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Juicios justos para los esclavos


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¿Cómo identificar a un profeta verdadero?

AudioPost

Mateo 21:23-27

Semana 63 del Ministerio de Yeshúa

En esta ocasión Yeshúa viene al Templo a enseñar, y algunos de los principales sacerdotes y ancianos del pueblo cuestionan la procedencia de la autoridad de Yeshúa,

“¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?” Mt 21:23.

De inmediato, Yeshúa les responde haciéndoles una pregunta que los pone contra la pared: “El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?”. La dinámica que Yeshúa les plantea era muy simple; si ellos respondían a la pregunta, Yeshúa les contestaría la pregunta que ellos le habían hecho inicialmente. Los principales sacerdotes y ancianos decidieron mejor no hacerlo, ya que llegaron a la conclusión de que se verían expuestos delante de Yeshúa y del pueblo:

“Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. Y respondiendo a Yeshúa, dijeron: No sabemos.” Mt 21:25-27.

Algo muy importante que podemos rescatar de este confrontamiento entre los sacerdotes y Yeshúa es que ellos sabían que el pueblo reconocía a Juan “el bautista” (Yojanán Ben Zejariah) como un profeta verdadero, enviado de parte de Dios.

Algo similar se nos dice acerca del profeta Samuel: 

Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Yehová” 1 Samuel 3:20.

Hoy en día vemos muchas personas (hombres y mujeres) que se levantan proclamando que son enviados del cielo. Pero ¿cómo saber cuándo un hombre es un profeta verdadero enviado del Altísimo? ¿Cómo podía el pueblo distinguir entre un hombre de Dios y un falso maestro? El versículo 19 del capítulo 3 de 1 Samuel nos da una clave:

Samuel creció, y Yehováh estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

Esto confirma una de las instrucciones que Moisés nos dejó en la Torá para poder distinguir a un profeta verdadero de un profeta falso:

Si se levantare un profeta y “hablare en nombre de Yehováh, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Yehováh no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”
Deuteronomio 18:22.

Otra instrucción que encontramos en la Torá para identificar un falso profeta es la siguiente:

“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y os anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que tú no conociste y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Yehováh vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Yehováh vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”
Deuteronomio 13:1-3.

¡Hermanos, sepamos distinguir entre los verdaderos hombres de Dios y los falsos profetas!

Happy family toasting while having Thanksgiving dinner at dining table. Focus is on father.

Día de Acción de Gracias

Audioblog

No esperemos un día específico para dar gracias, más bien seamos agradecidos con Él en todo momento.

El día de acción de gracias es una de las celebraciones más importantes para el pueblo norteamericano. Miles de personas viajan dentro de los Estados Unidos para reunirse con sus familias y poder así compartir en armonía un banquete cuyo menú generalmente incluye pavo, ensaladas, vino y todo tipo de postres. Durante esta celebración aprovechan para dar gracias por las bendiciones que han recibido durante el año. Es interesante, ya que incluso mucha gente no creyente celebra el día de acción de gracias.

Ahora, ¿cuánto más nosotros, como seguidores de Yeshúa, deberíamos tener un corazón agradecido por toda la misericordia que nuestro Padre celestial ha mostrado hacia nosotros?

Veamos unos cuantos ejemplos de personajes bíblicos que tuvieron una actitud de acción de gracias delante del Altísimo:

  • Miriam, la hermana mayor de Moshéh y Aharón, dio gracias a Yehováh mientras tocaba el pandero y danzaba con gozo junto con otras mujeres cuando Él salvó al pueblo de los egipcios después de haber cruzado el Mar Rojo (Éxodo 15:20-21).
  • Ana oró dando gracias a Yehováh porque Él la bendijo con un hijo (1 Samuel 2:1-10).
  • David dio gracias a Yehováh después de haber ganado la batalla contra los filisteos (2 Samuel 22:1-51).
  • Salomón agradeció a Yehováh por todo lo que hizo para proveerle a Israel en su oración de dedicación del templo (1 Reyes 8:14-21).
  • Elisabeth, la madre de Yohanán el bautista agradeció a Yehováh por haber quitado su afrenta de entre el pueblo (Lucas 1:24-25).
  • Miriam (María) dio gracias a Yehováh por haber sido escogida para dar a luz al Mesías (Lucas 1:46-55).
  • Yeshúa dio gracias a Yehováh antes de alimentar a los cinco mil con los panes y los peces (Juan 6:11).
  • Uno de un grupo de diez leprosos que fue sanado por Yeshúa, fue el único que se devolvió para agradecer la sanidad que había traído a su cuerpo. Curiosamente no era ni siquiera un judío, sino que era un samaritano el cual era considerado un extranjero a los ojos de los Israelitas (Lucas 17:11-19).

¡No esperemos un día específico para dar gracias, más bien seamos agradecidos con Él en todo momento porque ciertamente ha sido bueno con nosotros, y sus misericordias son nuevas cada mañana!

Oveja

¿Cuánto más vale un hombre que una oveja?

Los Evangelios Cronológicos

30 de Julio, Semana 24
Mateo 12:9-14, Marcos 3:1-6, Lucas 6:6-11

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En los tiempos del Éxodo, Moshé nos dijo que debíamos trabajar seis días y al séptimo, debíamos acordarnos del Shabbat para apartarlo (Éxodo 20:8-11). Se nos dijo también que el Shabbat es una señal (una credencial) entre Yehováh y su pueblo (Éxodo 31:17). Incluso, se estableció que quien hiciera obra alguna en el Shabbat sería cortado del pueblo (Éxodo 31:14).

En esta ocasión Yeshúa nos da una cátedra respecto al tema del Shabbat. Mateo nos relata que Yeshúa entró a una sinagoga en un día de Shabbat. En ella había un hombre que tenía una mano seca. Los que estaban ahí, le preguntaron: ¿Es lícito sanar en el Shabbat?

Cuando estudiamos las Escrituras, tendemos a caer en esta misma situación una y otra vez. Leemos acerca del Shabbat y muchas veces tenemos la impresión de que guardar el Shabbat es quedarnos inmóviles en casa, sin cocinar, ni mirar televisión, no haciendo nada, porque todo está prohibido. Incluso nos atrevemos a juzgar al prójimo que hizo esto o lo otro y lo señalamos diciendo que ha quebrantado el Shabbat.

No seamos como los fariseos, quienes estaban buscando una manera de cómo acusar a Yeshúa por “haber quebrantado el Shabat” según su doctrina de hombres. Más bien, aprendamos del Maestro, el cual nos vino a enseñar acerca del espíritu del mandamiento, porque: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le echa mano, y la levanta?

Por tanto, ¡Sí! ¡Es lícito hacer el bien en día de Shabbat!

Soy Israel

Nuestra Identidad Hebrea

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En algún momento de la historia, las ovejas de la Casa de Israel fueron repudiadas y desechadas por Yehováh.

Si bien es cierto que todos tenemos una identidad o nacionalidad del país donde nacimos, ¿se ha preguntado usted alguna vez de dónde proviene ese deseo interno por conocer la verdad acerca de su identidad como pueblo de Dios?

Más allá del hecho de haber sido criado en el seno de una familia creyente o incluso de haber asistido a una iglesia dominical por mucho tiempo, compartiendo con otros hermanos su fe y experiencias de adoración, aún así persiste una inquietud en su corazón de seguir, obedecer y conocer aún más al Dios de Israel, ¿le ha sucedido?

Si su respuesta es afirmativa, quiero decirle que no se encuentra solo. A muchos nos ha ocurrido lo mismo y estamos en la misma búsqueda de querer resolver ese sentimiento profundo de amor por Dios y por su pueblo Israel.

Quiero compartirle una posible respuesta a esta inquietud, y la misma se encuentra en la historia del pueblo de Israel. Vayamos al primer libro de Reyes, capítulo 11.  A causa del pecado del rey Salomón, Yehováh dividió el reino de Israel en dos: la Casa de Judá y la Casa de Israel. La Casa de Judá, a pesar de haber sido llevada al exilio a Babilonia por causa de su pecado, pudo regresar a la tierra (de Israel), por la gracia del Altísimo preservar la Torá de Yehováh hasta el día de hoy. Mas no sucedió igual a la Casa de Israel; porque fue tomada en cautiverio por el imperio Asirio y eventualmente fue dispersada por el resto de las naciones.

En algún momento de la historia, las ovejas de la Casa de Israel fueron repudiadas y desechadas por Yehováh (Oseas 1:6,9) pero Él mismo prometió que eso no sería para siempre (Oseas 2:19-20,23).

Veamos ahora cómo el profeta Ezequiel menciona una hermosa profecía donde la Casa de Judá y la Casa de Israel volverán y serán una sola nación, y su siervo David reinará, y Yehováh habitará en medio de ellas. 

Así ha dicho Yehováh el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios. Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre. Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” Ezequiel 37:21-27.

Quizás esta profecía sea la respuesta que usted andaba buscando, confirmando así su identidad hebrea, como parte de la Casa de Israel que fue dispersada por todas las naciones, pero que un día será llamada nuevamente a regresar a casa, de vuelta a su hogar con nuestro Padre Yehováh.

¡Shalom!

Jesus-habla

Los sanos no tienen necesidad de médico

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¿Te sientes extraviado? ¿Sientes que no eres digno de acercarte a Dios por su condición de pecador?

Semana 23: 20 al 26 de Julio,

Mateo 9:9-14; Marcos 2:14-22; Lucas 5:27-39

Tan solo unas semanas atrás, Yeshúa y sus discípulos habían visitado Sicar una ciudad de Samaria que quedaba cerca de la parcela de tierra que Ya’akov le había entregado a su hijo Yosef (Jn 4:5). Es interesante que en aquel episodio de la vida de Yeshúa, se nos cuenta que él permaneció con los Samaritanos por un período de dos días (Jn 4:43).

Los Samaritanos, a pesar de no ser descendientes directos de Israel, representan proféticamente a las ovejas perdidas de la Casa de Israel, que fueron tomadas en cautiverio por el imperio Asirio.

Yosef, el hijo amado de Ya’akov, tuvo dos hijos, Efrayin y Manasheh, de los cuales el menor (Efrayin) recibió la promesa por parte de Ya’akov (Gen 48:19),  que sería una multitud de naciones (goyim). La descendencia de Efrayin se ubicó al norte del territorio de la tierra de Israel, siendo Samaria su capital y terminó siendo esparcida por todas las naciones, mezclándose con los gentiles, dándole la espalda al Dios de sus padres, Yehováh.

En esta ocasión, los evangelios nos relatan que Yeshúa se sentó a la mesa a comer con lo que era considerado la escoria del pueblo: publicanos y pecadores. De inmediato es criticado por los líderes judíos de las sectas religiosas los cuales murmuran contra él cuestionando al Mesías de por qué comía con esa “clase de gente”. Yeshúa teniendo muy claro su propósito, les respondió citando al profeta Oseas quien dijo “misericordia quiero, y no sacrificio” (Os 6:6).

Lo más interesante de todo esto es que el mensaje del profeta Oseas iba dirigido especialmente a las ovejas perdidas de la casa de Israel, a la descendencia de Efrayin la cual se había extraviado, y se les había dicho en aquel entonces que se “les daría vida después de dos días” (Os 6:2).

¿Te sientes extraviado? ¿Sientes que no eres digno de acercarte a Dios por su condición de pecador? Te tengo buenas noticias: Yehováh tiene un plan de redención a través de Yeshúa el cual dijo “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”. Él no vino a llamar a justos, sino que vino a llamarte a ti y a mí, a pecadores, para que nos arrepintamos y nos volvamos a Él, ¡aún estamos a tiempo!