Abraham es quien normalmente es recordado como “el padre de la fe” y “el padre del pueblo de Israel”, pero no muchos tienen en cuenta que una madre también fue necesaria para llevar a cabo esta promesa. No podemos restar importancia a aquella mujer que con su fe y perseverancia ayudó al mismo Abraham a sobrellevar las pruebas y desafíos que lo llevarían a convertirse en el padre de nuestro pueblo.