Yeshúa profetizó que solo habría una señal de su autenticidad. Una señal del cielo de que él era el profeta del que Moisés profetizó. El verdadero Mesías. Esa ‘única señal’ es la señal del profeta Jonás. Yeshúa dijo que, “así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, de la misma manera él estaría tres días y tres noches en la tumba y resucitaría al tercer día”.
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