Para algunos no es evidente, que la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a una situación similar a la de los Macabeos.
Por estos día celebramos Janucá; la Fiesta principalmente hace memoria de la victoria que Yehováh otorgó a nuestros padres cuando los ejércitos griegos invadieron Judea y quisieron eliminar todo vestigio de la Toráh y de su influencia en el pueblo de Israel, profanando el Templo y obligando a la gente a abdicar de su obediencia a la Toráh.
Pero una familia, la de Sh’món Macabeo, se levantó y lideró un pequeño ejército que derrotó la enorme máquina militar de los griegos; posteriormente llevaron a cabo la re-dedicación del Templo, para limpiarlo de toda contaminación, y así se estableció que anualmente se hiciera memoria de todos estos hechos en las generaciones por venir.
Vale la pena aclarar, que hay una leyenda respecto a la multiplicación milagrosa del aceite para mantener encendida la Menorá del Templo tras su purificación en aquél tiempo, y que da origen a la tradición del encendido de un candelabro de nueve brazos llamado hanukia. Según los rabinos debe seguirse un orden inventado por ellos para encender las velas cada día, recitando ciertas plegarias en el momento indicado.
Lamentablemente, esta tradición ha desplazado la verdadera razón de la celebración, que debe ser el valor, la decisión, el compromiso, la bravura, y la dependencia total de Yehováh de los Macabeos, para vencer a los enemigos que amenazaron su libertad y sus creencias.
¿Qué de Yeshúa?
Yeshúa participó en esta Fiesta de la Dedicación, tal como lo nos relata el Evangelio según Juan. Sin embargo al ignorar la conexión de esta festividad con la historia de los macabeos, perdemos totalmente el sentido de responsabilidad y compromiso que Yeshúa tenía con su cultura y las tradiciones de su pueblo.
Entonces cabe preguntarnos… ¿Estamos en condiciones similares hoy?
Para algunos no es evidente, aunque la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a situaciones similares. Ahora bien, antes tales presiones podemos asumir una de tres posiciones:
- Abiertamente transgredir la Toráh, con una actitud desafiante, alegando que tales Instrucciones no me conciernen.
- Ignorar la Toráh y sus exigencias, pensando en que quizás ya no es relevante para hoy y resulta muy fanático obedecerla.
- Tomar partido por la obediencia que corresponde a un hijo de Yehováh, actuando como lo hicieron los Macabeos.
Estos son tiempos que ponen a prueba nuestras convicciones; la presión irá en aumento y nos veremos obligados a asumir una de las tres posiciones mencionadas. Tú… ¿Qué harás?