Janucá es un Fiesta que conmemora la re-dedicación del Templo de Jerusalén, luego de haber sido profanado por un rey griego. También es llamada la Fiesta de Dedicación, o Fiesta de las Luces porque durante su celebración se enciende día a día una vela en un candelabro de nueve brazos llamado Janukía. Aunque esta Fiesta no está ordenada por Yehováh en la Torá, Yeshúa asistió al Templo para participar de ella, según lo relata Juan 10:22-23. En Hebreo, Janucá significa “dedicación”.
Origen de Janucá
El registro del origen de Janucá se halla en el libro histórico de los Macabeos, el cual es parte de una colección de libros que fueron removidos de la mayoría de las Biblias, porque aquellas personas que definieron la lista oficial de los libros (canon) que compondrían la Biblia, no los consideraron inspirados.
Antioco Epifanes, un rey griego, invadió Jerusalén y prohibió la lectura de las Escrituras Sagradas, el servicio al Dios de Abraham (Yehováh) y profanó el Templo sacrificando un cerdo en el altar.
A pesar de la inferioridad numérica, un hombre de Israel llamado Judá lideró un ejército a la victoria sobre Antíoco y retomó el Templo. Luego, durante ocho días, llevaron a cabo la re-dedicación del Templo al Todopoderoso. En conmemoración, ellos instituyeron la Fiesta de Janucá.
¿QUÉ SIGNIFICA?
Janucá nos invita a recordar la importancia de re-dedicar nuestras vidas a Yehováh. Somos el Templo en el cual Él habita, y por el solo hecho de ‘andar’ en el mundo, estamos sujetos a contaminación. La celebración nos motiva a no darnos por vencidos ante los ataques del enemigo, por fuerte que éste aparente ser. Y las luces que se encienden cada día, nos traen a la mente las palabras del rey Salomón en Proverbios 4.18:
La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto’