Descubre la clave de la protección: Obediencia

Hollywood nos vende la imagen de héroes rebeldes que logran sus propósitos desafiando y menospreciando a sus propios jefes y por el otro nos muestra a las personas respetuosas y obedientes, como débiles y pusilánimes.

Imagínate a un piloto que despega su nave por la pista que mejor le parece, y luego toma la ruta de su preferencia para llegar a su destino y que al llegar aterriza usando la pista que se le antoje. No necesitamos ser proetas ni clarividentes para anunciar una tragedia.

Un piloto experimentado, sabe que debe obedecer cuidadosamente las instrucciones que le proveen desde las torres de control, para llegar a su destino protegiendo tanto su vida, como las de sus pasajeros. En otras palabras, la obediencia del piloto es parte esencial de su profesión, aunque tal palabra no se use de manera explícita.

La obediencia ha sido esencial para el éxito de aquellos que han dejado su huella enla historia. Pero la pregunta es: ¿obediencia a quién? ¿o a qué?

Yehováh, es la autoridad suprema

El libro del Éxodo, nos muestra cómo el líder del pueblo, Moisés, tuvo que ser entrenado durante 80 años, antes de estar listo para llevar a cabo la misión de su vida, que no solo sacaría a la libertad al Pueblo de Israel, sino para poner el fundamento de la presente civilización.

Un buen ejemplo lo encontramos en los dos últimos capítulos del libro del Éxodo, por lo menos 18 veces aparece la expresión: “tal como Yehováh lo había ordenado a Moshe”, mostrándonos la clase de obediencia de este hombre.

A lo largo de todo el Antiguo Testamento, nos encontramos con inumerables historias de personas que fueron desobedientes y sufrieron las consecuencias de tal comportamiento; pero también hallamos hombres de principios y de fe, que fueron obedientes a los mandatos de Yehováh, y que fueron instrumentos clave para llevar a cabo Sus propósitos.

En el Nuevo Testamento, nos encontramos con Shaul (Pablo), quien tuvo su propia experiencia dramática para aprender a obedecer la Palabra de Yehováh y se preocupó por enseñar a sus discípulos la importancia de seguir fielmente la Palabra.

A Shaul le fue revelada la triste y vergonsoza condición de los hombres en los útimos días:

Y debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles; porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, arrogantes, soberbios, difamadores, desobedientes a sus padres, ingratos, irreverentes, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, y amigos de los placeres más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. Apártate de ellos.
2Timoteo 3:1-5

Somos testigos del cumplimiento de este pasaje

Al presente, la palabra obediencia está muy desacreditada, principalmente porque por un lado, Hollywood nos vende la imagen de héroes rebeldes que logran sus propósitos desafiando y menospreciando a sus propios jefes y por el otro nos muestra a las personas respetuosas y obedientes, como débiles y pusilánimes.

Sin embargo, Yehováh siempre nos dará la libertad de tomar decisiones. Esto es claro cuando leemos Su Palabra, que nos motiva a tomar la opción correcta: obedecer sus Instrucciones.

Si bien Yehováh, como soberano absoluto, bien pudiera imponer sus decretos sin dejarnos alternativa, no solo nos da la posibilidad de decidir, sino que además nos da motivaciones para obedecer mostrándonos los beneficios de hacerlo y desde luego las terribles consecuencias de tomar la decisión equivocada.

De hecho Su Creación está organizada de acuerdo a Sus Leyes y Decretos por lo cual al informarnos de esas leyes, nos está dando el privilegio de sacar ventaja de ellas. Observa detenidamente los versos 7:11-15 del Libro de Deuteronomio, y detalla cuidadosamente las bendiciones que resultan de la obediencia.

Guarda pues el mandamiento, los estatutos y los decretos que hoy te ordeno ponerlos por obra. Porque sucederá que por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, también Yehováh tu Dios guardará contigo el Pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará. Bendecirá también el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto y tu aceite, las crías de tus vacadas y el incremento de tu rebaño, en la tierra que Él juró a tus padres que había de darte. Bendito serás más que todos los pueblos, no habrá estéril ni impotente entre los tuyos ni en tu ganado. Yehováh desviará de ti toda enfermedad; jamás te enviará aquellas epidemias malignas como las de Egipto, que tú conoces, sino que las cargará sobre los que te aborrecen.

Reflexiona:
Si algunas de estas bendiciones están ausentes de tu vida, ¿será que la calidad de tu obediencia está comprometida?

La OBEDIENCIA no es solamente un asunto externo. Yeshúa nos mostró claramente cuál debería ser nuestra actitud al obedecer, buscando no solo cumplir externamente la letra de la Toráh, sino descubriendo su espíritu para que nuestra obediencia sea perfecta.


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