Por: Miguel Forero -
Nadab y Abiú hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y después de poner en ellos fuego y echar incienso sobre él, ofrecieron en presencia de Yehováh fuego extraño que Él nunca les mandó. Y de la presencia de Yehováh salió un fuego que los consumió y murieron en presencia de Yehováh.
Levítico 10:1-2
La Porción de la Toráh, esta semana nos enseña acerca de la enorme responsabilidad de ser representantes de Yehováh ante el mundo.
Aharón y sus hijos hicieron un pacto con Yehováh y durante siete días estuvieron recluidos en la Tienda de Reunión aprendiendo sus responsabilidades. Se trataba nada más que de obedecer cuidadosamente las Instrucciones (Toráh) de Yehováh.
Pero los razonamientos de Nadab y Abiú fueron más poderosos, llevándolos a ofrecer algo que Yehováh no había instruido hacer, pagando este desatino con sus vidas.
Y precisamente esto es lo que ha estado ocurriendo durante siglos y es lo que actualmente practica la iglesia cristiana, “ofreciendo fuego extraño” al “celebrar fiestas” no ordenadas por Yehováh y al enseñar doctrinas que contradicen su Palabra. Algunos ejemplos de esto son la observancia del domingo en lugar del Shabbat, la celebración de la Pascua (Easter en Inglés) siguiendo costumbres de claro origen pagano y en fechas erradas; ignorando las demás Fiestas de Yehováh como Sukkot, etc.
De manera similar a Nadab y Abiú, la iglesia cree que ha sido investida “con poder de lo alto”, y está autorizada a ofrecer caprichosamente lo que se le antoja o juzga conveniente ante la Presencia de Yehováh.
Con razonamientos como: “En vista de que somos real sacerdocio, y lo que estamos haciendo no es inmoral y además a la mayoría de la gente le agrada, lo acepta y lo respalda, entonces Dios debe estar contento con nuestras iniciativas!”
Nada más alejado de la verdad! Despierta y sal de la Babilonia espiritual que se ha dejado contaminar del “vino de las fornicaciones” de la Gran Ramera, como lo afirma el libro del Apocalipsis. Vuélvete a Yehováh mientras puede ser hallado, porque los tiempos son cortos y el espíritu de engaño está más activo que nunca antes. Esfuérzate por escudriñar por ti mismo la Palabra y por obedecerla sin reparo; entonces alcanzarás las promesas que Yehováh ha hecho para sus hijos obedientes.