Cada seguidor de Yeshúa ha sido llamado a salir del sistema del mundo, aunque lamentablemente, para muchos ha sido muy difícil discernir qué es lo de este mundo y qué es lo de Yehováh.
Quienes hemos optado por seguir el Camino Estrecho de la Toráh, en cierto sentido nos hallamos en el “desierto de las naciones”, y camino a la Tierra Prometida confiando en que el Mesías muy pronto establecerá Su Reino.
Cada seguidor de Yeshúa ha sido llamado a salir del sistema del mundo, aunque lamentablemente, para muchos ha sido muy difícil discernir qué es lo de este mundo y qué es lo del Reino de nuestro Padre Yehováh. La actual generación de creyentes está llamada específicamente a regresar a la justicia en la Toráh.
Yehováh está encontrándonos y en cierto sentido cortejándonos cara a cara, ofreciéndonos su Pacto de Matrimonio – Su Toráh. Muchos estamos aceptando tal ofrecimiento; hemos respondido a Su llamado y ahora estamos demostrando si en verdad vivimos o no según Sus Instrucciones (Toráh).
Algunos de quienes acepten este llamado, tendrán dificultades con la obediencia, tal como nuestros ancestros hebreos las tuvieron en el desierto aún después de haber entrado en el Pacto. Tengamos presente que si probamos la rebelión, no entraremos en Su Reposo,
…juré en mi ira que no entrarían en mi reposo. Salmo 95:11
porque la rebelión es prueba de falta de amor. Sin embargo, si alegremente vivimos en el Pacto con Él, nos será permitido entrar en Su Reposo!
Al decidir seguir fielmente a Yehováh, podemos llegar a estar en condiciones similares a las que tuvieron nuestros padres en el desierto: sin comida, sin agua, sin brújula, y en la actualidad, sin internet, electricidad, agua potable, celulares, ni redes sociales, cosas cuya ausencia haría que la vida de muchos fuera invivible; pero de eso se trata el desierto de la naciones.
Estamos rodeados por circunstancias que el enemigo ingenia continuamente para sacarnos de la obediencia a la Toráh y arrastrarnos dentro de los valores corruptos de este mundo. Pero de la misma manera que Yehováh gracias a Su Pacto, proveyó alimento, agua, protección y dirección, durante la experiencia en el desierto a nuestros ancestros Israelitas, también proveerá las mismas cosas a través del Ruaj Ha’Kodesh (Espíritu Santo) al Israel restaurado que está disperso en el desierto de las naciones. Conforme mantenemos nuestra mirada en Él y obedecemos Su dirección, entraremos -como lo hicieron Josué y Caleb – en Su Tierra Prometida: Su Reino!
El vínculo del Pacto
Si deseamos ser parte del Reino de Yeshúa, entrar en el pacto no es opcional, pero tampoco implica una atadura o esclavitud. El término: vínculo (hebreo: masoreth), habla de la clase de ligadura para las partes de un convenio, tal como sucede con aquellos que se consagran el uno al otro en matrimonio; es un compromiso mutuo y voluntario, del cual ninguna de las partes espera ser desligada.
Esta experiencia de vivir en el ”desierto-de-las-naciones”, por llevar una vida de acuerdo a la Toráh y en oposición al sistema del mundo, es específicamente para la generación que vive justo antes del regreso del Mesías, y en el presente está siendo experimentada por aquellos que hemos declarado nuestra lealtad a Yeshúa. Somos quienes estamos recibiendo el llamado de Yehováh a salir del sistema del mundo que nos rodea, dejando atrás las tradiciones de hombres enseñadas por el sistema de la religión convencional.
Aquellos que escuchen y acepten el llamado habrán pasado bajo el cayado de Yehováh a Su Reino; estos habrán sido traídos dentro de los vínculos del Pacto! (Ezequiel 20:33-38). Somos la generación que está experimentando la “restauración de todas las cosas” prometida en Mateo 17:11 y anunciada por Pedro en Hechos 3:21-24. Somos la generación que verá regresar a Yeshúa en poder y gloria, y es nuestro deseo estar preparados para entrar en Su Reino, sin mancha ni cosa semejante, para ser la novia que retornará a su condición inicial antes del exilio de las diez tribus que terminaron siendo divorciadas por parte de Yehováh!
Por eso algunos de los sabios tropezarán; para que sean acrisolados, purificados y emblanquecidos hasta el tiempo del fin, porque aún es para el tiempo determinado. Daniel 11:35
Muchos serán limpios y emblanquecidos y purificados, pero los impíos seguirán procediendo impíamente y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. Daniel 12:10