Yeshúa - con Primeros frutos

Yeshúa presenta los Primeros Frutos

Cortesía del Club de Patrocinadores

Cuando Yeshúa murió, las tumbas fueron abiertas (marcadas); mas los cuerpos de los santos que estaban allí no salieron inmediatamente…

Tradicionalmente ponemos mucha atención a la celebración de Pesaj – Pascua; y nos emociona hacer memoria de la salida de nuestros padres de Egipto, lo cual es muy bueno, porque así obedecemos unos de los mandamientos de Yehováh. Sin embargo prestamos poca atención a la Celebración de Bikkurim – Primeros Frutos, la cual nos muestra la resurrección de los primeros santos que fueron presentados por Yeshúa ante Yehováh en el día correspondiente.

Leamos con atención Mateo 27:50-53:

Entonces Yeshúa (Jesús), clamando otra vez a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí el velo del Santuario fue rasgado en dos, de arriba abajo, y la tierra fue sacudida, y las rocas fueron partidas, y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido fueron resucitados, y saliendo de los sepulcros después de la resurrección de Él, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.

Si realmente consideramos que nada en las Escrituras se añade por capricho, aquí tenemos un problema para resolver; porque nadie se ha detenido a explicar la razón o el significado de los detalles descritos aquí, los cuales son pasados por alto.

Observa con atención que cuando Yeshúa murió, las tumbas fueron abiertas (marcadas); mas los cuerpos de los santos que estaban allí no salieron inmediatamente, sino hasta después la resurrección de Yeshúa, suceso que tuvo lugar el Shabbat (Sábado) de la aquella semana, dando cumplimiento a la profecía anunciada por él mismo como la única señal que le sería dada a aquella generación de dirigentes incrédulos:

Una generación malvada y adúltera está buscando una señal milagrosa, pero no le será dada otra señal que la señal del profeta Jonás; porque exactamente como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Mateo 12:39-40

De manera que exactamente tres días y tres noches después de entregar su vida el miércoles hacia la misma hora, Yeshúa resucitó y enseguida, después de él, resucitaron aquellos santos cuyos sepulcros habían sido abiertos en el momento de su muerte, y fue entonces cuando tales santos resucitados…

“entraron en la santa ciudad y aparecieron a muchos.” Mateo 27:53

Al siguiente día, primer día de la semana (domingo): …estando aún oscuro, Miriam de Magdala, llega temprano al sepulcro y ve removida la piedra de la entrada al sepulcro. Yohanán (Juan) 20:1 Momentos más tarde, Yeshúa se aparece a Miriam y luego de un corto diálogo, le dice:

No me retengas, porque aún no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Juan 20:17

En esos momentos, Yeshúa estaba a tiempo para partir a presentar ante el Padre la ofrenda de Primeros Frutos – Bikurim: Los primeros resucitados que habían sido levantados la tarde del Sábado luego de haber resucitado Él. Así, mientras el sumo sacerdote presentaba la gavilla cortada la noche anterior y la minjá u ofrenda de alimento que habían preparado durante la noche (Levítico 23:10-11), Yeshúa presentaba ante Yehováh los Primeros Frutos resucitados.

Hay quienes afirman que Yeshúa, él solo, es las primicias; pero si así fuera, entonces tendríamos otro problema, porque la Toráh da una instrucción muy clara en: Éxodo 23:15

No os presentéis ante mí vacíos (con las manos vacías).

Entonces, puesto que Yeshúa tenía que cumplir la Toráh perfectamente, ¡no podía presentarse esa mañana ante el Padre con las manos vacías! Tenía que llevar algo para presentar ante su Padre, porque precisamente ese era el día de Bikkurim – el Día de las Primicias. ¿Acaso podía Yeshúa entrar al Santuario Celestial diciendo: “Aquí estoy yo; yo soy las primicias?” No tiene sentido; Yeshúa debía llevar algo consigo como ofrenda de Primicias al padre; y esta es la única explicación posible para la resurrección de aquellos santos a los que se refiere Mateo 27:50-53: Ellos fueron los Primeros Frutos que Yeshúa presentó como su ofrenda de Bikkurim ante Yehováh nuestro Padre.

Quizás nos estemos preguntando: ¿Quienes fueron aquellos que resucitaron? Lamentablemente el relato no nos dice nada al respecto; pero tenemos registrado en el Tanaj – Antiguo Testamento, que muchos profetas y reyes justos fueron sepultados en Jerusalén y sus alrededores; por lo cual podemos inferir que algunos de ellos, a quienes Yehováh seleccionó, fueron resucitados y desde entonces están en los cielos con Yeshúa y con Yehováh. ¿Serán ellos los 24 ancianos a los que hace referencia el libro del Apocalipsis? Es probable; porque lo cierto es que el resto de quienes han dormido, están esperando el día del retorno del Mesías para ser resucitados.

Gocémonos pues, porque cuando hay primicias, significa que luego hay una cosecha; y de la manera que aquellos santos fueron resucitados, nosotros también lo seremos, si es que antes no viene el Mesías.


Parashá Tazria [cabecera]

Parashá Tazria – Impurezas
Levítico 12:1 – 13:59

El nombre de la porción: TAZRIA, está relacionada con la raíz hebrea ZARAH que significa “semilla“; entonces una traducción alterna de: “Cuando una mujer conciba” podría ser:  “CUANDO UNA MUJER CARGUE UNA SEMILLA“.

Yehováh nuestro Padre, conoce muy bien la obra de Sus Manos y por eso da instrucciones que, aunque no sean del todo comprensibles, tienen su razón de ser, son convenientes y deben ser obedecidas. El cuidado del Creador por sus criaturas, de nuevo se hace evidente al proveer estos mandamientos, para que aquellas madres que decidan poner atención a ésta ordenanza hallen una gran bendición para si y para sus hijos.

Sin embargo es curioso que en este pasaje se den instrucciones diferentes para cuando la mujer da a luz un varón o una hembra. Trataremos de responder algunas preguntas comunes al respecto. 

El término tzara’at abarca diversos desórdenes de la piel, tales como: eczema, psoriasis y tiña (esta última producida por diferentes bacterias en la piel del cráneo, ocasionando úlceras, costras, picazón etc., y son las causantes de la caída del cabello). El propósito del aislamiento, además de proveer a la persona un tiempo de reflexión, era también que tuviera reposo por una parte y por la otra evitar la contaminación de quienes estuvieran en contacto con ella cuando la enfermedad era contagiosa.

La tzara’at es una representación del pecado que mora en nosotros. A pesar de que hayamos sometido nuestra vida a Yeshúa, tendremos que dar una batalla durante el resto de la vida, contra las tendencias, apetitos, inclinaciones, costumbres y pasiones de la “carne”, es decir de la naturaleza de pecado que nos habita, la cual, si nos descuidamos, nos tomará por sorpresa y nos conducirá a romper el compañerismo con nuestro Padre Yehováh.

Hoy sabemos que muchas de las enfermedades de la piel, tienen un componente de origen nervioso, por lo cual hay una gran necesidad de reposo. El sacerdote examinaba al enfermo después de 7 días, y si estaba sano, le era permitido incorporarse a la comunidad. Podemos suponer que la persona enferma, al hallarse desvinculada de todas sus responsabilidades y demás quehaceres, contaba con un tiempo para profundas reflexiones que le llevarían a hacer propósitos de corregir sus errores y de alinearse con la Toráh – Instrucciones de Yehováh.

Eclipse solar

Señales en los cielos


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Parashá Vaykra [cabecera]

Parashá Vaykrá – Adoración y Servicio a Yehováh
Levítico 1:1 – 6:7

Vaykrá, significa: Y Él llamó. El libro comienza con la letra vav, una conjunción que nos da la idea de continuidad con el relato del Éxodo. Para comprender este libro es importante entender el problema que se está tratando de resolver. La palabra hebrea para Ofrenda es korbán, cuya raíz es la palabra hebrea karav, que significa: acercarse. Es decir que una persona trae un korbán con el propósito de acercarse a Yehováh.

Tan solo imaginar el escenario donde se llevaban a cabo todos los sacrificios que vamos a estudiar, nos produce un rechazo inconsciente; pensar en los sacerdotes cortando la yugular del animal para recoger su sangre y luego abriéndolo para retirar sus órganos, y realizando todos los demás procedimientos, nos hace desear ir al Nuevo Testamento donde apreciamos que Yeshúa haya terminado con el sistema de sacrificios.

Si embargo, es muy importante descubrir que el propósito de Yehováh no era simplemente ordenar sacrificios para percibir el olor de la carne quemada, sino que por tal medio Él estaba mostrando al pueblo de Israel la necesidad de un Mesías que haría expiación por todos nosotros. Entonces comenzamos a entender que “el olor fragante”, era en cierto sentido una sombra del significado que la obra de Yeshúa representaría para el Padre, porque en él estaba reconciliando a su pueblo y rescatando lo que se había perdido.

No perdamos de vista, mientras iniciamos nuestra jornada a través de este libro, que independientemente de nuestras preferencias personales, lo que vamos a hallar son los procedimientos ordenados por Yehováh para relacionarnos con Él. Como podemos verificarlo desde los albores de la humanidad, Yehováh instruyó al ser humano para que le presentara ofrendas, tal y como lo vemos registrado en la historia de Caín y Abel. Posteriormente vemos que esta práctica se extendió conforme la humanidad se fue dispersando y generando civilizaciones y culturas que practicaron el ofrecimiento de sacrificios a sus deidades. Hoy no es posible presentar sacrificios de ninguna clase por cuanto no existe la Casa de Yehováh, y ni judíos ni cristianos pueden efectuarlos porque tal práctica resulta en una violación de la Toráh.

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La ‘levadura’ se infiltra sutilmente en nuestras vidas

La levadura nos engaña, porque hace que los panes luzcan enormes respecto a su tamaño original. 

¡No me digas que el pan de este encabezado no es apetitoso! Por supuesto que sí; está elaborado con una gran cantidad de ingredientes, para darle el volumen, la textura, los colores, los sabores, etc. Diríamos que es un pan que “entra por los ojos”.

Ahora veamos un pan sin levadura:

¡Diferente! ¿no es cierto? Quizás a esto ni siquiera lo llamaríamos “pan”, y por cierto no resulta para nada codiciable o deseable.

La levadura es el elemento clave en la preparación del pan, porque lo hace aparecer más grande de lo que realmente es. En otras palabras: si a la masa no se le añadiera levadura, el pan quedaría comprimido, apretado y sería difícil de comer.

Para decirlo claramente, la levadura nos engaña, porque hace que los panes luzcan enormes respecto a su tamaño original. 

Con razón, Yeshúa hizo mención de la levadura y la comparó con las enseñanzas de los maestros de la época, la mayoría de los cuales habían abrazado una “Toráh leudada”. Sí. La Palabra de Yehováh había sido sustancialmente modificada dando lugar a una religión humana, que en ese caso se llamó: El Judaísmo.

Pero años más tarde, cuando los seguidores de Yeshúa, que habían entendido claramente el celo de su maestro, y predicaban el mensaje del Reino invitando a arrepentirse, es decir a volverse a los parámetros del Reino de los Cielos (la Toráh), también fueron “infectados por la levadura”, pero esta vez la de los padres de la iglesia quienes eran de procedencia griega, y llegaron con sus propias adiciones y argumentos para invalidar una vez más la Toráh de Yehováh y dar lugar a lo que se conoció como: El Cristianismo, otra religión humana.

Siempre habrá levadura en nuestro camino

Cuando dejamos la lectura y la meditación en la Palabra de Yehováh, y cuando la vida de Yeshúa se convierte solo en una razón para celebrar la navidad, o en una historia trágica para recordar en la semana santa, es cuando seguramente estamos siguiendo a los hombres con sus tradiciones, enseñanzas, formas, protocolos y demás. Nos hemos tragado la levadura de turno y esto se evidencia porque entonces surgen las pasiones, el fanatismo, la religiosidad que mata, que divide, que menosprecia la Verdad revelada y que justifica cualquier atropello.

Necesitamos aprender a discernir la presencia de “la levadura que leuda (afecta) toda la masa”.

¿Sabías que para que una porción de masa se leude, no necesitas añadirle levadura? Cuando la usamos es porque deseamos resultados más rápidos. Pero aún si mojamos la harina con agua y la dejamos en reposo, ¡ella misma comienza a formar levadura! Lógicamente, este proceso requiere de más tiempo. Pero… ¿qué nos enseña esto?

Una lección sencilla: que aún cuando no nos expongamos a las “levaduras” de moda, es decir a las enseñanzas de diferentes líderes o maestros que pudieran estar contaminadas, nosotros mismos podemos llegar a generar creencias erróneas, doctrinas equivocadas, disciplinas crueles, fanatismo, pasiones y demás, cosas que surgen cuando nos volvemos pasivos y no nos acercamos diligente y celosamente a la Toráh sin añadiduras, para obedecerla y honrar así tanto a Yehováh nuestro Padre, como a Yeshúa. Piénsalo…

Tengamos en cuenta que de la misma forma que la levadura inflama el pan, las enseñanzas con “levadura” inflaman nuestro ego, haciéndonos creer mejores de lo que realmente somos. ¿Puedes identificar algunas de tales enseñanzas? Son todas aquellas que nos conducen a considerar a los demás como inferiores a nosotros en cualquier área de la vida, ya esta económica, intelectual, “espiritual”, física o cualquiera otra.

Cómo protegernos de la levadura

Yeshúa nos da instrucciones claras: Tened cuidado de la levadura de los escribas (maestros) y de los fariseos (líderes religiosos); por su parte  Shaúl (Pablo) le advirtió a Timoteo: Cuídate de ti mismo y de la doctrina…

Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.” 1 Timoteo 4:13–16

Sí. Es indispensable mantenernos en guardia, más en estos tiempos cuando estamos sometidos a mensajes que apelando a todos nuestros sentidos, confunden nuestros pensamientos. Por tal razón, necesitamos detenernos en la carrera de la vida de cuando en cuando, para detectar el camino que puede estar usando la levadura para entrar en nuestro caminar, y deshacernos de ella.

Parasha Ki Tisa [cabecera]

Parashá Ki Tisa – Infidelidad en el Desierto
Éxodo 30:11 – 34:35

Nuestra porción de esta semana inicia con instrucciones respecto al censo de población. Este hecho tiene un significado importante porque nos deja ver la igualdad de todas las almas ante nuestro Creador y Padre: no hay diferencia en cuanto a su condición económica, su abolengo, su educación, su apariencia, su entrenamiento, sus conexiones o experiencia.

Los censos eran realizados para saber el potencial de las naciones para ir a la guerra; y esta ofrenda o impuesto, no era una garantía ni de sus vidas, ni de que tendrían éxito en las batallas. Sea que ganaran o perdieran, Yehováh estableció que Yisrael pagara un rescate por su propias almas durante el censo, mostrando así la seriedad con que Yehováh considera la pérdida de una vida humana.

El pago debía ser anual, y así se practicó hasta el tiempo del exilio a Babilonia bajo Nabucodonosor, cuando fue suspendido. Luego Nehemías lo restableció cuando regresaron del exilio, pero Adriano, el emperador romano lo prohibió en 135 EC. Ahora que Yisrael ha regresado a su tierra, ésta práctica fue restablecida el 23 de Marzo de 1997.

NO SOMOS MEJORES QUE AARON

A pesar de haber hecho una decisión para seguir a Yeshúa, aún conservamos en nuestro interior el impulso de hacer lo que nos parece bien a nuestros propios ojos, cosa que hemos estado acostumbrados a hacer por tantos años, y fácilmente tendemos a rechazar de manera casi natural las directrices que nos provee nuestro Padre Yehováh.

Nos llenamos de razonamientos y actuamos exactamente como lo hizo Eva en el Edén: “vemos las cosas, nos parecen buenas, las hallamos agradables, y procedemos a actuar” sin dar mayor trascendencia a nuestras acciones y mucho menos a sus consecuencias.

Tal fue el caso de Aarón. Afortunadamente él se arrepintió a tiempo y el perdón para él y su familia fue tan completo, que le fue mantenido el nombramiento que había recibido de ser el segundo después de Moshé y más aún fue nombrado Sumo Sacerdote al servicio de Yehováh!  

Cuando hay verdadero arrepentimiento y acciones que así lo demuestran, Yehováh perdona y sigue adelante con Su plan para nosotros.  Esto es gracia maravillosa.

Pero no olvidemos la lección: Se requiere de nosotros un serio compromiso con la obediencia; es lo que nuestro Padre espera. En el proceso de obedecer, siempre habrá multitud de razonamientos como: “Parece que soy el único que está en esto, pues la mayoría de personas hace otra cosa”; o… “me siento raro actuando de esta manera”, etc. Pero Yehováh espera que nuestra voluntad controle tales impulsos y pensamientos y que inteligentemente decidamos seguir sus instrucciones, mandamientos, leyes, decretos, estatutos, testimonios y demás. Al actuar de esta manera, estaremos demostrándole que confiamos en sus palabras, que nos consideramos Su pueblo y sobre todo que en realidad le amamos.

Yeshua en el desierto

Si en verdad eres hijo de Dios…
Ataque a la identidad

La estrategia del oponente no ha cambiado. Como hizo con Yeshúa, hoy tú y yo, seguimos siendo probados respecto a nuestra identidad.

Cuando hablamos de la identidad de una persona, no solo nos referimos a su documento de identificación; hablamos de quién es ella. Asociadas a la identidad se hallan cosas como nuestra cultura, que proviene del país donde crecemos, nuestra herencia familiar, nuestras creencias, las experiencias que hemos vivido y la lengua que hablamos,  entre otras cosas.

Yehováh creó al ser humano con la capacidad de desarrollar la diversidad de culturas que conocemos hoy, y estas permanecerán una vez que el Reino del Mesías sea establecido, pues el libro del profeta Zacarías nos dice:

…sucederá que todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalem, subirán de año en año a postrarse ante el Rey, ante Yehováh Sebaot, y a celebrar la solemnidad de los Tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalem para postrarse ante el Rey Yehováh Sebaot, no vendrá lluvia sobre ellos. Zacarías 14:16-17

El pasaje claramente nos da a entender que las naciones, con todo lo que a ellas las identifica, seguirán existiendo, pues sus rasgos que han desarrollado no riñen con el Reino del Mesías.

Sin embargo, en el presente como nunca antes, la identidad tanto nacional como personal se encuentran siendo cuestionadas, despreciadas, y atacadas en general por los múltiples movimientos que están en desarrollo: diversidad, inclusión, globalismo, agenda climática, etc.

También la familia está bajo ataque como nunca antes; y con estrategias como la eliminación de las diferencias de género, el feminismo, la redefinición de la sexualidad y mucha otras cosas se busca su desintegración. También se quieren eliminar las fronteras de los países, para poder establecer un documento de identidad universal; y ya estamos en camino a unificar la economía y a tener una moneda única. 

De la misma manera hay un gran esfuerzo por agrupar a todas las religiones bajo una sola, con la premisa de que: es más lo que nos une que lo que no separa. Y finalmente, en aras de la salud y la seguridad, se quieren establecer múltiples formas de control de la población, incluyendo la unificación de la dieta, los medios de transporte, las cosas que podríamos adquirir y en general los bienes de consumo, con la disculpa de “proteger el planeta del calentamiento global”!

De manera que mientras Yehováh está despertando un pueblo a su verdadera identidad, el mundo y el sistema están forzándolo a perder tal identidad.

Yehováh ha iniciado lo que pareciera ser la ejecución de la última fase de su plan eterno con miras al establecimiento del Reino del Mesías, el cual no tendrá fin. Pero tal empresa no será fácil y nosotros que hemos sido llamados a formar parte del pueblo de Israel, a pesar de estar en la dispersión y contra toda posibilidad, hemos sido despertados a nuestra verdadera identidad.

Por todas estas amenazas, se requiere de nosotros una toma de conciencia activa para mantenernos alerta y no dejarnos arrebatar lo que hemos recibido: nuestra herencia. 

El ataque frontal del Satán a Yeshúa, tuvo que ver con su identidad: Si eres hijo de Dios… di que estas piedras se conviertan en pan. Ya que eres hijo de Dios, échate abajo! El Satán sabía muy bien que si lograba hacer dudar a Yeshúa de su identidad todo estaba ganado.

Y su estrategia no ha cambiado. Hoy tú y yo, seguimos siendo probados respecto a nuestra identidad. O acaso, cuando llegan las dificultades, no vienen a nuestras cabeza pensamientos como: ¿Será que en realidad he sido aceptado por Dios? ¿Habré perdido mi derecho a estar dentro de la familia de Dios? etc.

Si damos paso a estos pensamientos, estaremos derrumbados. Nuestra seguridad se basa en que entramos en un Pacto con nuestro Padre Yehováh, quien nunca faltará a tal pacto, independiente de nuestros sentimientos o emociones porque Su honor está de por medio. Afirmémonos pues en Sus promesas y cerremos los oídos a tales voces; porque tales amenazas, son precisamente la confirmación de que estamos en lo correcto.

Shalom!