En el comienzo, Dios creo los shamaim y la tierra. Esta palabra, שָׁמַיִם (shamaim), aparece en el primer versículo de las Escrituras y, tal como tantas otras palabras que estudiamos en esta publicación semanal, esta palabra tiene muchísima más riqueza, profundidad y significado de lo que podemos apreciar en cualquier otra lengua.
Hay conceptos muy profundos en la narrativa de la Creación. Conceptos que, incluso con palabras hebreas, son difíciles para conceptualizar con nuestras mentes humanas.
Para empezar, hay que notar la naturaleza plural de esta palabra, el sonido “im” al final de “shamaim” es la causa de la decisión del traductor de traducir esta palabra como cielos en lugar de cielo (singular). Esto tiene una importancia decisiva, ya que cuando leemos las escrituras en contexto comprendemos que hay mas de un cielo. Están por lo menos; el cielo en donde vuelan las aves, un cielo más alto en donde están los astros, y un cielo en donde moran los ángeles y el Todopoderoso. 1 Reyes 8:27 nos habla del “cielo de los cielos”, y en 2 Corintios 12 Shaúl (Pablo) menciona haber conocido a alguien que fue arrebatado al “tercer cielo”. Estas son evidencias de la pluralidad de los cielos.
Algo muy interesante también tiene que ver con la conexión entre los cielos y las aguas. Al comienzo Dios creo los cielos y la tierra, e inmediatamente después nos dice que el ruaj de Elohim “se movía sobre la faz de las aguas”. El lector inquisitivo se preguntará cuándo fue que el Creador creo “las aguas”, ya que no hay ningún indicio entre Genesis 1:1 y 1:2 de que él hubiera creado las aguas. Esta es la razón por la cual no podemos establecer conclusiones o una teología a menos que analicemos las escrituras en su lengua original. ¡Esta es la razón por la que me apasiona el hebreo! Fíjese:
La palabra agua en hebreo, tal como la palabra cielo, ocurre naturalmente en forma plural: aguas se dice maim (מָים) y, si puso atención a este artículo, se habrá dado cuenta de que esta palabra, maim, ¡esta incluida dentro de la palabra shamaim, cielos!
Así es, las “aguas” (maim) fueron creadas en Génesis 1:1, cuando el Creador creó los “cielos” (shamaim). Con este conocimiento, ahora sí cobrará sentido para el lector el sexto versículo de Genesis 1, en donde Elohim “separa las aguas de las aguas” cuando crea la “expansión” de los cielos, o el “firmamento”.