¿Deben los creyentes involucrarse en la política? ¿Existe algún pasaje que nos prohíba involucrarnos en política? ¿Qué personajes bíblicos estuvieron relacionados en la política y que lección de vida aprendemos de ellos?
Uno de los primeros hombres en la Biblia que vemos relacionado con políticos es sin duda alguna Abraham. Por alguna razón, desde pequeño tuve la impresión de que Abraham era un simple pastor de ovejas, que había salido de su tierra natal y que iba en busca de una promesa. Sin embargo, a medida que leemos el texto bíblico, nos damos cuenta de que Abraham fue un hombre de influencia que tuvo relación con altos jerarcas políticos, tales como algunos reyes de su época: Faraón (Gen 12), el rey de Sodoma (Gen 14), y Abimelec (Gen 20). Abraham tuvo incluso que orar por Abimelec, el rey de Gerar, para que no muriera él y su casa y fueran también fértiles:
“Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos” Génesis 20:17.
Yosef (José) es otro personaje bíblico que se vio involucrado en política hasta llegar a ser segundo después de Faraón.
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a Yosef: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto” Génesis 41:40-41.
Yehováh usa a José para bendecir a Egipto en medio de la hambruna. Esto permite que tanto Jacob como sus hijos sean prosperados y librados de la muerte.
“Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como Yosef había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan” Génesis 40:54.
El siguiente ejemplo lo encontramos en la vida de Moisés. Después de haber sido recogido de las aguas, Moisés crece como protegido de la hija de Faraón.
“Y cuando el niño Moshé creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moshé, diciendo: Porque de las aguas lo saqué” Éxodo 2:10.
Esa formación de la “realeza” eventualmente la utiliza Yehováh para negociar con Faraón y liberar así al pueblo de Israel de esclavitud.
Otro caso que me gustaría destacar es el del profeta Daniel. Daniel fue llevado cautivo a Babilonia y llega a ser tercero después del rey.
“Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino” Daniel 5:29.
Después de haber mencionado unos cuantos casos acerca de hombres que estuvieron relacionados con la política, veamos dos aspectos que los caracterizaban y los convertían en los mejores candidatos al puesto político:
Los 4 fueron ordenados por Dios:
- Avraham – “…porque Abraham es profeta, y orará por ti (Abimelec), y vivirás” Génesis 20:7.
- Yosef –“… y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú” Génesis 41:38-39.
- Moshé – “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel” Éxodo 3:10.
- Daniel – “El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio” Daniel 2:47.
Los 4 temían a Yehováh:
- Avraham – “ por cuanto oyó Avraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” Génesis 26:5.
- Yosef – “Respondió Yosef a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón” Génesis 40:16.
- Moshé – “Y aquel varón Moshé era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Éxodo 3:10.
- Daniel – “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía… Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad…” Daniel 1:8-9
No hay un pasaje en las Escrituras que nos prohíba participar de la política, sin embargo, ninguno de estos personajes mencionados se postuló para ser político, sino que todos fueron llamados por el Altísimo, y Él mismo se encargó de ponerlos en puestos de eminencia. ¿Cuál era el común denominador de ellos? ¡Temían a Yehováh con todo su corazón! ¡Shalom!