Una semilla en suelo fértil y la descendencia de un hombre. Ambas expresiones tienen una raíz común en el hebreo: la palabra zera (זֶרַע).
Zera significa semilla y aparece por primera vez en las escrituras en Genesis 1:11:
Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla (zera); árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
La semilla es el componente esencial de las plantas para poder reproducirse. Tiene toda la información genética necesaria para poder producir una planta o un árbol, que a su vez, cuando madure y produzca fruto, producirá una planta o árbol exactamente igual a sus antecesores.
Es por eso que, bíblicamente hablando, cada hombre posee zera dentro de sí. Este es el mecanismo por el cual el ser humano, tal como las plantas y los animales, se reproduce.
Es por esto que la descendencia de un hombre es llamada también zera.
Génesis 15:5: (Yehováh) lo llevó fuera (a Abraham), y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu zera (tu descendencia).