Por: Miha'el -
La porción de la Toráh de esta semana, nos introduce en el tema de los sacrificios. Los seres humanos tendemos a adormecernos, a volvernos rutinarios y a bajar nuestros estándares morales y espirituales. Nuestros padres, los yisraelitas no estaban exentos de estos riesgos por lo cual Yehováh estableció mecanismos que habrían de ayudarles a tomar conciencia de ese problema. Así cuando un yisraelita había caído por negligencia y se había acomodado a un mundo de fantasías que le permitía vivir mediocremente, necesitaba despertar.
La Toráh tiene ese propósito. Mediante la práctica de los sacrificios busca despertarlo. Le exige llevar una becerro al Templo de Yerushaláyim, donde él deberá degollar, cortar y observar cómo queman lo queman hasta que quedan sólo sus cenizas. De esta forma, el oferente obtendrá una imagen clara y nítida de la fragilidad de la vida. Y quizás esta experiencia logre sacudirlo de su apatía inmoral. Si Yehováh se lo permite, logrará entender que la vida es corta, que hay mucho que hacer en este mundo, y que no puede permitirse vivir para siempre en un estado de letargo.
Shaúl en Romanos 12 nos instruye a presentar nuestros cuerpos como “un sacrificio” que nos ha de evitar caer en la mediocridad y apatía espiritual:
Así que, hermanos, os exhorto por la gran misericordia de Elohim a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a YHVH, que es vuestro culto racional. No os adaptéis al mundo, sino sed transformados por la renovación de la mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Elohim: Lo bueno, lo aceptable y lo perfecto. Romanos 12:1-2
Las ofrendas no fueron designadas para compensar a Yehováh de manera alguna, ni para hacer reparación por pecados cometidos intencionalmente.
Entender esto es de suma importancia porque nos demuestra que la Toráh no fue dada para alcanzar salvación; la evidencia de esto, es que no hay provisión (sacrificio) para los pecados que se cometen deliberadamente.
La idea de que Yehováh no se complace en las ofrendas, tanto como en la obediencia, es evidente cuando Shemuel reprende a Shaúl a causa de su desobediencia diciéndole:
Se complace YHVH tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las Palabra de YHVH? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 1 Samuel 15:22