Marcos 14:3-9
Semana 62 del Ministerio de Yeshúa
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Nno sabemos si en un futuro nuestra condición o la de alguno de nuestros familiares se vaya a ver deteriorada.
No tengo duda de que la mayoría de nosotros estamos familiarizados con el episodio acerca de la vida de Yeshúa, estando él en casa de Simón, el que fue sanado de lepra, cuando de repente apareció una mujer con un vaso de alabastro de perfume muy costoso, y lo utilizó para ungir al Maestro.
Sabemos que los que estaban presentes se escandalizaron y mostraron su lado “piadoso” diciendo que no era posible que se desperdiciara tal perfume, y que hubiera sido mejor venderlo por más de trescientos denarios.
Sin embargo, hay un aspecto en medio de estos pasajes que me gustaría destacar y que está relacionado con el Reino de los Cielos. Si bien es cierto que Yeshúa les dice que lo sucedido con la mujer y el perfume no fue una mala acción, él una vez más vuelve a presentarnos un principio del Reino que tiene que ver con los pobres:
“Siempre tendréis a los pobres con vosotros y cuando queráis les podréis hacer bien…” Marcos 14:7.
Y es aquí donde quiero detenerme un momento para motivarlos a meditar y a tomar acción al respecto. Es evidente que el corazón del Padre se inclina hacia aquellos que están en mayor necesidad y son los que más sufren en nuestra sociedad; hablo de los pobres.
Desde los tiempos de Moisés sabíamos que los pobres siempre estarían en medio de nosotros, y es nuestra responsabilidad velar por el bienestar de ellos:
“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra” Deuteronomio 15:11.
La vida da muchas vueltas y no sabemos si en un futuro nuestra condición o la de alguno de nuestros familiares se vaya a ver deteriorada, pero en la medida de lo posible, siempre que podamos extender una mano amiga a aquellos menos afortunados que nosotros, hagámoslo con un corazón contento.
¡Las Escrituras dicen que Yehováh mismo cuidará de los que tengan cuidado del pobre!
Note la bendición de dar al necesitado:
“Bienaventurado el que piensa en el pobre;
En el día malo lo librará Yehováh. Yehováh lo guardará, y le dará vida; ¡Será bienaventurado en la tierra!” Salmo 40:1-2.