una estrategia ganadora!

Por: Miguel Forero  - 

En la porción de lectura de esta semana, Yaaqov regresa a la tierra prometida y se enfrenta con la realidad de un antiguo problema no resuelto en relación con su hermano Esaú. Lo manda saludar y la noticia que recibe es aterradora: Esaú, viene con cuatrocientos hombres armados a recibirle!

Ante semejante noticia, Yaakov decide poner en acción una estrategia de tres puntos:

  1. Oración desesperada
  2. Comités de aplacamiento (diplomacia moderna)
  3. Preparación para sobrevivir

Yaakov acude a Yehováh como su primer recurso, apropiándose de las bendiciones que Él le prometió y a la vez reconociendo su propia realidad: temor, vulnerabilidad, fragilidad y dependencia absoluta de Él. Esa oración tuvo un efecto.

​Yehováh trajo a su mente el segundo punto: organizar comités con presentes que aplacarían la ira de su hermano, lo cual dio resultado como se ve en la historia. Sin embargo, a pesar que Yaakov había hecho todo lo anterior, dividió su familia en dos campamentos pensando que al menos una parte de ella podría sobrevivir. En esto se muestra una vez más la parte humana que desconfía de la protección de Yehováh quien le había dicho que le haría bien al regresar a su tierra. Pero tal parece que ante la angustia del riesgo por venir, Yaakov toma decisiones “por si acaso” las cosas salen de otra manera.

La vida se compone de desafíos, problemas y la manera de enfrentarlos o resolverlos con éxito. Algunas veces acertamos y otras fallamos. Pero la estrategia que nos da Yaakov es inigualable porque comienza por lo realmente importante: Conversar con nuestro Padre, quien es absolutamente Soberano y está en control de todas las circunstancias de nuestra vida.

Toda solución siempre nos involucrará también, porque Yehováh nos equipó con facultades para ser usadas de la mejor manera; en otras palabras Él y nosotros formamos un equipo que podrá sobreponerse a todos los retos que emerjan durante nuestra peregrinación:

Si Yehováh es con nosotros, quién contra nosotros?
Romanos 8.31

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Es importante establecer “señales” para memoria

Por: Miguel Forero

La porción de Génesis 28.10 – 32.2, tiene un aplicación práctica, entre otras, que tiene que ver con la señal que estableció Yaaqov camino a Harán, para hacer memoria de su encuentro con Yehováh.

Si tenemos cosas físicas que nos recuerden los compromisos que hemos hecho, será más fácil cumplir con ellos. Es el caso de los anillos de compromiso o matrimonio. Y por cierto, si las parejas escribieran sus votos matrimoniales, les pusieran un marco y los colgaran en las paredes de su habitación, donde tuvieran que verlos y recordarlos frecuentemente, muy probablemente se verían más motivados a “cumplir sus votos”.

Siendo que somos seres humanos emotivos, en los momentos de éxtasis o en los picos emocionales tendemos a hacer promesas, que luego nos olvidamos de cumplir. Algo similar debió sucederle a Yaaqov luego del sueño que tuvo. Pero, él, para evitar el olvido propio de su condición humana, levanta un piedra que marcará esa trascendental experiencia. De hecho a su regreso de Harán se detuvo allí para cumplir el voto que hizo.

Entonces si haces un voto a YHVH, represéntalo con algo de manera que cada vez que lo veas, te recuerde tu compromiso. Eso te ayudará a crecer en tu obediencia y en tu relación con nuestro Padre Eterno. Es la razón de señales tales como los tzit-tzit, el Shabbat, la circuncisión, la Escritura en nuestras puertas, etc.

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Ceguera Mesiánica

En las Escrituras encontramos muchos casos de ceguera física; algunos de estos simbolizan también la ceguera espiritual, como fue el caso de Esav (Esaú), quien no quiso “ver” la trascendencia de la primogenitura y la vendió a su hermano si mayor inconveniente. Yehováh habló en diversas ocasiones por medio de sus profetas para advertir a su pueblo de la condición tanto de ceguera como de sordera que tenían, y que eran las mismas características de los ídolos que adoraban.

¿Has tratado alguna vez de explicar a un ciego cómo son los colores? Probablemente ni te hayas molestado en pensarlo, porque es algo imposible! Tampoco podemos describirle por medio de señas a un sordo, como suena la música…

Y algo similar sucede cuando por nuestra propia capacidad tratamos de “convencer” a alguien de entrar por el Camino angosto de la obediencia a la Toráh. Es como hablar en dos lenguas o idiomas diferentes sin lograr entendimiento alguno. Por esta razón no es aconsejable entrar en discusiones necias, como las describe Shaúl el apóstol.

Cosa muy diferente es cuando alguien pregunta con el interés de conocer realmente. En este caso estamos ante alguien como el ciego a quien Yeshúa sanó por etapas:

…tomando [Yeshúa] la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Marcos 8.23-25

Cuando alguien se dispone, por su propia voluntad, está manifestando su deseo de “ver”, y en este caso es posible ayudarle y aún acompañarle en el proceso. Una persona así, tiene hambre de la Verdad y desea conocerla; en otras palabras, desea ver; aunque al comienzo todo sea para él turbio y borroso. Pero en el caso contrario, cobra validez el refrán popular: No hay peor ciego que el no quiere ver!

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¿Estamos dispuestos a ser probados como Abraham e Isaac?

Isaac no era un niño sino que contaba con aproximadamente 37 años, conforme a la cronología aceptada por la historia judía

Conociendo de antemano el final de la historia de Avraham ofreciendo a su hijo Isaac, resulta imposible para nosotros dimensionar adecuadamente lo que significó realmente tal prueba para él y para Isaac. Pero la realidad es que Avraham creyó que Yehováh resucitaría a Isaac, tal y como lo revelan sus palabras a los siervos que les acompañaban:

Y dijo Avraham a sus mozos: Permaneced aquí con el asno, que yo y el muchacho iremos hasta allí y nos postraremos.  Después regresaremos a vosotros.
Génesis 22:5

Siempre se habla de la prueba de Avraham; pero… ¿acaso Isaac no fue también probado aquél día? Siendo un hombre adulto, podría perfectamente haberse escapado de lo que parecía ser un desvarío de su padre, mas no lo hizo. ¿Qué sostuvo a Isaac atado esperando el cuchillo? La misma fe que condujo a su padre.

Contrario a lo que hemos visto representado tradicionalmente en las ilustraciones gráficas de éste evento, Isaac no era un niño sino que contaba con aproximadamente 37 años, conforme a la cronología aceptada por la historia judía, aunque era considerado “un muchacho” en aquél entonces.  Tengamos en cuenta lo siguiente:

  1. Isaac llevó sobre sí la leña para el holocausto, que ciertamente no eran solo unas ramas; lo que muestra que debía ser ya un hombre adulto.
  2. Voluntariamente se sometió al plan de su padre Abraham. A esa edad podría haberse resistido para evitar su  muerte; pero se dejó atar por su padre quien lo puso sobre los troncos.
  3. No se quejó durante el proceso.
  4. Regresó solo a casa.

¿Notas el paralelo con la vida de Yeshúa? Isaac es un tipo o sombra del Mesías, quien siendo ya un hombre adulto, llevó sobre sí el madero, sin quejarse; “se dejó crucificar”, es decir que voluntariamente aceptó el sacrificio, para finalmente vencer la muerte y regresar “solo” resucitado a Casa. Por el otro lado, Avraham es una figura del Padre entregando a Su Hijo en lugar nuestro.

La fe, definida como una confianza inamovible en las promesas de Yehováh, había llegado a su nivel y tanto Avraham, como Isaac, como Yeshúa, fueron capaces de honrar la voluntad de Yehováh.