En Levítico, capítulo 16, se nos presenta el ritual de sacrificios que será llevado a cabo cada Yom Kipur. Este día es el único en el año en que el sacerdote ingresaba al Lugar más Santo.
En este ritual comunitario, Aarón debía poner sus dos manos sobre la cabeza de un macho cabrío vivo, y confesar todas las iniquidades de los hijos de Israel “para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel”.
Este era un día extremadamente solemne, y en esta parashá tenemos la oportunidad de ver cómo fue originalmente concebido en las instrucciones del Creador a Israel. Veamos que podemos aprender de esto: