Con frecuencia decimos que la historia es cíclica, es decir que se repite una y otra vez. Cuando leemos con atención las historias que nuestro Padre Yehováh quiso que conociéramos, nos damos cuenta de que lo sucedido a los patriarcas, son sombras de lo que habría de ocurrir al resto de pueblo de Yehováh; de esa manera Él nos está dando a conocer el final, desde el principio.
Al leer estas porciones necesitamos hacerlo dando vuelo a nuestra imaginación para recrear cada circunstancia y lograr dimensionar la trascendencia de cada suceso. Al hacerlo hallaremos “perlas escondidas”, que enriquecerán nuestra vida y nos motivarán a permanecer fieles al pacto que hemos hecho con nuestro Padre Yehováh y con Yeshúa nuestro Mesías.