El Apocalipsis en el Éxodo
Éxodo 6:2 – 9:35
Resumen de la Porción
Dios recordó su pacto con Israel y envió a Moisés y Aarón ante Faraón para liberar a su pueblo. A pesar de las señales y plagas (agua convertida en sangre, ranas, piojos, moscas, muerte del ganado, sarpullidos y granizo), Faraón endureció su corazón y se negó a dejarlos ir. Las maravillas demostraron el poder de Yehováh, diferenciando a los israelitas de los egipcios. Moisés y Aarón obedecieron fielmente, mientras Dios prometió redimir a Israel y cumplir su promesa a Abraham, Isaac y Jacob.
El Texto de la Biblia RVAH
Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.
TORAH | Éxodo 6:2 - 9:35
2Habló todavía Dios a Moshe, y le dijo: Yo soy Yehováh. 3Y aparecí a Abraham, a Yitsjak y a Ya'akov como Dios Omnipotente, mas en mi nombre Yehováh no me di a conocer a ellos. 4También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. 6Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy Yehováh; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 7y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Yehováh vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Yitsjak y a Ya'akov; y yo os la daré por heredad. Yo Yehováh.
9De esta manera habló Moshe a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moshe a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre. 10Y habló Yehováh a Moshe, diciendo: 11Entra y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. 12Y respondió Moshe delante de Yehováh: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios? 13Entonces Yehováh habló a Moshe y a Aarón y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.
14Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi; estas son las familias de Rubén. 15Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl hijo de una cananea. Estas son las familias de Simeón. 16Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años. 17Los hijos de Gersón: Libni y Simei, por sus familias. 18Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años. 19Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví por sus linajes. 20Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moshe. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años. 21Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri. 22Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri. 23Y tomó Aarón por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual dio a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 24Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas. 25Y Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y estos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias.
26Este es aquel Aarón y aquel Moshe, a los cuales Yehováh dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos. 27Estos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moshe y Aarón fueron éstos.
28Cuando Yehováh habló a Moshe en la tierra de Egipto, 29entonces Yehováh habló a Moshe, diciendo: Yo soy Yehováh; di a Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti. 30Y Moshe respondió delante de Yehováh: He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues, me ha de oír Faraón?
7
1Yehováh dijo a Moshe: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. 2Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. 3Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. 4Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. 5Y sabrán los egipcios que yo soy Yehováh, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos. 6E hizo Moshe y Aarón como Yehováh les mandó; así lo hicieron. 7Era Moshe de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.
8Habló Yehováh a Moshe y a Aarón, diciendo: 9Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. 10Vinieron, pues, Moshe y Aarón a Faraón, e hicieron como Yehováh lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. 11Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; 12pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Yehováh lo había dicho.
14Entonces Yehováh dijo a Moshe: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. 15Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, 16y dile: Yehováh el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. 17Así ha dicho Yehováh: En esto conocerás que yo soy Yehováh: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. 18Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19Y Yehováh dijo a Moshe: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.
20Y Moshe y Aarón hicieron como Yehováh lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. 22Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Yehováh lo había dicho. 23Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. 24Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. 25Y se cumplieron siete días después que Yehováh hirió el río.
8
1Entonces Yehováh dijo a Moshe: Entra a la presencia de Faraón y dile: Yehováh ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 2Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. 3Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. 4Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. 5Y Yehováh dijo a Moshe: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. 6Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. 7Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
8Entonces Faraón llamó a Moshe y a Aarón, y les dijo: Orad a Yehováh para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Yehováh. 9Y dijo Moshe a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. 10Y él dijo: Mañana. Y Moshe respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Yehováh nuestro Dios. 11Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. 12Entonces salieron Moshe y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moshe a Yehováh tocante a las ranas que había mandado a Faraón. 13E hizo Yehováh conforme a la palabra de Moshe, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. 14Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. 15Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Yehováh lo había dicho.
16Entonces Yehováh dijo a Moshe: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. 17Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. 18Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. 19Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Yehováh lo había dicho.
20Yehováh dijo a Moshe: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Yehováh ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 21Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. 22Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Yehováh en medio de la tierra. 23Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. 24Y Yehováh lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
25Entonces Faraón llamó a Moshe y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. 26Y Moshe respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Yehováh nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? 27Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Yehováh nuestro Dios, como él nos dirá. 28Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Yehováh vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí. 29Y respondió Moshe: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Yehováh que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Yehováh. 30Entonces Moshe salió de la presencia de Faraón, y oró a Yehováh. 31Y Yehováh hizo conforme a la palabra de Moshe, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. 32Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
9
1Entonces Yehováh dijo a Moshe: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Yehováh, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 2Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún, 3he aquí la mano de Yehováh estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. 4Y Yehováh hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. 5Y Yehováh fijó plazo, diciendo: Mañana hará Yehováh esta cosa en la tierra. 6Al día siguiente Yehováh hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. 7Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.
8Y Yehováh dijo a Moshe y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moshe hacia el cielo delante de Faraón; 9y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. 10Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moshe hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias. 11Y los hechiceros no podían estar delante de Moshe a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. 12Pero Yehováh endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Yehováh lo había dicho a Moshe.
13Entonces Yehováh dijo a Moshe: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Yehováh, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 14Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. 16Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. 17¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? 18He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora. 19Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y morirá. 20De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la palabra de Yehováh hizo huir sus criados y su ganado a casa; 21mas el que no puso en su corazón la palabra de Yehováh, dejó sus criados y sus ganados en el campo.
22Y Yehováh dijo a Moshe: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. 23Y Moshe extendió su vara hacia el cielo, y Yehováh hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Yehováh hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. 25Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. 26Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
27Entonces Faraón envió a llamar a Moshe y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Yehováh es justo, y yo y mi pueblo impíos. 28Orad a Yehováh para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más. 29Y le respondió Moshe: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Yehováh, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Yehováh es la tierra. 30Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Yehováh Dios. 31El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña. 32Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos. 33Y salido Moshe de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Yehováh, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra. 34Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos. 35Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, como Yehováh lo había dicho por medio de Moshe.
PROFETAS | Ezequiel 28:25 - 29:21
25Así ha dicho Yehováh el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Ya'akov. 26Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Yehováh su Dios.
29
1En el año décimo, en el mes décimo, a los doce días del mes, vino a mí palabra de Yehováh, diciendo: 2Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. 3Habla, y di: Así ha dicho Yehováh el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice. 4Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas, y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas. 5Y te dejaré en el desierto a ti y a todos los peces de tus ríos; sobre la faz del campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado; a las fieras de la tierra y a las aves del cielo te he dado por comida.
6Y sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Yehováh, por cuanto fueron báculo de caña a la casa de Israel. 7Cuando te tomaron con la mano, te quebraste, y les rompiste todo el hombro; y cuando se apoyaron en ti, te quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.
8Por tanto, así ha dicho Yehováh el Señor: He aquí que yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti hombres y bestias. 9Y la tierra de Egipto será asolada y desierta, y sabrán que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es mío, y yo lo hice. 10Por tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus ríos; y pondré la tierra de Egipto en desolación, en la soledad del desierto, desde Migdol hasta Sevene, hasta el límite de Etiopía. 11No pasará por ella pie de hombre, ni pie de animal pasará por ella, ni será habitada, por cuarenta años. 12Y pondré a la tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años; y esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras.
13Porque así ha dicho Yehováh el Señor: Al fin de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos entre los cuales fueren esparcidos; 14y volveré a traer los cautivos de Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino despreciable. 15En comparación con los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré, para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones. 16Y no será ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Yehováh el Señor.
17Aconteció en el año veintisiete en el mes primero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Yehováh, diciendo: 18Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella. 19Por tanto, así ha dicho Yehováh el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. 20Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mí, dice Yehováh el Señor.
21En aquel tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y abriré tu boca en medio de ellos, y sabrán que yo soy Yehováh.
EVANGELIO | Lucas 11:14-22
14Estaba Yeshúa echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. 15Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios. 16Otros, para tentarle, le pedían señal del cielo. 17Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. 18Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. 19Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 20Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.
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