Por: Tzvi ben Daniel -
Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago (nétzer – נֵצֶר) retoñará de sus raíces. (Isaías 11:1)
La agricultura era algo con lo que no solamente cada persona en Israel estaba familiarizada, sino también aquello en torno a lo cual la vida entera de la población de Israel se regía y organizaba. La agricultura está presente en la Torá y en las fiestas, las ofrendas en el Templo, las parábolas de Yeshúa, y también en las imágenes y visiones enseñadas a los profetas hebreos de la antigüedad.
Esta profecía mesiánica de Isaías contiene bastante simbolismo mesiánico, y está basada también en principios agriculturales.
Un nétzer, o vástago es un brote que sale de un árbol. Hay una palabra parecida en relación con el mesías utilizada por los profetas, que es tzémaj, traducida al español como renuevo, que es otra palabra para brote. Por ejemplo en Jeremías 23:5:
He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo (tzémaj) justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
Hay una diferencia interesante entre nétzer y tzémaj, y es que un nétzer no es cualquier tipo de brote, sino un brote que sale de la tierra aparentemente independiente del tronco original, como un nuevo árbol, pero en realidad este brote está unido con el tronco original por debajo de la tierra.
¿Cómo se aplica este peculiar simbolismo al mesías?
Usted sabrá que la familia (o el tronco) del Mesías proviene de Beit Léjem (Belén), allí es donde vivió Isaí, el cual es citado en Isaías 11:1. Allí también nació Yeshúa. Sin embargo, la familia de Yeshúa viajo allí sólo circunstancialmente, ya que vivían en la ciudad de Nazaret, o Natzéret. Cuando Yeshúa se dio a conocer, lo hizo en Galilea. Nadie sospechaba sobre su conexión con la familia del rey David, hijo de Isaí, ya que esta era una región alejada de Judea. Yeshúa “brotó” en un lugar lejano del tronco original (Beit Léjem), pero perteneció a ese mismo tronco, tal como un nétzer.
Es muy interesante que la misma ciudad de Natzéret (Nazaret) debe su nombre a la palabra nétzer (nuestro ‘vástago’ de Isaías 11). Se podría sospechar que los descendientes de Isaí se establecieron en esta región y llamaron proféticamente a este pueblo con el nombre que Isaías designó para llamar al Mesías que habría de revelarse en tiempos futuros.