El Éxodo de Israel
Éxodo 10:1 – 13:16
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Resumen de la Porción
Dios endurece el corazón de Faraón para mostrar su poder. Moisés advierte sobre la plaga de langostas, pero Faraón se niega a liberar a Israel. Las langostas devastan Egipto, y luego llegan tres días de tinieblas. Dios ordena la Pascua y la muerte de los primogénitos egipcios ocurre. Faraón finalmente deja ir a Israel. Dios establece la consagración de los primogénitos y la celebración de la liberación de Egipto.
El Texto de la Biblia RVAH
Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.
TORAH | Éxodo 10:1 - 13:16
10
1Yehováh dijo a Moshe: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales, 2y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para que sepáis que yo soy Yehováh. 3Entonces vinieron Moshe y Aarón a Faraón, y le dijeron: Yehováh el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 4Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que mañana yo traeré sobre tu territorio la langosta, 5la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del granizo; comerá asimismo todo árbol que os fructifica en el campo. 6Y llenará tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió de delante de Faraón. 7Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Yehováh su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya destruido? 8Y Moshe y Aarón volvieron a ser llamados ante Faraón, el cual les dijo: Andad, servid a Yehováh vuestro Dios. ¿Quiénes son los que han de ir? 9Moshe respondió: Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Yehováh. 10Y él les dijo: ¡Así sea Yehováh con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro! 11No será así; id ahora vosotros los varones, y servid a Yehováh, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Faraón.
12Entonces Yehováh dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó. 13Y extendió Moshe su vara sobre la tierra de Egipto, y Yehováh trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana el viento oriental trajo la langosta. 14Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después; 15y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la tierra; y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto.
16Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moshe y a Aarón, y dijo: He pecado contra Yehováh vuestro Dios, y contra vosotros. 17Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente esta vez, y que oréis a Yehováh vuestro Dios que quite de mí al menos esta plaga mortal. 18Y salió Moisés de delante de Faraón, y oró a Yehováh. 19Entonces Yehováh trajo un fortísimo viento occidental, y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el país de Egipto. 20Pero Yehováh endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel.
21Yehováh dijo a Moshe: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. 22Y extendió Moshe su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. 23Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. 24Entonces Faraón hizo llamar a Moshe, y dijo: Id, servid a Yehováh; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. 25Y Moshe respondió: Tú también nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Yehováh nuestro Dios. 26Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Yehováh nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Yehováh hasta que lleguemos allá. 27Pero Yehováh endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir. 28Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás. 29Y Moshe respondió: Bien has dicho; no veré más tu rostro.
11
1Yehováh dijo a Moshe: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. 2Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro. 3Y Yehováh dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moshe era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo. 4Dijo, pues, Moshe: Yehováh ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, 5y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. 6Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. 7Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Yehováh hace diferencia entre los egipcios y los israelitas. 8Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón. 9Y Yehováh dijo a Moshe: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.
10Y Moshe y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Yehováh había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.
12
1Habló Yehováh a Moshe y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. 3Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. 4Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. 5El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. 9Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. 10Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. 11Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Yehováh. 12Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Yehováh. 13Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.
14Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Yehováh durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. 15Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. 16El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. 17Y guardaréis la Fiesta de los Panes sin Levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. 18En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. 19Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. 20Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.
21Y Moshe convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. 22Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. 23Porque Yehováh pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Yehováh aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. 24Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. 25Y cuando entréis en la tierra que Yehováh os dará, como prometió, guardaréis este rito. 26Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, 27vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Yehováh, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. 28Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Yehováh había mandado a Moshe y a Aarón.
29Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. 30Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. 31E hizo llamar a Moshe y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Yehováh, como habéis dicho. 32Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.
33Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. 34Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros. 35E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moshe, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. 36Y Yehováh dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.
37Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. 38También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. 39Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida.
40El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. 41Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Yehováh salieron de la tierra de Egipto. 42Es noche de guardar para Yehováh, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para Yehováh todos los hijos de Israel en sus generaciones.
43Y Yehováh dijo a Moshe y a Aarón: Esta es la ordenanza de la Pascua; ningún extraño comerá de ella. 44Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado. 45El extranjero y el jornalero no comerán de ella. 46Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo. 47Toda la congregación de Israel lo hará. 48Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la Pascua para Yehováh, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. 49La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.
50Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó Yehováh a Moshe y a Aarón, así lo hicieron. 51Y en aquel mismo día sacó Yehováh a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
13
1Yehováh habló a Moshe, diciendo: 2Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.
3Y Moshe dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Yehováh os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. 4Vosotros salís hoy en el mes de Abib. 5Y cuando Yehováh te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración en este mes. 6Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será Fiesta para Yehováh. 7Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu territorio. 8Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Yehováh hizo conmigo cuando me sacó de Egipto. 9Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Yehováh esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Yehováh de Egipto. 10Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año.
11Y cuando Yehováh te haya metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado, 12dedicarás a Yehováh todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Yehováh. 13Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos. 14Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Yehováh nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre; 15y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Yehováh hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Yehováh todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos. 16Te será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial delante de tus ojos, por cuanto Yehováh nos sacó de Egipto con mano fuerte.
PROFETAS | Jeremías 46:13-28
13Palabra que habló Yehováh al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabucodonosor rey de Babilonia, para asolar la tierra de Egipto: 14Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca. 15¿Por qué ha sido derribada tu fortaleza? No pudo mantenerse firme, porque Yehováh la empujó. 16Multiplicó los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero; y dijeron: Levántate y volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, huyamos ante la espada vencedora. 17Allí gritaron: Faraón rey de Egipto es destruido; dejó pasar el tiempo señalado. 18Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Yehováh de los ejércitos, que como Tabor entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá. 19Hazte enseres de cautiverio, moradora hija de Egipto; porque Menfis será desierto, y será asolada hasta no quedar morador.
20Becerra hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del norte viene. 21Sus soldados mercenarios también en medio de ella como becerros engordados; porque también ellos volvieron atrás, huyeron todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su castigo.
22Su voz saldrá como de serpiente; porque vendrán los enemigos, y con hachas vendrán a ella como cortadores de leña. 23Cortarán sus bosques, dice Yehováh, aunque sean impenetrables; porque serán más numerosos que langostas, no tendrán número. 24Se avergonzará la hija de Egipto; entregada será en manos del pueblo del norte.
25Yehováh de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo castigo a Amón dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él confían. 26Y los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de sus siervos; pero después será habitado como en los días pasados, dice Yehováh.
27Y tú no temas, siervo mío Ya'akov, ni desmayes, Israel; porque he aquí yo te salvaré de lejos, y a tu descendencia de la tierra de su cautividad. Y volverá Ya'akov, y descansará y será prosperado, y no habrá quién lo atemorice. 28Tú, siervo mío Ya'akov, no temas, dice Yehováh, porque yo estoy contigo; porque destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.
EVANGELIO | Juan19:31-37
31Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el Shabbat (pues aquel Shabbat era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. 32Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. 33Mas cuando llegaron a Yeshúa, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 34Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 35Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. 36Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. 37Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Podcast Vaer'á - Vé (al faraón)
El Gran Éxodo de las Naciones
Infografía
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Aviv (אַביב) – ¿Qué significa?
La palabra aviv puede que no sea muy conocida para la mayoría del público general, pero si usted ha estado en los círculos mesiánicos y de raíces hebreas,
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Matzá y maror (מַצֹּות עַל־מְרֹרִים)
En hebreo hay dos palabras completamente distintas para pan leudado (léjem) y pan sin levadura (matzá). “Matzot” es el plural de “Matzá”.
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Pésaj (פֶּסַח) – La Pascua
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La historia de Israel, es una sombra de la vida de cada persona que decide dejar atrás los estándares del mundo, para seguir a Yehováh
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Hemos sido entrenados para aceptar las narraciones bíblicas sin reparo y sentimos temor de cuestionar la veracidad de tal información.
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