Un aspecto sobre el cual necesitamos reflexionar es que Yehováh le plantea a Yisrael, que una vez hayan entrado en la tierra, TODOS los mandamientos que han recibido serán vigentes:
Pondréis cuidado pues en observar todos los estatutos y decretos que yo pongo hoy delante de vosotros.
Deuteronomio 11:32
Encontramos en esto una sombra de lo que es nuestra vida una vez que hemos sido rescatados por Yeshúa: Antes vivíamos en el mundo (Mitsráyim-Egipto) sin Elohim y sin Toráh. Yeshúa llegó a nosotros nos rescató de la esclavitud del pecado (de los deseos, las pasiones, la culpa, el temor, etc.) y en cierto sentido “cruzamos el Jordán” es decir hicimos un mikvéh (inmersión o bautismo), y declaramos públicamente que hemos entrado en una nueva vida.
Pero de la misma manera que la nación de Yisrael una vez establecida en la tierra prometida tenía la responsabilidad de elegir vivir de acuerdo a los estatutos y decretos entregados por Yehováh, nosotros, tenemos la responsabilidad de elegir llevar una vida de acuerdo a esos mismos estatutos y decretos, modelados por Yeshúa, y re-confirmados por él.
En otras palabras, si afirmamos que estamos en Yeshúa, nuestra vida ha de ser regida por sus Instrucciones – Toráh, porque como él claramente proclamó:
No penséis que he venido a abrogar (anular) la Toráh o los Profetas; no vine a abrogar, sino a dar cumplimiento.
Mateo 5:17
Declaración confirmada por Yojanán (Juan) en su primera carta:
En esto sabemos que le hemos conocido: si guardamos sus mandamientos. El que dice: yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él…
1 Juan 2:3-6
Razón de la obediencia
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre.
Deuteronomio 12:28
Si observas cuidadosamente, te darás cuenta de que en ningún pasaje donde se invita a la obediencia, Yehováh dice que al hacerlo alcanzaremos la vida eterna! No! la obediencia es para que podamos establecer familias sanas, relaciones interpersonales adecuadas, negocios justos y una sociedad equilibrada que sea ejemplo para las demás naciones de la tierra. La salvación siempre fue planeada por misericordia mediante el sacrificio de Yeshúa, el cual fue anunciado desde Génesis 3:15.
En otras palabras Yehováh nunca tuvo la intención de que los seres humanos fueran salvos por el cumplimiento de la Ley – Toráh. Esta no fue dada con ese propósito. En cambio, sí encontramos vez tras vez que seguir sus Estatutos lo mejor que podamos, nos producirá una vida de libertad, abundancia y comodidad en esta tierra.
El capítulo 14 retoma el asunto de las prácticas paganas comunes, tales como las marcas en el cuerpo (tatuajes) y los alimentos que Yehováh creó para que fueran nuestro alimento.