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Es imperativo aprender a obedecer lo que Yehováh nuestro Padre nos ordena hacer, porque lo que está en marcha es Su Plan eterno; no el nuestro.
Te has puesto a pensar, ¿cuántas voces o mensajes impactan tu vida diariamente? ¿Te has dado cuenta de que la mayoría de tales mensajes tienen el propósito de llevarte a hacer algo, como comprar, asistir a algún sitio o espectáculo, a dar respaldo financiero, o a vincularte a una causa?
Para el sistema de este mundo, somos simples consumidores; y su interés es manipular nuestros sentimientos y apetitos para que gastemos nuestro dinero, nuestras energías, y en general nuestra vida, haciendo lo que más beneficie a quienes están en el control.
Pero es tiempo cerrar los oídos a todas aquellas cosas, para en cambio seguir las Instrucciones de alguien que en realidad ha mostrado su genuino interés en nosotros al crearnos y cuidar de nuestra vida día tras día. El libro del Exodo nos provee un hermoso ejemplo:
Según todo lo que Yehováh había ordenado a Moshé, así hicieron los hijos de Yisrael todo el trabajo. Y vio Moshé toda la obra, y he aquí la habían hecho tal como Yehováh había ordenado. Así la hicieron. Y Moshé los bendijo.
Exodo 39:42-43
De manera similar a lo que el pueblo tuvo que hacer para construir y levantar el Tabernáculo, necesitamos aprender a seguir Sus instrucciones y depender de Él en el día a día: Orando por el pan diario, buscando su dirección para toda decisión por pequeña que sea, etc. Es la manera en la que retornaremos al punto en el cual Adam y Eva se apartaron para vivir de acuerdo a su propia voluntad.
Es imperativo aprender a obedecer lo que Yehováh nuestro Padre nos ordena hacer, porque lo que está en marcha es Su Plan eterno; no el nuestro; entonces, la forma de relacionarnos con Él, no puede ser la que nos agrada o nos parece o la que hemos venido practicando por generaciones! eso poco importa.
La pregunta del millón es: Lo que hago, ¿lo estoy haciendo conforme a Su dirección, conforme a Sus Instrucciones (Toráh)? Moshé revisó que todo estuviera hecho de acuerdo a la dirección provista por Yehováh.
Al igual que Moshé, nosotros tenemos esa misma responsabilidad con aquellos que están bajo nuestro cuidado y con quienes estan en torno nuestro: ¿Están todas estas personas aprendiendo a vivir según los parámetros de Yehováh? ¿Cuando ellos miran nuestra manera de vivir, se sienten inspirados a hacerlo?
Quizás has hallado muchas justificaciones par no hacerlo: «No quiero parecer raro»; «ser diferente es fanatismo»; «me van a aislar»; «no puedo romper la tradición»; «mi familia no está de acuerdo»… etc. etc. Pero ¿acaso eso importa?
Nuestra responsabilidad es obedecer a nuestro Creador y Padre ¡a TODO COSTO! Porque entonces seremos aprobados por Él cuando estemos en Su Presencia. Eso es lo único que realmente importa.
La gran lección que nos dan nuestros padres en este pasaje, es la de aprender a seguir instrucciones diligentemente. Aquello que Dios nos ha mostrado que debemos hacer, hay que hacerlo ya! Esa es la manera como le demostramos nuestro amor.
Se aproximan días de tinieblas y oscuridad, por lo cual seremos sabios si aprovechamos la «luz» que aun esta disponible para obedecer. Como dijo Yeshúa: la noche viene cuando nada se podrá hacer.