24 de Agosto, Semana 28
Mt 10:1-11:1; Mr 6:7-13; Lc 9:1-6
Por: Harold Calvo -
En esta ocasión Yeshúa llama a sus doce discípulos, les da autoridad sobre los espíritus inmundos y sobre la enfermedad, y los envía en una misión especial, a una audiencia específica:
Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael. Mateo 10:5-6
Pero ¿quiénes son estas ovejas perdidas de la Casa de Yisrael a las cuales Yeshúa les da una prioridad por encima de “los gentiles y samaritanos”? Para responder a esta pregunta, tenemos que regresar al primer libro de Reyes, capítulo 11.
Y dijo Yehováh a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que Yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 1 Reyes 11:11
A causa del pecado de Salomón, Yehováh dividió el reino de Yisrael en dos: la Casa de Yahudáh y la Casa de Yisrael. La Casa de Yahudáh, a pesar de haber sido llevada al exilio a Babilonia por causa de su pecado, pudo por la gracia del Altísimo regresar a la tierra (de Yisrael) y preservar la Torá de Yehováh hasta el día de hoy. Caso contrario fue lo que le sucedió a la Casa de Yisrael la cual fue tomada en cautiverio por el imperio Asirio y eventualmente fue dispersada por el resto de las naciones.
En algún momento de la historia, las ovejas de la Casa de Yisrael fueron repudiadas y desechadas por Yehováh (Oseas 1:6,9) pero Él mismo prometió que eso no sería para siempre (Oseas 2:19-20,23). Es a través de la obra redentora de Yeshúa el Mesías que las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael pueden regresar de nuevo a la casa de su padre.
¡Regocijémonos, “porque este tu hermano (las ovejas perdidas de la Casa de Yisrael) era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”!