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La parashá Bamidbar, que se encuentra en Números 1:1 – 4:20, narra los preparativos y la organización del pueblo de Israel en el desierto del Sinaí, durante el segundo año después de su salida de Egipto. Esta sección comienza con un censo detallado de los varones mayores de veinte años, aptos para el servicio militar y organizados según sus tribus y clanes.

También se describe cómo deben acampar y marchar las tribus alrededor del Tabernáculo, con instrucciones específicas para los levitas, quienes son responsables del transporte y cuidado de este y de sus utensilios sagrados. El censo y la organización buscan establecer orden y estructura en la comunidad israelita mientras se preparan para avanzar hacia la Tierra Prometida.

Todo esto ocurre  en un momento crucial de la historia de los hijos de Israel, cuando están en transición entre su esclavitud en Egipto y su establecimiento como una nación libre en la Tierra Prometida. Habiendo recibido la Torá en el Monte Sinaí, los hijos de Israel ahora deben aprender a vivir y funcionar como una comunidad organizada bajo la guía de Yehováh. Tanto el censo como la organización que se nos narran en estos capítulos, eran pasos esenciales para la formación de la identidad nacional y la fe, asegurando que cada miembro de la comunidad tuviera un papel definido en el funcionamiento de la nación y en el desarrollo del culto a Dios.

Nuestra porción, menciona un aspecto interesante de la tribu de Leví: no fue contada junto con las demás tribus en el censo militar. Esto se debió a que los levitas fueron asignados a tareas sagradas relacionadas con el Tabernáculo, destacando su rol único y diferente dentro de la comunidad hebrea. Esta distinción subraya la importancia del servicio ministerial en el pueblo de Israel, indicando que mientras la defensa y la estructura tribal son cruciales, la conexión con el Altísimo y el mantenimiento del santuario también lo son. Además, este énfasis en los levitas resalta la idea de que cada grupo y cada individuo tiene una función específica y valiosa dentro de la congregación.

Reflexión: los levitas actuaban como intermediarios entre Yehováh y el pueblo de Israel enseñando la Torá, realizando rituales y sacrificios, y manteniendo el servicio en el Tabernáculo. De esta misma manera vemos el rol de Yeshúa como mediador entre Yehováh y su pueblo. Yeshúa, como el Sumo Sacerdote eterno según el orden de Melquisedec, se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto. Su vida, muerte y resurrección establecen una nueva y eterna conexión con el Altísimo, facilitando así el perdón de los pecados y la reconciliación, y cumpliendo la función mediadora de los levitas al proporcionar un acceso directo y permanente al Padre.

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