Yeshúa cenando con sus discípulos

El Judaísmo de Jesús

Jesús o Yeshúa

¿Qué tan consciente eres del judaísmo de Jesús?

Tras la partida de Yeshúa y con el paso de los años, entraron en la comunidad de sus seguidores muchas personas no judías de múltiples trasfondos, por cuya influencia, poco a poco comenzaron a distanciarse de la comunidad judía…

Jesús nació en Belén, a pocos kilómetros de Jerusalen. Sus padres eran de la tribu de Judá. Fue circuncidado al octavo día, según la Ley de Moisés. Fue criado y educado en Nazaret. A los 13 años, visitó el Templo para entrar en su vida adulta, haciendo su bar mitzvá. Cada año ascendía por lo menos tres veces  a Jerusalén con motivo de las Fiestas de Yehováh: Pascua (Pesaj), Pentecostés (Shavuot), Fiestas de las Tiendas o Tabernáculos (Succot), según el mandato de las Escrituras. Sus discípulos eran todos judíos. Asistía a la sinagoga en Shabbat (sábado). Como miembro de la comunidad judía, guardaba la dieta bíblica. Todas sus enseñanzas estuvieron basadas en lo que conocemos como Antiguo Testamento, principalmente en el Pentateuco o Torá. Con todos estos antecedentes, no te surge la pregunta: ¿Por qué entonces tiene un nombre que no es hebreo?

En la época que Jesús vivió había mucho descontento porque su tierra estaba ocupada por los romanos. Estos querían imponer el culto al imperio y a sus gobernantes como si fueran dioses, lo cual reñía con la fe del pueblo judío y como respuesta surgían frecuentes disturbios y levantamientos contra los romanos, quienes terminaron destruyendo el Templo en el año 68 después de Cristo.

Para entonces la comunidad de seguidores de Jesús, comenzó a ser hostigada tanto por los romanos, como por los líderes del Templo, que eran una casta corrupta tal y como lo había denunciado Jesús.

(Hagamos un breve paréntesis para aclarar que el nombre original de Jesús, era Yehoshúa, aunque según la costumbre de la época se usaba el nombre Yeshúa, que era más corto. Usaremos este nombre para referirnos a nuestro Señor en adelante).

Después de la partida de Yeshúa y con el paso de los años, entraron en la comunidad de sus seguidores muchas personas no judías de múltiples trasfondos, por cuya influencia, poco a poco comenzaron a distanciarse de la comunidad judía que no les aceptaba, la cual se confrontaba continuamente con los romanos debido a su fe. La historia nos narra que de todas maneras los del Camino, como se hacían llamar en un comienzo los seguidores de Yeshúa, terminaron siendo víctimas de los romanos igualmente.

Resulta evidente que al copiar los evangelios y demás documentos del Nuevo Testamento para hacerlos llegar a los múltiples grupos que estaban surgiendo, encontraron una forma fácil de hacer ajustes a los nombres de personas y lugares, desconectando así de sus orígenes, a todos los protagonistas de las historias narradas allí.

Entonces Yeshúa, pasó a llamarse: Iesous en griego, y terminó siendo: Jesús en español. Algo similar ocurrió con todos los otros personajes: Shimón, pasó a llamarse Pedro; Yohanán ahora sería Juan; Mattityahu, Mateo; etc.cosa que también sucedió con los nombres de los personajes del Antiguo Testamento: Yesha’yahu – Isaías; Yirmeyahu, Jeremías; Yejezk’el, Ezquiel, para solo mencionar algunos. Los nombres de lugares y ciudades no escaparon: Beit-Lejem (casa de pan), se convirtió en Belén; Beit-Anyah (casa de pobreza), en Betania; etc.

Si bien no vamos a afirmar que esto le resta credibilidad a las Escrituras, sí tiene el efecto de desconectar las narraciones de su trasfondo cultural; pues no podemos negar que cuando leemos acerca de un personaje de nombre Pedro o Juan, vienen a nuestra mente personas que conocemos y tales nombres no evocan imágenes de personajes de otra cultura. Resulta curioso que casi ninguno de estos nombres transliterados o traducidos guarde relación con la cultura de origen.

¿Por qué es importante el judaísmo de Yeshúa?

Cuando abrimos los ojos a esa realidad, nos damos cuenta de que Yeshúa forma parte del plan de Dios con el pueblo de Israel. Yeshúa no vino a fundar una comunidad aparte o separada de Israel, sino a dar continuidad a la fe abrahámica, de la que somos parte, restaurando la obediencia a la revelación de Dios sin desvincularse de sus raíces culturales.

En este punto, resulta importante ver cuál fue el efecto de Yeshúa y sus enseñanzas en su seguidores inmediatos. ¿Dejaron ellos su cultura y sus creencias? No. Por el contrario las afirmaron. ¿Renunciaron a su identidad judía? De ninguna manera; el libro de los Hechos nos da testimonio de su celo y fidelidad  para seguir obedeciendo la Palabra (Torá) de Yehováh.

Lo que sí es cierto, es que Yeshúa restauró la obediencia a las instrucciones dadas por Dios a Su pueblo, enseñándolas y modelándolas con su propia vida, abriendo así las puertas del Reino para que quien desee, pueda entrar en él. 

De eso se trata nuestro trabajo en Un Rudo Despertar, te facilitamos videos, temas, estudios bíblicos y todo lo que requieras para sumergirte en la dimensión cultural de Yeshúa (Jesús) y demás personajes, lo cual abrirá tus ojos de una manera sorprendente a la comprensión del mensaje, que nuestro Padre Yehováh, ha hecho llegar hasta ti.

Si tienes alguna duda o requieres de guía, por favor no dudes en escribirnos usando el formulario de contacto haciendo click aquí.

Header of Parasha Bamidbar

Parashá Bamidbar – El Censo
Números 1:1 – 4:20

La parashá Bamidbar, que se encuentra en Números 1:1 – 4:20, narra los preparativos y la organización del pueblo de Israel en el desierto del Sinaí, durante el segundo año después de su salida de Egipto. Esta sección comienza con un censo detallado de los varones mayores de veinte años, aptos para el servicio militar y organizados según sus tribus y clanes.

También se describe cómo deben acampar y marchar las tribus alrededor del Tabernáculo, con instrucciones específicas para los levitas, quienes son responsables del transporte y cuidado de este y de sus utensilios sagrados. El censo y la organización buscan establecer orden y estructura en la comunidad israelita mientras se preparan para avanzar hacia la Tierra Prometida.

Todo esto ocurre  en un momento crucial de la historia de los hijos de Israel, cuando están en transición entre su esclavitud en Egipto y su establecimiento como una nación libre en la Tierra Prometida. Habiendo recibido la Torá en el Monte Sinaí, los hijos de Israel ahora deben aprender a vivir y funcionar como una comunidad organizada bajo la guía de Yehováh. Tanto el censo como la organización que se nos narran en estos capítulos, eran pasos esenciales para la formación de la identidad nacional y la fe, asegurando que cada miembro de la comunidad tuviera un papel definido en el funcionamiento de la nación y en el desarrollo del culto a Dios.

Nuestra porción, menciona un aspecto interesante de la tribu de Leví: no fue contada junto con las demás tribus en el censo militar. Esto se debió a que los levitas fueron asignados a tareas sagradas relacionadas con el Tabernáculo, destacando su rol único y diferente dentro de la comunidad hebrea. Esta distinción subraya la importancia del servicio ministerial en el pueblo de Israel, indicando que mientras la defensa y la estructura tribal son cruciales, la conexión con el Altísimo y el mantenimiento del santuario también lo son. Además, este énfasis en los levitas resalta la idea de que cada grupo y cada individuo tiene una función específica y valiosa dentro de la congregación.

Reflexión: los levitas actuaban como intermediarios entre Yehováh y el pueblo de Israel enseñando la Torá, realizando rituales y sacrificios, y manteniendo el servicio en el Tabernáculo. De esta misma manera vemos el rol de Yeshúa como mediador entre Yehováh y su pueblo. Yeshúa, como el Sumo Sacerdote eterno según el orden de Melquisedec, se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto. Su vida, muerte y resurrección establecen una nueva y eterna conexión con el Altísimo, facilitando así el perdón de los pecados y la reconciliación, y cumpliendo la función mediadora de los levitas al proporcionar un acceso directo y permanente al Padre.